Pese a las grandes diferencias que pueden existir en infraestructura, acceso a tecnología y recurso humano, ir a un colegio público o privado tiene poco que ver con el rendimiento de un alumno en las pruebas internacionales PISA, que miden conocimientos en Matemática, Ciencias y lectura.
Lo que sí tiene un mayor peso en el éxito estudiantil en esas pruebas son las características personales y las actitudes de los alumnos y sus familias.
Este es el hallazgo de dos investigaciones realizadas a partir del diagnóstico del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), en el cual participaron cientos de estudiantes ticos en el 2010.
Ambos estudios, divulgados el año pasado, analizaron los factores vinculados al éxito de los alumnos costarricenses en estas pruebas.
El primero de ellos, publicado en el IV Informe Estado de la Educación , reveló que alrededor del 43% de la variación de los puntajes se explica por situaciones asociadas al estudiante y solo un 12% por aquellas relacionadas con la institución educativa.
“Cuando empezamos a ver los factores individuales que más explican el rendimiento, resaltó mucho el tema de la actitud hacia la lectura, las estrategias para resumir un texto y la ubicación del distrito al que pertenece el colegio”, explicó Isabel Román, coordinadora del Estado de la Educación.
Los jóvenes que disfrutan leer como pasatiempo obtuvieron, en promedio, calificaciones hasta 50 puntos más altos en la prueba de competencia lectora.
En la evaluación de Matemática, resultaron igualmente importantes las estrategias para resumir y comprender un texto.
“Esas brechas entre público y privado se reducirían en más de un 60% si los colegios públicos tuvieran estrategias más fuertes de promoción de lectura”, dijo Román.
También se detectó una vinculación directa entre el nivel socioeconómico del hogar y las expectativas familiares en relación con el logro académico del joven.
“Hay una diferencia muy clara entre ambos tipos de poblaciones. En los colegios privados suele haber chicos cuyos padres les inculcaron la lectura desde temprano, climas educativos altos, mejores condiciones económicas, etc. Todos estos factores inciden, no tanto por el hecho de ser una institución pública o privada”, agregó.
Brechas. El otro estudio es de dos economistas de la Universidad de Costa Rica (UCR). Fue publicado en diciembre en la Revista de la Cepal . En este caso, se atribuye la brecha en el rendimiento de colegiales a factores como la repitencia.
Andrés Fernández, uno de los autores de este estudio, aseguró que las características escolares no resultaron determinantes frente a otros aspectos personales.
“Cuando se trata de explicar la desigualdad en el rendimiento educativo, las diferencias socioeconómicas pesan mucho más que las diferencias en los recursos escolares”, indica el estudio.
“No importa si es un estudiante de institución pública o privada, los que tengan más o menos recursos van a tener un mayor puntaje”, añadió Fernández.
En otras palabras, al eliminar las diferencias socioeconómicas entre los alumnos, el desempeño de los jóvenes es muy similar tanto en PISA como en las pruebas de bachillerato, resaltó el ministro de Educación Pública, Leonardo Garnier.
“Hay una creencia generalizada de que la educación privada es mejor que la pública, pero los análisis no solían tomar en cuenta otros elementos que pudieran incidir”, manifestó el jerarca.
Pese a las coincidencias en los resultados, la investigadora del Estado de la Educación, Eiliana Montero, recomendó tomar las conclusiones con cautela: “Es muy difícil hacer un corte claro entre elementos personales e institucionales porque las variables están muy interrelacionadas”.
Garnier y el Estado de la Educación coinciden en la necesidad de mantener la reducción de brechas, sea cual sea su fuente de origen.
“Las pruebas PISA nos dan todo un arsenal de información para entender qué están aprendiendo los estudiantes, qué no y cuáles factores están incidiendo. Esto nos da un norte sobre las medidas que debemos tomar en el corto plazo”, dijo Isabel Román.
“Necesitamos hacer un mayor esfuerzo por atender a la población en mayor desventaja”, agregó.
Garnier reconoció que el país todavía no está en capacidad de subsanar las diferencias: “A un muchacho del quintil más bajo (el 20% de la población) puedo darle una educación de una calidad similar en un colegio público que en uno privado, pero no una educación mejor como para poder compensar”, añadió.
En países como Finlandia, recalcó Garnier, se desarrollan estrategias como suministrar dos profesores en aulas especiales para atender a estudiantes rezagados.