Luego de años de quejas por el desorden y la lentitud de los trámites, el Fondo Nacional de Becas (Fonabe) comenzó el 2015 con mejorías.
Este fue el primero de seis años en que el 70% de los estudiantes beneficiados con las ayudas tuvo el subsidio antes de comenzar las clases, con suficiente tiempo para colaborar en la compra de los útiles.
Para que eso se diera, fue necesario que el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y el Ministerio de Educación Pública (MEP) se decidieran a meter mano, pues siempre reclamaron que la autoridad del Fonabe era su Junta Directiva.
A pesar del avance en los depósitos, los problemas de servicio al cliente y las largas filas no desaparecieron.
Las complicaciones son aún mayores para las familias que vienen desde fuera del Valle Central, porque la falta de un solo documento convertía aquel trayecto en un viaje perdido.
En mayo se anunció la regionalización del Fondo, pero el plan aún no se concreta.
Ante la persistencia de estos problemas, el Ministerio de Economía (MEIC) advirtió a la entidad, en noviembre, de que tenía un plazo de seis meses para revisar y reformar los requisitos para que los estudiantes pobres pidieran el subsidio.
La medida la tomó tras una denuncia de la Defensoría de los Habitantes.
Uno de los cambios más importantes es que debe ser el propio Fonabe el que gestione con otras instituciones públicas mucha de la información pedida a los solicitantes.
Es el caso de datos que tiene el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) o el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).