Al vivir inmersos en violencia, drogas, pobreza y desintegración familiar, para muchos estudiantes el colegio se vuelve un refugio donde logran olvidarse, al menos, por un rato de su realidad.
Estudiantes y docentes del CTP de Purral en Guadalupe y del CTP Uladislao Gámez de Tirrases establecidos en dos reconocidas zonas de exclusión social, admiten el “bálsamo” que representa asistir cada día a esos centros de estudio.
Ambos centros son parte de los llamados Colegios de Alta Oportunidad (CAO) ubicados en regiones vulnerables.
“Venir al colegio para muchos de nosotros es un alivio. A veces hay problemas familiares y en este barrio siempre hay conflictos. En el colegio están los amigos y se recibe el apoyo de los profesores, entonces el lugar se convierte en algo así como un refugio”, declaró Stephanie Castillo, estudiante de duodécimo año del CTP de Purral.
Problemas tales como la inseguridad ciudadana, asaltos, narcotráfico, redes de prostitución y pandillas criminales, están presentes en lugares como estos, amenazando la tranquilidad y la educación de los jóvenes.
Para James Viales, estudiante de duodécimo del CTP de Tirrases, el colegio también es un espacio que les permite despejarse de situaciones complicadas y conectarse con actividades provechosas. “Con todas las herramientas que aquí nos ofrecen no hay excusa para desertar”, dijo.
La posible explicación a por qué los colegios CAO son espacios favorables para los estudiantes está en boca de Pablo Masís, director del CTP Uladislao Gámez.
“Los jóvenes están cansados de los niveles de violencia que hay en el barrio (Tirrases), y cuando están en el colegio no quieren saber de eso. Sorprende, la verdad, pero los niveles de acoso aquí son bajos, la discriminación es nula y hay una convivencia realmente pacífica”, declaró Masís, quien también estuvo en el colegio de Los Guido en Desamparados.
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Con talleres de arte, canto, clases de idiomas como el mandarín y clubes deportivos, los colegios llegan a ser una válvula de escape para los muchachos al tiempo que ayudan a incrementar su permanencia en las aulas.
*Este reportaje se realizó como parte del Programa Punto y Aparte del Instituto de Prensa y Libertad de Expresión IPLEX. Se trata de un espacio que convoca a periodistas, jóvenes y experimentados, en la producción de trabajos de alta calidad, enfocados en la búsqueda de las causas de realidades de riesgo social, pero también en la propuesta de soluciones.