Al Colegio Técnico Profesional (CTP) de Pacayas, en Alvarado de Cartago, asisten actualmente 1.278 estudiantes, divididos entre el sistema diurno, vocacional y nocturno. Se puede decir que ya comienzaron a estrujarse, pues el número superó la capacidad de las instalaciones, que es para 1.100 jóvenes.
La demanda en la zona por las carreras del CTP obligan a la Junta Administrativa y a las autoridades del colegio a hacer modificaciones en algunas áreas para tener más aulas.
“En realidad no tenemos la capacidad para recibir a tantos estudiantes, con costos los que tenemos en este momento”, comentó el director del centro educativo, Mario González, en una entrevista con La Nación.
“Aquí tenemos 50 aulas, 25 son técnicas, en las que solo le caben el máximo de 20 estudiantes (...) En un aula grande entran hasta 40 chicos bien acomodados, pero el otro problema que tenemos es el mobiliario, hacen falta pupitres, se han solicitado, pero supongo que hay prioridades; eso resta calidad a los procesos educativos”, dijo González mientras mostraba el estado del edificio.
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El colegio de Pacayas no sería el único con estas congojas por falta de espacio ni tampoco ese es el único apuro para este tipo de centros, que atienden una necesidad urgente del país: la educación técnica.
De hecho, el Ministerio de Educación Pública (MEP) reconoce que en este momento, la entidad es incapaz de atender la demanda y las necesidades de la educación técnica.
“Hay una demanda no satisfecha de personas que quieren ir a la educación técnica porque ven una oportunidad real de empleabilidad, entonces seguramente hay listas de espera de estudiantes”, reconoció Pablo Masís, director de Educación Técnica del MEP.
Según el funcionario, podría ser que lleguen 300 estudiantes al proceso de admisión que comienza en sétimo año, pero solo se pueda recibir a 100.
“Tenemos una sobredemanda y una oferta que no logra satisfacer porque la capacidad locativa está limitada, ya nosotros llegamos al techo de esa capacidad”, afirmó.
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Actualmente, hay 126.500 estudiantes en instituciones de educación técnica. De ellos, 72.000 están matriculados en carreras técnicas (décimo, undécimo y duodécimo) y 55.000 están entre sétimo y noveno año, realizando el proceso de orientación vocacional para llevar una carrera técnica.
Estos alumnos acuden a los 153 centros educativos con esa modalidad. De esos, 137 son CTP y el resto se dividen entre Institutos Profesionales de Educación Comunitaria (IPEC) y Centros Integrados de Educación de Adultos (Cindea).
De acuerdo con Masís, aparte de que existe una gran demanda, ya se enfrentan a problemas de sobrepoblación en centros educativos, como ocurre en Pacayas.
“En realidad todos esos centros educativos llegaron al tope de sus capacidades y varios centros tienen una sobrepoblación. Son todos esos directores los que han contado que les faltan aulas, laboratorios y están haciendo malabares con los muchachos para que estén ahí, entonces sí, tenemos una sobrepoblación en algunos centros; sí, tenemos una sobredemanda del servicio, y sí, no tenemos la demanda satisfecha porque el país tiene una enorme necesidad y los recursos han disminuido”, alegó Masís.
Para él la situación actual se explica en el hecho de que el último CTP que se inauguró en Costa Rica fue en el 2016. A pesar de eso, dijo, desde el 2014 y hasta el 2022 la población matriculada en este sistema educativo “aumentó, aumentó y aumentó”, sin tener infraestructura nueva.
Las consecuencias de la falta de cupos también la vive el CTP de Jacó, en Garabito de Puntarenas, en el cual hay 1.400 estudiantes, lo que es “una locura” según palabras de Fernando Pusey, director de la institución.
“Hace muchos años no se invierte en infraestructura en los colegios técnicos y la población sigue creciendo, el problema es la capacidad instalada de los centros educativos. Tener un colegio de 1.400 estudiantes es una locura, porque no se puede cumplir con los servicios de calidad, servicios sanitarios, comedores, pupitres, aulas, una serie de condiciones que los jóvenes requieren y ahora no la tienen”, precisó.
En las aulas, dijo, se tienen que acomodar 45 estudiantes, aun y cuando el máximo señalado por el MEP sea de 35, de acuerdo con decreto ejecutivo N°40529-MEP del 2017.
“Es una saturación increíble”, expresó.
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Grandes retos
La Dirección de Educación Técnica y Capacidades Emprendedoras dice tener claros los retos a los que se enfrentan y deben solucionar, pues ya fueron señalados en un informe de la Contraloría General de la República (CGR).
