Una mamá acudió a la Sala IV para quejarse de la maestra de su hijo, quien lo dejó sin recreo por haber agredido a una compañera en una escuela en Desamparados, San José.
El reclamo, que los magistrados rechazaron el 30 de setiembre, no es excepcional pues, según los docentes, los cuestionamientos a su autoridad se han vuelto “ pan de cada día”.
José Hidalgo, docente de Artes Industriales del Liceo de Puriscal, considera que el miedo a demandas hace que los docentes prefieran involucrarse menos cuando se trata de formar y corregir a un alumno.
Hidalgo narró que, aunque una vez descubrió a una estudiantes escuchando materia grabada en su celular en medio de un examen, no pudo hacer nada.
“Tenía el teléfono escondido en su pantalón y de allí salía un audífono. Cuando le dije que apagara el teléfono, se puso blanca, pero los docentes no podíamos tocarle el celular para comprobar su falta, porque iba contra sus derechos. Dios guarde tocarle el teléfono ”, aseguró Hidalgo.
Durante una visita a Costa Rica a inicios de octubre, la experta sueca en Educación Inger Enkvist, afirmó que los alumnos de hoy tienen muchas libertades que afectan su formación y que la autoridad del maestro en la clase se ha ido perdiendo. Ella es catedrática de la Universidad de Lund y asesora del Ministerio de Educación de Suecia.
Gilberto Cascante, presidente de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), que aglutina a alrededor de 50.000 afiliados, dijo que las quejas de los docentes por pérdida de la autoridad son frecuentes en la agrupación.
“En la sociedad costarricense se han deteriorado los valores y la escuela es un reflejo de las comunidades donde viven; el educador dentro de la comunidad ha perdido un papel protagónico. Se ha perdido el respeto profesional. Son constantes las quejas por esto. Los docentes llegan a sufrir maltrato verbal y físico del alumno y amenazas, pero el MEP no da apoyo ”, manifestó Cascante.
Añadió que las demandas son un derecho del padre, pero consideró que su mal uso causa angustias a a los profesionales.
De enero a setiembre del 2016, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha recibido 564 denuncias de alumnos por desacuerdos con la evaluación de la conducta, la evaluación académica, abuso psicológico, negligencia y abuso de autoridad.
Familia. Para los educadores, la falta de respeto hacia el docente proviene de la familia. Noemy Arce, maestra de la Escuela Puente Salas, en Barva de Heredia, refirió que se ha topado con padres que la han desautorizado frente al niño.
“Claro que la autoridad del docente se ha perdido. Una madre me dijo , en frente del alumno, ‘yo le creo a mi hijo, no a usted’. Eso promueve el irrespeto. Hubo una vez que una madre nos grabó sin saberlo nosotros; nos ven como enemigos. La palabra demanda se usa para todo. A los niños se les han recalcado sus derechos, pero no sus deberes. Hay niños que han amenazado a otras docentes de que las van a acusar con el PANI (Patronato Nacional de la Infancia). Lo único que uno pide es que le permitan ser docente y formador”, enfatizó Arce.
Medidas. El MEP está enterado de la preocupación de los docentes.
Sonia Marta Mora, ministra de Educación, dijo que el límite entre autoridad de maestro y derechos de estudiantes lo establece el docente.
“Ese equilibro es parte de la expresión fundamental de un maestro maduro y con experiencia. No hay una oposición entre la autoridad del docente y el derecho del estudiante. Un docente seguro de sí mismo y de su función en el aula sabe calibrar lo que es su autoridad”, expuso Mora.
La ministra agregó que el respeto a la autoridad del maestro no es solo una labor del sistema educativo, si no de toda la sociedad.
Según dijo, las demandas y tensiones bajan si los directores pueden propiciar el diálogo entre docentes y alumnos.
El MEP ha impartido cursos para promover el liderazgo en los educadores. El último se realizó durante el primer semestre de este año . Se impartió en 13 direcciones regionales y se capacitaron 376 directores de primaria, educación media y preescolar. Se espera que estos cursos continúen en el 2017.
No obstante, Mora recalcó que los maestros también pueden hacer uso de las medidas disciplinarias existentes.
El MEP establece un rebajo en conduta a los alumnos por faltas muy leves, leves, graves, muy graves o gravísimas. Estás van desde el uso incorrecto del uniforme, hasta el daño a equipos, robos hasta la agresión y el consumo de drogas.
Sin embargo, José Hidalgo, docente de Puriscal, considera que los alumnos no temen a las boletas, ya que la nota de conduta no tiene valor para determinar si un alumno pasa o no el año.
“Una vez llamé la atención a un joven que estaba usando vocabulario soez y agredió a otro compañero. Le hice una boleta, pero me llamaron de la dirección a decirme que yo no seguí el debido proceso para hacer la corrección, solo porque no llamé a los papás para que estuvieran presentes mientras yo interrogaba a los alumnos. Al final la boleta quedó invalidada. Hay leyes que fomentan la vagabundería y los malos hábitos en los alumnos”, dijo.