La educación costarricense da alarmantes señales de retroceso debido a que los problemas que arrastra desde hace varios años tienden a agudizarse y amenazan las condiciones económicas y calidad de vida de miles de niños y jóvenes que concluirían sus estudios “pobremente educados”.
Con esta sentencia se dio a conocer este 31 de agosto el IX Informe del Estado de la Educación, según el cual, el país está en una coyuntura decisiva que impactará en todos los ámbitos a las personas y a la economía. La situación obliga a dar un viraje urgente.
“Si no actuamos con urgencia, niñas, niños y jóvenes que asisten a la educación pública saldrán, si salen, pobremente educados. El país se encamina hacia una educación de menor calidad y acceso más excluyente. Ante esto, enfrentamos una disyuntiva: aceptar ese camino como inevitable o modificarlo”, advirtió Isabel Román Vega, coordinadora del Estado de la Educación, que forma parte del Programa Estado de la Nación (PEN).
El documento consta de seis capítulos que profundizan sobre algunas demostraciones de la crisis y, por lo tanto, los desafíos. Entre estas se señalan:
- Estudiantes que vivieron el “apagón educativo” en edades tempranas, como preescolar, ingresaron a primer grado de primaria con un perfil educativo menor al esperado por sus docentes. El Estado de la Educación denominó apagón educativo a los cuatro años en los que los aprendizajes impartidos se redujeron por huelgas de docentes y pandemia de covid-19, entre 2018 y 2021.
- Debido a esa pérdida de aprendizajes, seis de cada 10 alumnos de cuarto grado no pueden leer ni escribir un texto simple, por deficiencias en el desarrollo cognitivo y conciencia fonológica.
- Por el rezago que arrastran desde su etapa escolar por el “apagón educativo”, los colegiales que están actualmente en décimo año se convierten en la ‘generación menos preparada’ para su desarrollo personal y profesional.
- Costa Rica presenta una de las más altas brechas de género en su sistema educativo en comparación con otros países de América Latina. En promedio, las mujeres están hasta 10 puntos por debajo en las pruebas estandarizadas de ERCE de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para tercer grado.
- Debido a las deficiencias con que llegan los nuevos graduados de colegio, la educación superior costarricense encara graves desafíos que, de no resolverse, serán “una debilidad estratégica para el país”.
- Las respuestas de política pública han sido insuficientes frente al “apagón educativo”. Por ejemplo, no hubo un “sólido plan de nivelación ni acompañamiento sistemático a los docentes y estudiantes”.
- Entre 2021 y 2023, caídas de la inversión per cápita en educación hicieron retroceder al país hacia niveles que se tenían 10 años atrás. Hubo recortes en programas de equidad, en construcción y mantenimiento de infraestructura y desarrollo profesional docente.
- Entre 2014 y 2023, el Ministerio de Educación Pública (MEP) solamente creó dos colegios técnicos profesionales (CTP). Uno en La Carpio y otro en Hatillo, ambos en San José, los cuales empezaron a funcionar en 2016. Ocurre pese a que se trata de una modalidad educativa “fundamental para el desarrollo del país” por ofrecer a la población joven una alternativa para continuar estudios universitarios en sus áreas de interés, que implica “incrementar los niveles de calificación y productividad de la fuerza laboral”.
La portada del IX Informe del Estado de la Educación contiene un error ortográfico, Educación con “s”, como una manera de llamar la atención sobre la emergencia en el sector.
“Por eso alertamos acerca de la existencia de una ‘Educación’ con ‘s’ que se está normalizando. Este problema inmediato no es, sin embargo, el único. Hay otros problemas de fondo que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo, sin resolverlos”, insistió Román, quien labora con el Programa Estado de la Nación desde 1996.
En respuesta, la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, dijo desconocer el documento, pero prometió compararlo con el diagnóstico que tiene el Ministerio.
Sin todas las materias
Otro de los aspectos preocupantes del análisis es que, a 2022, menos del 10% de las escuelas ofrecían todas o la mayoría de materias que los estudiantes deberían estar aprendiendo. Eran tan solo 317 de 3.687 centros.
“En Costa Rica hay tres grupos de escuelas: las que ofrecen una cobertura curricular baja (38%), una intermedia (51%) y una alta (10%). El 80% de las de cobertura baja usualmente no ofrecen materias complementarias, el 70% de las de cobertura intermedia ofrecen una o dos y las de cobertura alta ofrecen cinco o más”, explica el estudio.
La estimación es que ni en 60 años el país podrá asegurar la oferta académica que debería.
Los investigadores también destacaron el incumplimiento de 31 acuerdos nacionales dirigidos a garantizar el acceso a una educación equitativa y de calidad. En su criterio, la falta de compromiso para lograr estos acuerdos pone en peligro la aspiración del país de ofrecer una formación acorde a los estándares actuales.
“Hoy vivimos una crisis por falta de recursos para la educación. Una crisis por una gestión educativa desenfocada de los problemas de fondo. Y una crisis de resultados educativos”, mencionó Román.
Mala predicción
Pablo Chaverri Chaves, académico e investigador del Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA), considera que el informe revela un gravísimo y peligroso retroceso en el sistema educativo.
“No solo amenaza con llevar al suelo los logros educativos históricos de la sociedad costarricense, sino también con falsear las bases de la relativa estabilidad política e institucional que el país construyó con un gran esfuerzo y recursos mucho más limitados que los actuales”, manifestó Chaverri en conversación con La Nación.
El académico explicó que investigaciones económicas recientes muestran que el crecimiento a largo plazo del producto interno bruto (PIB) de una nación está ampliamente determinado por las habilidades de su población, las cuales, según el informe, los menores de primaria no tienen.
“Cerca de tres cuartas partes de la variación en el crecimiento del PIB per cápita de los países pueden explicarse por las mediciones internacionales de habilidades matemáticas y científicas, que a su vez dependen del logro de la lectoescritura. Es decir, que la pobreza de los aprendizajes es un predictor de estancamiento y empobrecimiento económico”, insistió el experto.
‘El tiempo se nos agotó’
Para Katherine Barquero Mejías, investigadora del Estado de la Educación, Costa Rica ya va tarde en la búsqueda de soluciones para el sistema educativo, por lo que no puede darse el lujo de perder más tiempo.
“Esto tuvo que haberse priorizado como lo hicieron los países en América Latina, prácticamente, a inicios de 2021, basados en evidencia. El problema que hemos tenido no es que las autoridades no tomen medidas o incluso que no se parezcan de cierta forma a las que toman otros países; el problema es que las hacemos sin información que nos respalde”, indicó.
En su criterio, las autoridades toman decisiones sin saber si van a ser efectivas o no.
“Es un llamado a actuar ya. El tiempo se nos agotó. Tenemos que actuar ya antes de que se sigan arrastrando estas carencias tan importantes y tan básicas que van a afectar las trayectorias futuras y las oportunidades de desarrollo profesional, laboral y personal de los menores”, dijo Barquero.