El órgano contralor se refirió a “7 grandes desafíos” que tienen que ver con programas de carreras, formación de los docentes, infraestructura, equipamientos, brechas entre comunidades y atención a población en vulnerabilidad, entre otros.
De acuerdo con Masís, el MEP decidió convertir ese informe en un “plan estratégico” para buscar soluciones.
“Le entregamos a la Contraloría una hoja de ruta de todas las carreras técnicas que vamos a ir actualizando y construyendo para adelante; le entregamos una hoja de los esfuerzos que estamos haciendo para que la inversión en educación técnica con los recursos que tenemos sea una inversión más eficiente, más rápida”, aseguró.
Las modalidades que ofrece el MEP en los diferentes CTP se dividen en tres:
⇒Agropecuaria, que ve 8 carreras.
⇒Comercial y Servicios, con 35 carreras.
⇒Industrial, con 25 especialidades.
Sin embargo, hay retos importantes, para los que no han logrado plantear una respuesta “porque son desafíos muy grandes de fondo”.
Por ejemplo, el informe de la CGR solicita ampliar la cobertura de la educación técnica, pero el MEP alega que aunque es una necesidad evidente, no lo pueden realizar porque se necesitan recursos.
En cuanto a profesores, Masís explicó que la complicación se da en carreras con gran demanda en las que no tienen suficientes educadores especializados para que se pueda impartir en todos los colegios técnicos del país.
“Necesitamos más profesores en Climatización, no hay docentes en el país graduados en esa área; requerimos abrir más Contabilidad Bilingüe, pero no tenemos docentes de contabilidad que hablen inglés. Se requieren docentes que formen a las personas en esos empleos de mayor demanda, es un círculo que se nos complica”, indicó.
Alta empleabilidad
¿Por qué las carreras técnicas atraen a tantos jóvenes? La razón es su alta empleabilidad.
Esa, por lo menos, ha sido la experiencia de Juan Manuel Brenes, egresado de Producción Pecuario del CTP de Pacayas.
“He conseguido trabajo en muchos lugares, más bien me llaman de aquí y de allá, pero tal vez uno ya está en otro trabajo y no le queda de otra que decir que no “, relató.
Como Brenes, muchos jóvenes consiguen quedarse trabajando luego de hacer su práctica en una empresa, “pues son perfiles muy apetecidos y entran directo”, según la oficina de prensa de la Agencia de Promoción de Inversión de Costa Rica (Cinde).
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Aunque Cinde no maneja un dato exacto de cuántos jóvenes egresados de un CTP están laborando, aseguran que la empleabilidad es bastante alta y por esa razón trabajan en conjunto con el MEP y multinacionales para construir las carreras que se necesitan.
“Según el Foro Económico Mundial, 85 millones de empleos podrían desaparecer para el 2025, pero para ese mismo año, surgirían 97 millones nuevos tipos de empleos, haciendo reskilling y upskilling. Así, planteamos una forma de hacer diferentes las cosas, de la mano de socios estratégicos en el sector público, junto a todo el expertise de las empresas multinacionales y su conocimiento sobre las tendencias globales”, dijo Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión de Cinde.
Datos de esa agencia señalan que entre el 2015 y 2021 se graduaron 38.226 personas en especialidades técnicas. En 2022, la matrícula fue de 8.083 estudiantes.
De acuerdo con el MEP, a partir del 2019 las carreras se construyen con un estándar de cualificación creado con el sector empresarial y eso garantiza que ese programa que llevan los estudiantes de los CTP responde a la necesidad del mercado.
“Tenemos carreras técnicas que tienen índices de empleabilidad altísimos, por ejemplo las carreras de Informática, Redes de Computadoras, Desarrollo Web. A esos estudiantes, la empresa está esperando que terminen la formación para contratarlos”, dijo Masis.
El funcionario recordó que en el 2019, el Consejo Superior de Educación (CSE) cuestionó la demanda de especialidades como Ciberseguridad y, dos años después, Costa Rica sufrió un ataque informático importante que paralizó muchos servicios esenciales del país. Este año, se graduará la primera generación de estudiantes especializados en ciberseguridad.
Costa Rica, además, se convirtió en el primer país en Latinoamérica en impartir una carrera de Inteligencia Artificial en la educación secundaria.
“En el 2020 se me preguntó si esto realmente estaba cercano (la inteligencia artificial) y ahora está el ChatGPT”, concluyó Masís.