En una conferencia de prensa en la Casa Presidencial, Edgar Mora Altamirano presentó su renuncia mediante una carta dirigida al presidente Carlos Alvarado Quesada, a la que dio lectura:
"Los tiempos difíciles, convulsos y complejos, convocan a componer armonía entre los pensamientos y las emociones, no son un buen momento para la desesperación ni siquiera para la esperanza, y sí demandan de nosotros mucha prudencia y mucha paciencia.
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"En un país como Costa Rica, nadie debe tener excusa para no colocarse en una posición de apoyo al Estado de Derecho, y de sus múltiples garantías individuales y colectivas, que no son divisibles ni son postergables.
"Nadie de debe tener ninguna excusa nunca para no construir una sociedad basada en los derechos que son universales, en los frutos de los conocimientos comprobados, en la dinámica vertiginosa de la técnica y del arte.
"Señor Presidente: durante mi vida como servidor público ha sido importante para mí recordar que el primer derecho humano es un deber, el deber de la fraternidad. Todos, absolutamente todos, debemos contribuir a evitar o atenuar los efectos de la desigualdad y de la inequidad.
"Nuestra capacidad moral debe estar en constante crecimiento para encontrar un lugar lugar común para quienes viven condiciones sociales y económicas desiguales, echando mano de las posibilidades que todo ser humano de mostrar genuina preocupación por los otros, de actuar de acuerdo al principio de reciprocidad. A suscribir un compromiso con respecto a un conjunto determinado de promesas y sanciones, adherencia a la buena reputación y disposición de construir una identidad común.
"En un día normal, cerca de un millón de personas, niños, niñas y jóvenes asisten a las aulas que están dispuesta en todo el territorio nacional bajo el amparo de un derecho constitucional que este año cumplió 150 años de estar vigente.
"Es este derecho constitucional lo que conformó un sistema universal de educación pública, que es la única vértebra que articula de punta a punta la presencia del Estado en el territorio y conforma el modelo político costarricense.
"Sin embargo, para ese millón de personas, la educación comenzó hace dos o tres décadas atrás con la educación de sus padres y sus madres. Eso es bueno y eso también es inevitable. La educación se realiza realizándola, el modo de vivir la vida que los padres procuran para sus hijos e hijas es un factor importante de la educación.
"Es un hecho que con respecto a la educación y sus efectos sociales, económicos y políticos, hemos producido una historia heterogénea. Se hace ineludible reconocer que, en promedio, a cada uno de estos estudiantes le acompañan de cerca en su familia o en su entorno cercano, dos personas adultas que no concluyeron su escolarización y han debido cancelar un precio psicológico y material muy alto por ello. Eso ha implicado en no pocos casos una constricción real de su experiencia de libertad.
"Esta realidad nos plantea dos retos. El primero, es extremar la colaboración y cooperación entre quienes sí hemos tenido las oportunidades que la educación nos ha extendido y quienes han visto estrecharse sus oportunidades por no concluir sus estudios formales en el ámbito del sistema público universal.
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"El segundo, es disminuir las diferencias económicas y culturales que dividen, separan, segregan y marginan, es decir, que enajenan a la sociedad por estratificarla en bloques con marcadas diferencias.
De nuevo, señor Presidente: frente a este hecho que no es un producto de estos 14 meses de administración, retorna la fraternidad como el deber esencial que da pie y sostén al robusto cuerpo de Derechos Humanos.
"Es muy común colaborar y cooperar con convicción y, seguramente con excesivo ardor, a lo interno de los distintos grupos de la sociedad, entre quienes los confirman. Entre nosotros, para decirlo con ese pronombre.
"Y lo que en cambio nos urge hacer es, sí colaborar y cooperar, pero también hacerlo hacia afuera de nuestro grupo de referencia con otros ciudadanos que pertenecen y poseen otras referencias. Ese es el gran dilema moral al que nos enfrentamos. Y lo enfrentamos nosotros y ellos.
