Un joven de 13 años, vecino de Moravia, visita la biblioteca de la comunidad casi todos los días: después de clases y hasta en vacaciones y, si abrieran los fines de semana, también estaría allí los sábados y domingos.
Muchas veces llega solo; otras veces se pone de acuerdo con sus amigos para ir juntos.
Allí pasa entre cuatro y cinco horas, pero no precisamente estudiando o leyendo. Se la pasa viendo videos, navegando en Facebook o jugando videojuegos en la computadora.
"Siempre lo que vengo es a usar las computadoras y el Internet para ver Facebook o me meto a juegos. Mi mamá sabe que estoy aquí, desde que estaba en la escuela siempre vengo", relató el joven que este 2018 cursará sétimo año.
¿Lee algún libro?, se le preguntó al muchacho. "Muy pocas veces, casi no, pero sí he pedido alguno para llevar", contestó.
Ante la falta de visitantes, debido a la era digital y a la poca lectura de los costarricenses, las bibliotecas han tenido que innovar para atraer públicos.
En el país hay 60 bibliotecas que han tenido que ofrecer cursos de idiomas, talleres de manualidades, clases de zumba, de yoga y hasta Internet gratis, que es lo que le permite a el joven vecino de Moravia estar hasta cinco horas todos los días, en este centro, acompañado de sus amigos.
Según Lovania Garmedia, directora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), estas actividades han permitido que la visitación a estos lugares sea de más de un millón de usuarios al año.
Para Montserrat Blanco, directora de la biblioteca pública de Moravia, es preferible que estos jóvenes estén en esos locales que en la calle.
"Hay cinco niños de entre 9 y 13 años que todo los días vienen a usar la computadora para ver redes sociales o jugar videojuegos porque aquí se les permite. Ellos se traen un sándwich, se van a comer fuera y luego regresan. Ellos ven videos o escuchan música; les tenemos audífonos para que no molesten a otros usuarios", explicó Blanco.
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La funcionaria destacó que si los jóvenes están en la biblioteca, pueden llegar a conocer los otros servicios que allí se ofrecen.
Por ejemplo, mencionó, el club de lectura promueve que los muchachos se lleven un libro para la casa y que luego lleguen a la biblioteca a discutirlo. Agregó que para este año, se planea dar clases de ajedrez para jóvenes.