Múltiples programas de estudio de carreras de Educación impartidos en universidades privadas presentan una desactualización de hasta 20, 30 e, incluso, en pocos casos, hasta 40 años.
La alerta la dio Georgina Jara Le Maire, presidenta del Colegio de Licenciados y Profesores (Colypro) en su comparecencia ante la Comisión Especial de Educación de la Asamblea Legislativa, el martes 16 de abril. La representante fue llamada a referirse a la realidad de la formación inicial docente y lo que viven en las aulas y fuera de ellas los profesionales en Educación.
“Nos hemos encontrado centros de formación que tienen sus programas con una malla curricular de los años 80. No podemos estar formando a nuestros profesionales de educación con mallas curriculares que no estén actualizadas”, expresó Jara.
Posteriormente, en una entrevista con La Nación, la profesional confirmó que se tiene conocimiento de una universidad que desde los años 80 no presenta una revisión en su plan de estudios. Se desconoce cuántas carreras vinculadas con educación se imparten en ese centro.
Estos hallazgos surgieron de la revisión de 183 carreras que están vinculadas con las 12 comprendidas en el denominado Marco Nacional de Cualificaciones, cuyo propósito es establecer las pautas de calidad que deben cumplir los graduados en docencia para ejercer en las aulas. Esas 12 carreras son Educación Inicial (Preescolar), Educación Especial, I y II Ciclo, las de Enseñanza del Español, de Estudios Sociales y de Cívica, y de las Matemáticas.
Al grupo se unen: las de Enseñanza de las ciencias naturales (Química, Física y Biología), así como de Francés e Inglés. También la Docencia, Orientación Educativa y Administración Educativa.
La revisión incluyó 143 carreras de universidades privadas y 40 de centros de enseñanza públicos. Del grupo de universidades privadas, 19 de las carreras no se actualizan desde los años 90. Cinco se renovaron por última vez en 1998 y 30 registran su última actualización entre el 2000 y el 2005. Así lo confirmaron Melba Fallas, coordinadora de la Comisión Técnica Consultiva del Marco Nacional de Cualificaciones, y Rocío Ramírez, analista Curricular del Colypro.
“Al sumar esto hablamos de que esa cantidad de carreras tienen más de 20 años de no actualizarse en universidades privadas”, afirmó Fallas.
Con relación a las universidades públicas, se encontró que una actualizó su programa de estudios en el 2014. Las demás, lo han hecho en un tiempo menor a 10 años.
Jara afirmó que, de acuerdo con su experiencia, las carreras docentes en universidades privadas deberían actualizarse cada cinco años como mínimo.
Jessica Araya, coordinadora de la carrera de Educación de la Universidad de Costa Rica, afirmó que “hay un desfase importante entre el perfil de salida que plantea ese plan de estudios en cuanto a los conocimientos, las habilidades y las aptitudes que promueve y lo que realmente debe saber el docente en el contexto laboral para poder enfrentar cambios y retos educativos”. Advirtió que aunque se cuente con el Marco Nacional de Cualificaciones no significa que las carreras se van a actualizar en un “dos por tres”.
OCDE pide actualizar formación docente
Georgina Jara Le Maire, como presidenta del Colypro, recordó que el encargado de supervisar esas escuelas de formación es el Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup), pero este no tiene los recursos para cumplir con esa función.
“Este ente debe fortalecerse en recurso humano para hacer supervisión de casas de enseñanza que tenemos en el sector privado. Necesitamos recursos para fortalecer todas estas acciones educativas, de supervisión y de revisión para constatar que todo esté al día y actualizado”, manifestó.
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Juan Ricardo Wong, director del Conesup, aseguró que trabajan para atender la situación pues la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomendó actualizar el programa de Educación.
“Ya nosotros estamos en eso. Se formó un comité interinstitucional compuesto por Colypro, Consejo Nacional de Rectores, Conesup y el MEP. Ellos están elaborando una guía de actualización que se va a socializar en julio para que puedan actualizar las carreras de educación de acuerdo con el Marco Nacional de Cualificaciones y el marco de competencia que tiene el MEP. Es un proceso que ya está en marcha, afirmó. Añadió que 27 universidades que imparten dos o más carreras de Educación están aprobadas por Conesup.
