Un grupo de al menos 25 estudiantes encaró, ayer miércoles, al decano de la Facultad de Derecho de la UCR, Alfredo Chirino, por calificar como “una leyenda negra” el malestar que genera en un sector del alumnado, el actuar del catedrático Mainor Salas, sobre quien recaen una serie de denuncias por aparente acoso sexual.
"Hay toda una leyenda negra de la forma en que él da clases, los ejemplos que utiliza, algunas referencias que hace; pero todo han sido rumores”, reza la polémica frase de Chirino.
Esa declaración aparece en un reportaje que publicó el semanario Universidad con los relatos de diez estudiantes, exestudiantes y egresadas de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes aseguran haber sufrido acoso sexual e insultos por parte de Salas, en los últimos años.
La protesta estudiantil ocurrió alrededor de las 5:30 p. m., a las afueras del auditorio, mientras transcurría una asamblea de facultad, en donde estaba presente Chirino.
Allí, el grupo de alumnos, incluso con un megáfono en mano, le pidió al decano tomar medidas urgentes contra el hostigamiento sexual a lo interno de la escuela.
“Chirino decime qué se siente ser un machito encubridor”, le cantaban los protestantes, quienes en su mayoría eran mujeres.
Andrea Chacón, quien es estudiante de Derecho y además presidenta de la Federación de Estudiantes de la UCR (Feucr), estuvo en la protesta y explicó la molestia que generó las declaraciones de Chirino, pues en su criterio, minimizan la situación de acoso sexual que sufren las mujeres en la facultad, actualmente.
“Los casos de hostigamiento en Derecho son conocidos públicamente. No son rumores, es algo que todo mundo sabe, don Alfredo no puede decir que no eran de conocimiento público. Parte de lo que generó la disconformidad fueron las declaraciones porque estas situaciones no son rumores”, insistió Chacón.
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En los videos de la protesta, que se comparten en redes sociales, se escucha al decano afirmar que él respalda el debido proceso y que habría tomado otras medidas si hubiera conocido sobre los supuestos abusos.
“Ustedes están ofendidos por algo que yo dije o por alguna actitud de mi parte, déjenme explicarles que era lo que yo quería decir".
-"Por cómplice", le grita una estudiante.
Ante lo cual él continúa: “Me dicen encubridor y cómplice cuando yo lo único que hice fue valer, como se hace en un estado de derecho, la necesidad de proteger principalmente intereses que han costado mucho tiempo, como es el debido proceso”.
-¿Y quién protege a las víctimas?, lo interpelan.
"Las víctimas merecen un tratamiento de debido proceso, las víctimas merecen el reconocimiento de sus derechos y merecen también la atención de parte de todos nosotros.
"Si nosotros hubiéramos tenido todas esas manifestaciones que tuvieron en el semanario Universidad y hubiéramos tenido la posibilidad de conocerlas previamente, perfectamente hubiéramos podido hacer algo”, se escucha decir al decano en los videos.
El presidente de la Asociación de Estudiantes, Luis Eduardo Zapata, quien también estuvo en la manifestación, dijo que durante la protesta de ayer, Chirino se comprometió verbalmente a desarrollar un instrumento para cuantificar la situación del acoso sexual en la facultad Derecho.
Al mismo tiempo, según Zapata, el decano también habría ofrecido convocar a los profesores a una capacitación contra el hostigamiento de manera obligatoria y a no nombrar más a Mainor Salas como docente.
Desde horas de la mañana del miércoles, La Nación intentó comunicarse con Alfredo Chirino, pero el decano no respondió a las llamadas y mensajes enviados pidiendo una entrevista presencial para aclarar la situación. Hasta este jueves, él garantizó atender a este medio, en horas de la tarde-noche.
Por su parte, Boris Molina, abogado de Mainor Salas dijo que no se va a referir a la protesta y que mantiene las declaraciones enviadas por correo electrónico.
En ese texto, él expresa que algunas de las frases de su cliente “fueron totalmente sacadas de contexto” y que quienes lo atacan son “quienes jamás han puesto un pie en sus cursos”.
“Sería bueno que, en búsqueda de la simetría de la información y de la imparcialidad, se buscara el criterio de aquellas personas que quieran contar su experiencia favorable en las clases, o fuera de ellas, con el profesor Salas. Incluso, haciendo hasta una convocatoria en redes sociales, tal cual parece que hicieron quienes ahora le acusan (haciéndose llamar una “manada” feminista)”, afirmó el defensor.
Cúpula se aleja
Desde ayer miércoles, en horas de la tarde, la cúpula de la UCR se distanció de las polémicas declaraciones de Chirino.
Primero, en un comunicado de prensa el rector a. i., Fernando García, declaró que las afirmaciones de Chirino “no representan la posición de la universidad”, pues “los casos de acoso y hostigamiento sexual no son trivialidades o rumores”.
