“Me empujaban de las escaleras, me golpeaban o me tiraban comida porque eso le gustaba al ‘chancho’“, relató Kevin, al que solo identificaremos de esa forma para proteger su identidad, al recordar el bullying del que fue víctima durante su época de estudiante.
Este joven decidió contar su dolorosa experiencia a La Nación luego de conocer las declaraciones que dio la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, ante los diputados de la Comisión de Derechos Humanos, el jueves. Allí manifestó que “un niño, una niña, un joven con buena autoestima no se deja afectar por el bullying”.
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Para Kevin el problema, en su caso, no era la autoestima.
“Todo empezó en la escuela con 9 años. Lo primero que recuerdo es que la mayor parte de la clase se reía de mí por ser gordo, empecé a acomplejarme por mi cuerpo. No tenía amigos y nunca hacía actividades porque era el gordo del grupo, por lo que me excluían de muchas actividades. Un día, todos en la sección se pusieron de acuerdo para hacerme una broma y reírse todos de mí, este hecho cambió mi forma de verme”, expresó.
Para él, la situación comenzó a complicarse cuando de los insultos pasaron a las agresiones físicas.“¿Cómo se le explica a un niño de 9 años que debe “ignorar” todo y no dejarse llevar por este tipo de acoso porque su autoestima tiene que ser buena?”, cuestionó.
“Mi recuerdo más vivo es escuchar a mi maestra guía y a la directora de la escuela pedirle a mi mamá dejar pasar estos comportamientos porque así son los niños y todo esto es un juego, que a los niños no se les ha de tomar en serio porque probablemente todo fue un malentendido y no sabía captar las ‘bromas’ de los demás”, añadió
El joven ahora es mayor de edad e insiste en que la construcción de una autoestima “sana” en la niñez y la adolescencia, es una labor que comienza en el ámbito privado, como el hogar, pero continúa en los espacios públicos, como la escuela y el colegio. Es allí donde nuestro sistema educativo tiene un papel importante.
De acuerdo con la ministra Müller, al trabajar con la autoestima de los menores “se les mejora la capacidad para poder discriminar (sic) cuándo es que tienen que reaccionar y cuándo no”.
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Para Kevin, sin embargo, el comentario de la jerarca es “contrario a la dignidad humana” de las niñas, niños y adolescentes, porque si bien la construcción de autoestimas sanas es fundamental para el desarrollo integral y el bienestar de las juventudes, no desaparece el problema y no ayuda a intervenir a los acosadores que son a su vez víctimas de violencia en otros espacios.
La jerarca, sin embargo, informó ante los legisladores que no poseen datos sobre bullying o violencia en los centros educativos y por esa razón realizan “un proceso profundo de investigación”.