De acuerdo con datos del Informe Estado de la Educación, el 70% de los educadores del país se graduaron de universidades privadas, de ahi la urgencia de vigilar la calidad que ofrecen y asegurar la actualización. “Eso es muy importante: significa que al ser mayoría de docentes, si no están bien preparados, las consecuencias las sufre el sistema”, advirtió Isabel Román, coordinadora del Informe.
Román comentó que en las investigaciones sobre los programas de estudio de estas carreras encontraron bibliografías y enfoques desactualizados, lo que genera una brecha entre las universidades y los programas de estudio que tiene el MEP. “Esta brecha ha afectado la aplicación de la reforma curricular que el país tiene desde hace varios años. Muchos docentes no cuentan con formación inicial suficiente para implementar estos nuevos enfoques”.
Como la actualización, la investigadora recordó la importancia de la acreditación de carreras que, en su criterio, debería ser un requisito.
Según la revisión de la comisión técnica, de las 183 carreras docentes incluidas en el Marco Nacional de Cualificaciones, solamente 34 están acreditadas: 30 corresponden a universidades públicas y cuatro a privadas, detalló la analista curricular de Colypro.
Maestra ante un reto continuo de formación
Alicia, nombre ficticio para esta publicación, es una maestra de 45 años y con siete de ejercer. Ella, quien prefiere que no se dé a conocer su identidad por temor a represalias, comenzó a estudiar docencia en el 2014 en una universidad pública y ahora que está en las aulas como maestra de tercer grado es testigo de la urgente necesidad de los docentes por capacitación y actualización continua.
Según dice, sabe que nuevas generaciones de la universidad donde estudió ahora tienen un plan de estudios diferente en el que incluso se incluye Neurociencia.
En el salón de clases ha topado con estudiantes que son muy tecnológicos. Para no quedarse rezagada, ella llevó por su cuenta un curso como operadora en computación. Reconoce que tiene compañeros que no saben ni cómo se maneja una computadora y trata de ayudarlos.
“Al llegar al aula yo puedo enseñar todo lo que se supone que debería, tomando en cuenta lo que aprendí, pero ahora hay lineamientos que son otra cosa. Está la educación dual, la parte tecnológica, inteligencia artificial. En la ‘U’ dicen: ‘esto se hace así’, pero a la hora de la llegada en el MEP es otra cosa”, contó.
Alicia dice que los planeamientos que se hacían cada tres meses ahora deben realizarse una vez al mes. Además, cuenta que también atienden a estudiantes con adecuaciones curriculares significativas sin todo el conocimiento previo.
“Ahora nos tenemos que hacer cargo de niños con diferentes condiciones y discapacidades. Entiendo que es por inclusión y es muy importante. Sin embargo, es difícil trabajar a la vez con un niño con autismo severo o no vidente y enseñarle mientras también se enseña a los otros 28 estudiantes que llevan educación regular.
“Somos docentes de primer y segundo ciclos que llevamos materias de Educación Especial, pero no educación para enseñar y acompañar de la mejor manera a un niño dentro del espectro autista. Siento que ahí la educación pierde calidad para todos”.
Otra de las angustias que enfrenta esta es no saber cómo brindarles atención a estudiantes que después de la pandemia han manifestado “problemas psicológicos y emocionales”. Reconoce no tener la preparación suficiente para manejar esas situaciones.
“Eso es lo complicado. Yo que entré en el 2014 a estudiar y ya cambiaron los planes porque ahora se ven otras cosas. El MEP, por ejemplo, pide usar mucha tecnología, pero yo estoy en una escuela pobre. El único proyector está en la biblioteca. Lo que hice fue bajar un programa para descargar videos de YouTube y enviárselos a los papás por WhatsApp para que se los enseñen a los estudiantes”, añadió.
Su testimonio lo confirma la presidenta de Colypro. Para Georgina Jara, la vocación de los docentes siempre estará y de una u otra manera procurarán dar lo mejor en los salones de clases, pero necesitan apoyo en cuanto a formación continua.
“La vocación no muere, aunque date de 40 años para atrás, de 30 años, ahí está la vocación. Lo que tenemos que fortalecer es que este docente no se enferme porque no está teniendo las herramientas para poder atender a este estudiante”, afirmó.
Se enviaron consultas a la oficina de prensa del Ministerio de Educación Pública (MEP) sobre la situación de los docentes por los programas desactualizados, pero no hubo respuesta.