"Cuando decidí ser servidor público lo hice para realizar mi realización. Guiado por motivaciones correctas y ejercer mis encargos como lo haría el mejor de los ciudadanos. Esa ha sido mi ilusión los últimos 15 días de mi vida.
"Señor Presidente: ahora que con buena voluntad, inmenso respeto, amabilidad y lealtad le devuelvo el mandato designado como ministro de Educación, me planteo los mismos propósitos: operar en el ámbito privado con fundamento en las motivaciones correctas y como el mejor ciudadano que sea posible ser.
"Respondo con esto a una hipótesis positiva que soy yo quien más desea que se confirme. Ojalá tras mi renuncia se abran avenidas para un río de diálogo y compromisos mutuos para con el Estado de Derecho y nuestros preceptos constitucionales.
"Yo no tengo ninguna excusa para no contribuir, para no ponerme al servicio de causas superiores a mis pequeñísimos intereses personales y volver atrás con el entusiasmo, la calma, la concentración, la apertura de mente y la ternura que caracterizan mi forma de ser. Es decir, salgo de su gobierno con la templanza con la que llegué.
"Nadie que experimente la libertad de ser quien decide ser, de aceptar la diversidad de personalidades y la multiplicidad de inteligencias, nadie que tenga la libertad de extirpar el miedo y el odio de su vida debe nunca alienarse en Costa Rica. Eso ya pasó. Esa época no es la presente.
“Pronto llegará a las aulas del país la primera maestra nacida en el siglo XXI, y posiblemente coincida, señor Presidente, con la celebración del bicentenario de nuestra independencia. Estoy seguro que usted tendrá el inmenso honor de celebrar con ella la llegada del nuevo siglo al sistema educativo costarricense.
"Señor Presidente, con las muestras de mi más alta estima, también le agradezco inmensamente el haberme encargado el Ministerio de Educación. Servidor y amigo, Édgar Mora Altamirano”.
Sobre la renuncia del jerarca, el presidente, Carlos Alvarado se limitó a decir por medio de un mensaje en redes sociales.
“Doy por recibida la renuncia de don Edgar Mora a quien agradezco el servicio prestado al país en este tiempo”, manifestó Alvarado quien no estuvo presente durante la conferencia que se realizó en Casa Presidencial.
Doy por recibida la renuncia de don Edgar Mora a quien agradezco el servicio prestado al país en este tiempo.
— Carlos Alvarado Quesada (@CarlosAlvQ) July 1, 2019
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Oportunidad para ‘la paz y el diálogo’
Luego de que Mora diera lectura a la carta de renuncia, la ministra de Educación, Nancy Marín, ministra de Comunicación, declaró que espera que esta sea una oportunidad “para retomar la paz y el diálogo.”
“Esperamos entonces que todos, medios, Asamblea, el Gobierno y los demás actores sociales tengamos un compromiso para seguir avanzando en esa ruta”, manifestó la funcionaria.
Sobre la posibilidad de que Mora sea trasladado a otro puesto, Marín dijo que esa es una potestad del Gobierno, sin confirmar si se ha considerado.
“Aquí retomo el tema de la democracia y la institucionalidad. Es muy peligroso desestabilizar al país en este contexto en el que nos encontramos. Solicito y apelo a toda la comunidad nacional, que retomemos la vía del diálogo, la negociación y la sensatez porque este país no se merece otra cosa. Este país se merece que sigamos avanzando”, añadió.
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Ante consultas sobre qué pasará si los manifestantes exigen salida de otros jerarcas, Marín dijo que el presidente Alvarado dará un mensaje a todo el país.
“Lo que nos corresponde como Poder Ejecutivo es seguir trabajando por la democracia y la institucionalidad de este país”, aseguró.
Insistió en que el presidente ha dado la cara, ha estado pendiente de la situación y ha negociado.