El exministro de Educación, Leonardo Garnier (2006-2014), criticó ante los diputados el alto costo de las obras que se han desarrollado con fondos del fideicomiso educativo.
Garnier fue llamado a comparecer ante la Comisión de Juventud, esta martes, para que se refiriera a la operatividad de la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE) mientras él fungía como jerarca de esa cartera.
Su llamado se dio dentro de la investigación que realizan los diputados sobre posibles irregularidades en el funcionamiento de esa dependencia del Ministerio de Educación Pública (MEP).
El exjerarca señaló que ciertas escuelas levantadas con fondos del fideicomiso costaron el doble de lo programado.
"Ahí hay que hacerse una pregunta. Uno: pasaron varios años, los precios suben, entonces suena razonable; pero cuando me dicen que el precio de una escuela se duplicó, la inflación no ha sido tan alta. Mi pregunta es ¿qué está pasando con algunas obras del fideicomiso que están saliendo tan caras?, cuestionó.
El fideicomiso por $167,5 millones se aprobó en el 2013 y sigue en ejecución, pues el proceso de construcción de las obras ha sido lento.
"Si yo le digo a una empresa: ‘usted me hace una escuela en ¢200 millones’, cómo es que de pronto la empresa me dice: ‘no, me salió en ¢400 millones’. Yo tenía un préstamo total que alcanzaba para 80 obras, si alguna me sale más cara quiere decir que otra no la voy a poder construir”, añadió.
Por ejemplo, en la ley del fideicomiso se estimó que la Escuela Finca La Caja, en La Carpio, La Uruca, San José, costaría $5,8 millones; su precio final fue de $6,8 millones.
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El Colegio Guararí, en Heredia, se calculó en $2,6 millones pero costó casi el doble, $4,7 millones. Finalmente, el Colegio Occidental, en Cartago, se estimó en $3,8 millones pero se invirtieron $5,5 millones.
Debido a estos costos, el dinero del fideicomiso, proveniente de un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para construir 80 centros educativos y 23 canchas techadas; solo alcanzó para hacer la mitad de las obras.
La razón que han dado las administraciones de Luis Guillermo Solís (2014-2018) y la de Carlos Alvarado (2018 a la actualidad) para el incremento en el costo y ante el hecho de que el dinero no alcanzó para todos los proyectos, es que, justamente, durante la gestión de Garnier, los costos estimados fueron menores porque no hubo estudios técnicos.
Otra razón esgrimida, es el encarecimiento de las obras por el atraso de más de dos años del Banco Nacional (que maneja el fideicomiso) para conformar la Unidad Ejecutora, encargada del desarrollo del proyecto.
La Dirección
Durante su comparecencia, Leonardo Garnier expresó además que él no cerraría la DIEE, por considerar que “sería empezar de cero”.
Así respondió ante consultas de los diputados en relación con los problemas de clima laboral “decadente” y y problemas de funcionamiento de esa Dirección, señalados por la Auditoría Interna del MEP y la exdirectora, Andrea Obando.
De esta forma, el exjerarca defendió la oficina creada en su primer año como ministro. Según él, con esa dirección, se aumentó hasta en 10 veces la inversión en infraestructura educativa que pasó de ¢3.600 millones en 2005 a ¢38.000 millones en 2014 cuando dejó el Ministerio.
Reportajes de La Nación dieron a conocer las deficiencias del funcionamiento en los últimos años, como la existencia de 100 proyectos con anomalías por presupuestos inflados, irregularidades en la compra de terrenos y en la contratación de ingenieros externos.
También informó de 400 obras urgentes en escuelas y colegios que quedaron a la deriva, porque el funcionario que conocía los casos se pensionó y no los reportó.
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También dio a conocer que el actual subdirector de la DIEE, Carlos Villalobos, giró millones a escuelas para obras no solicitadas. Por ese hecho, la Contraloría General de la República recomendó despedirlo, pero él acudió a la vía judicial y la resolución está pendiente.
La jefatura de Villalobos fue durante la gestión de Garnier, de junio de 2008 a mayo de 2014.
Sin ejecutar
A la fecha, la DIEE tiene que ejecutar los ¢134.000 millones para infraestructura educativa que las juntas de educación tienen en caja única del Estado.
Ante esas realidad, Garnier dijo que se inclinaría más por no tener una única forma de construir escuelas y colegios, y buscar otras vías como el fideicomiso.
“El Estado ha venido recurriendo a terceros para construir cosas, el MEP y la DIEE deberían tener una actitud más flexible. Si hay empresas que se especializan en construcción, les digo ‘necesito una escuela, hágala y se la compro y se la pago a 20 años plazo’. Lo que me tengo que preocupar es que me lo entreguen bien”, dijo.
El exfuncionario considera que la DIEE debería ser un departamento pequeño que se encargue de fiscalizar el avance de esas obras hechas por terceros.
Insistió en que, durante su administración, la forma en que trabajaba este departamento era “bastante buena”.
“No era perfecta, tuvimos problemas, cosas que se conversan hoy, fondos en las Juntas (de Educación) que no se gastaban, pero no en las magnitudes que hoy en día”, aseveró.
Considera que ejecutar el dinero ocioso que las Juntas tienen engavetado (¢134.000 millones) reactivaría la industria de la construcción.
“Tener esa plata guardada, es lo mas tonto que podemos hacer”, añadió.