"Se sabe que tenemos un problema de acoso sexual en la universidad, como en muchas instituciones públicas, y no pretendemos ocultarlo, más bien hemos impulsado campañas para motivar que las personas víctimas denuncien, la administración está del lado de las víctimas”.
Posteriormente, el rector Jensen, en una llamada telefónica desde Perú con La Nación, secundó esa posición: "Yo no utilizaría ese tipo de caracterizaciones, sobre todo que el concepto de leyenda (negra) hace referencia a acontecimientos fantásticos.
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"Yo no puedo afirmar que lo atribuido al señor Salas sea la verdad, pero sí puedo decir que lo que transmiten las víctimas tiene que ser tomado como un hecho real, es decir, no puede ser tratado como un hecho fantástico, tiene que ser tratado como una realidad muy concreta, muy acongojante y tiene que ser tratado con empatía ante el dolor y la desesperación que provoca este tipo de comportamiento de parte de una persona hacia otra.
“Ser tratado como objeto sexual y, además de ello, con violencia verbal, es una denigración insoportable y absolutamente inaceptable. Es absolutamente condenable, yo parto de una posición de empatía con las víctimas”.
El caso de Mainor Salas
Universidad dio a conocer que el catedrático Mainor Salas, entonces de 45 años, fue sancionado con una suspensión de ocho días por escribirle a una estudiante de 20 años que quería verla en calzones, entre otras manifestaciones.
Tras cumplir con esa sanción, el docente en propiedad se reincorporó a sus funciones y actualmente imparte clases, pese a que parte del estudiantado se niega asistir a cursos suyos, o bien, que sea nombrado como su director de tesis.
Además de ese caso, Universidad recopila otros nueve relatos de estudiantes, exestudiantes y egresadas de la UCR, quienes aseguran haber sufrido acoso sexual e insultos por parte de Salas, en los últimos años.
Ellas también afirman que escuchaban al catedrático expresarse con un vocabulario obsceno, en el cumplimiento de sus funciones. Actualmente, Mainor Salas labora medio tiempo como docente y otro medio tiempo como investigador universitario.
Aunque solo el caso de la primera se denunció formalmente ante la Comisión de Hostigamiento de la UCR. Eso ocurrió en 2014 y concluyó con la sanción de ocho días de suspensión para el catedrático, en agosto del 2015.
Ese es el castigo máximo que contempla el reglamento de la UCR en contra del hostigamiento sexual para los docentes y personal administrativo que incurran en una falta grave.
Incluso, esa pena es muy inferior a la que recibiría un estudiante por hechos similares, pues para ellos, la sanción contemplada va de los 15 días a un mes de suspensión. Los expedientes por estos casos son declarados confidenciales.
En aquella oportunidad, según Universidad, la Comisión calificó los hechos denunciados como una falta grave, luego de concluir que Mainor Salas hizo uso de “diferentes estrategias para evitar que la estudiante suspenda su comunicación con él".
“Entre ellas se identificaba 'retarla cognitivamente’ a discutir temas sexuales como parte de una relación académica entre profesor y estudiante; hacerse la víctima por una supuesta actitud displicente de la estudiante; buscar formas verbales para despertar el erotismo en la estudiante y que entonces se abra a comentar experiencias propias en ese ámbito”.
Como prueba de su testimonio, la joven denunciante aportó mensajes privados de Facebook, donde Salas, en apariencia, le solicitaba entre otras cosas, fotografías en ropa interior.
“Quiero verte en calzones...! (sic.)”, se lee en uno de los mensajes, que según Universidad, el catedrático le envió a la denunciante por esa red social.
En esa mensajería, agrega el medio, también se leen frases como: “En qué fase sexual estás ahora…? Qué te excita mucho? Algo con lo que fantasees seguido (sic)”. O comentarios como “A mí me pone como loco agarrar a una jovencita de unos 20 añitos y tratarla como una completa zorra”.
Fernanda se atrevió a presentar la denuncia luego de que Salas la reprobó en un curso, según ella, sin ninguna justificación. El docente tampoco aprobó a un amigo suyo, que un día, en broma, había dicho que eran novios.
“Desde ahí fue un infierno. Todas las clases nos gritaba, a todas horas, en todo momento, no importaba lo que estuviéramos haciendo”, expresó la joven a Universidad.
En otro de los testimonios recogido por ese semanario, una joven identificada solo como Megan, relató que Salas un día le dijo "que tenía que liberarme sexualmente, que él ya lo había hecho. Dijo que estaba bien que cuando estuviera ‘cogiendo con quien estuviera cogiendo’, pensara en él, que es algo normal”.
Otra estudiante, por su parte, contó lo que le habría dicho el docente de Derecho: “Decía cosas como: ‘ya sé por qué sus papás le pusieron María José, porque no sabían si era hombre o mujer’, o ‘una muchacha como usted debería estar con un hombre como yo’".