Un ingeniero que trabajaba en la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE) del MEP se pensionó, en mayo del año pasado, pero omitió reportar que quedaban por tramitar 400 expedientes de órdenes sanitarias y solicitudes de reparación de escuelas, los cuales estaban en sus manos.
Fue hasta hace 15 días que el Ministerio de Educación Pública (MEP) descubrió los 400 expedientes, los cuales estaban en un disco duro hallado en esta Dirección, cuestionada por la Auditoría Interna debido a que su personal es “conflictivo”, “despreocupado” y “sin compromiso”, lo cual paraliza la construcción y reparación de centros educativos.
La Institución tuvo que correr para tratar de aclarar cuáles centros son los que hicieron solicitudes de infraestructura y cuáles son los que tienen órdenes sanitarias y si estas están duplicadas, informó Andrea Obando, directora de la DIEE.
Ella en agosto el mando de esta oficina de 119 empleados, entre ellos, ingenieros, arquitectos, abogados y administrativos a cargo del estado de los 5.000 centros escolares del país.
Obando explicó que el trabajador que dejó abandonados los expedientes inicialmente laboró en la Unidad de Supervisores de órdenes sanitarias, donde atendía los casos de la zona sur y tenía el poder para impulsar los arreglos.
Sin embargo, esa unidad fue disuelta y los profesionales, con todo y expedientes, pasaron al Departamento de Gestión de Proyectos Específicos de la DIEE.
Todos los ingenieros debieron aportar un informe en Excel con la lista de casos que llevaban en el departamento disuelto, pero faltaron los del trabajador jubilado.
“Esas órdenes fueron encontradas porque este profesional se pensionó y no las había documentado formalmente, se pensionó hace como diez meses y no dejó acción documentada, de ellas, ninguna. El departamento del Gestión de Proyectos Específicos no tenía la información; la pasó un compañero en un disco duro. Lo que pasa es que cuando se pensionó, el trámite de esos proyectos quedó detenido. Se debió haber asignado a otro profesional, pero nadie sabía de esa información de él, eran 400 expedientes de proyectos regulares y órdenes sanitarias”, contó Obando.
Al darse cuenta del caso, ella solicitó informes del estado de esos 400 expedientes a la unidad encargada de las órdenes sanitarias del Departamento de Gestión de Proyectos Específicos de la DIEE, pero no se le entregaron.
El lunes volvió a hacer la solicitud, pero se los dieron de manera parcial.
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Nuevamente, pidió la información pero, verbalmente, se le indicó, sin mucho detalle, que las órdenes sanitarias que se incluían en los 400 expedientes estaban duplicadas y que el resto eran proyectos de infraestructura que solicitaron formalmente los centros educativos.
Obando espera el informe detallado de cada uno de los casos y que se le indique cómo fue el paso y manejo de la información de los expedientes cuando se trasladaron al Departamento de Gestión de Proyectos.
La Nación llamó en reiteradas varias al ingeniero jubilado, pero no respondió las llamadas hechas a su celular.
Desorden en la Información
Tras una revisión de las órdenes sanitarias en centros educativos, en la DIEE había un cálculo de que había más de 1.000, incluyendo las que aparecieron abandonadas.
La unidad encargada de las órdenes sanitarias depuró los datos al compararlos con los del Ministerio de Salud, y determinó que en total son 633 centros educativos los que tienen esta prevención; 68 de ellos en categoría “urgente”.
De esos 633, hay 123 centros a la espera de que se les asigne un ingeniero a su caso.
Hay 93 que ya fueron visitados por un profesional que les hizo el diagnóstico y se está la espera del depósito de recursos; hay 137 que están en proceso de contratación de diseño.
Además, hay 82 en proceso de revisión del diseño por parte de un profesional externo; también, 173 escuelas están a la espera de recursos para la ejecución de la obra y 14 casos que fueron trasladados al Departamento de Contrataciones para la obra.
Quedan 11 expedientes que se desconoce su estado.
El Ministerio de Salud informó de que el 90% de las órdenes sanitarias se giran por el deterioro de la infraestructura, el estado de los servicios sanitarios y la inadecuada evacuación de aguas servidas y negras.
Sin embargo, en la lista también figuran decenas de centros educativos afectados por legiones de murciélagos, olores putrefactos, hacinamiento, calor insoportable e inundaciones, entre otros.
Para 2019, la DIEE cuenta con un presupuesto de ¢23.000 millones; de esos, ¢19.000 millones se usarán, principalmente, para atender órdenes sanitarias y emergencias.
Además, las juntas de Educación y Administrativas tienen ¢141.000 millones sin usar en sus cuentas de caja única, según datos del Ministerio de Hacienda.
¿Por qué la DIEE dura tanto en atender las órdenes sanitarias?
Andrea Obando explicó que tradicionalmente la DIEE ha acostumbrado a que si, por ejemplo, la orden sanitaria solicitaba que se reparara una canoa, los ingenieros iban, hacían una revisión de la infraestructura, pero decidían que mejor había que hacer una construcción totalmente nueva.
Entonces, para solventar la orden sanitaria, la DIEE duraba unos tres años, o más , mientras se hacía todo el proceso del nuevo proyecto y se conseguían los recursos. A los dos años de que la orden sanitaria estuviera sin atender, las personas reclamaban y la DIEE justificaba la tardanza en que se iba a hacer el proyecto nuevo.
“Ellos no atendían la especificidad de la obra si no que hacían un proyecto nuevo. Había órdenes sanitarias de ¢6.000 millones. ¿Qué le dice que Hacienda tiene la plata para pagar una orden sanitaria de ¢6.000 millones?”, preguntó la ingeniera.
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Debido a esto, Obando giró al disposición de que, a partir de ahora, si se gira una orden sanitaria para que se arregle una canoa, se arreglará solo la canoa; es decir, únicamente lo que indica la orden sanitaria es lo que se debe atender. Espera que con esta medida, disminuyan los casos de órdenes sanitarias.
“Claro, la gente esta bravísima conmigo por eso, los profesionales externos han venido a esta oficina a decirme que por qué yo estaba tomando esa decisión. Claro, les afecta porque, por ejemplo, el proyecto más grande que tenemos de orden sanitaria es uno ¢6.000 millones, el ingeniero (externo) se gana ¢600 millones por hacer eso (en honorarios)”, contó la funcionaria.
Según la Auditoría Interna y el ministro de Educación, Édgar Mora, en esta cuestionada oficina de construcciones y reparaciones descubrieron que hay proyectos en los cuales se inflaron los montos e incluso que algunos ingenieros contratados externamente, concentran proyectos millonarios.