Los estudiantes que estrenen las nuevas pruebas nacionales FARO realizarán tres y no cuatro asignaturas. Estudios Sociales no será evaluado en 2019 y posiblemente, tampoco en el 2020.
Esta asignatura se incluirá en los exámenes de Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO) hasta que se modifiquen los programas actuales en esa materia.
Las nuevas pruebas se aplicarán a estudiantes de quinto grado, y en la secundaria, de décimo año en colegios académicos y en undécimo, en los técnicos.
La intención es eliminar contenidos dirigidos al adoctrinamiento ideológico cuando abordan temas de política o economía, lo que se ha llamado ideologización.
Información con esas características aparecen en los planes actuales y fueron incluidos en los exámenes de bachillerato aplicados al menos en la última década.
La situación fue dada a conocer el año pasado, luego de que el Ministerio de Educación Pública (MEP) pusiera en línea las prácticas para las pruebas nacionales.
Se detectó, por ejemplo, que incluso se utilizaron datos falsos para fundamentar esos contenidos ideologizantes. Los ejercicios adoctrinaban contra el libre comercio, contra las exportaciones y la apertura en servicios (como electricidad).
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Además, durante los últimos 11 años, los programas de Sociales han inducido a los estudiantes a asumir una visión añeja del desarrollo científico y tecnológico pese a que ha deparado grandes avances a la humanidad. Así quedaba plasmado en las preguntas del bachillerato.
El MEP lo reconoce. Por esta razón, apoyado por el Consejo Superior de Educación, decidió que aunque las pruebas FARO contemplan Estudios Sociales no se aplicarán hasta no actualizar los planes de estudio. Eso tomará el 2019 y eventualmente el siguiente año.
Las otras materias que se evalúan son Matemáticas, Ciencias y Español.
“Debido a que el enfoque actual de los programas de estudio no se adecua al de pruebas referidas a criterios, por lo tanto, se incluirán en las pruebas nacionales FARO, una vez que los programas de Estudios Sociales se adecuen a tales requerimientos técnicos”, dijo el Ministerio al dar a conocer la reforma.
¿Influyó la ideologización en no aplicar la prueba de Estudios Sociales en 2019 hasta que se revise el programa?, se le consultó al jerarca Edgar Mora.
“Sí”, contestó sin dudar.
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Mora considera, además, que existen dudas de que el programa actual sea congruente con la meta de medir habilidades de los estudiantes.
"El programa de Estudios Sociales actual, a criterio del Consejo Superior de Educación, da para hacer evaluaciones de conocimiento de normas.
"Voy a poner un ejemplo, en preguntas que hemos visto en exámenes de bachillerato, se le obliga al alumno a contestar entre opciones de respuestas que quien hizo el examen, considera que son ciertas; pero si nosotros evaluáramos la habilidad de ese alumno, apreciaríamos que contestara que de las tres opciones que le dan, ninguna es la correcta, que expresara: ‘Yo pienso que esta pregunta está sesgada’”, explicó el ministro.
Pablo Mena, director de Gestión de Calidad del MEP, confirmó que los problemas no se ajustan a la nueva propuesta de evaluación. Además, reconoce la controversia por las preguntadas “ideologizantes y con sesgo”.
“Estos programas tienen que ser revisados y de eso es consciente el Consejo Superior de Educación. Mientras estos programas se revisan y se hace un análisis exhaustivo de la propuesta curricular, no se va a aplicar en las pruebas FARO”, dijo Mena.
Eso sí, aclaró, los estudiantes de quinto año de 2019, se enfrentarán a bachillerato, incluida la prueba de Estudios Sociales basada en los programas actuales..
Prácticas y exámenes sesgados
Una de las prácticas de bachillerato colgadas en la página web del MEP el año pasada, afirmaba en la pregunta 62, que la pobreza aumentó a partir de 1980 como consecuencia de la “aplicación de políticas económicas basadas en el nuevo modelo de desarrollo implementado en Costa Rica”.
No obstante, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y del Centro Centroamericano de Población, de la Universidad de Costa Rica (UCR), la pobreza más bien se redujo entre 1980 y la época actual.
En aquel año la pobreza alcanzaba a un 30% de las familias y, en 1982, al 50%. A partir de allí, el porcentaje empezó a reducirse, con ciertos altibajos, hasta ubicarse hoy en un 20%, una cifra muy similar a la que se registra desde el 2010.
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Según la misma prueba, esas políticas económicas incluyen la reducción de barreras al comercio, la disminución de los aranceles, los estímulos a los exportadores no tradicionales (con subsidios) y las exenciones especiales para la maquila, las zonas de libre comercio y los contratos de exportación.
Luego, en la pregunta 66, se afirma que los tratados de libre comercio también son parte esencial del modelo económico actual y que profundizaron acciones como la reducción del tamaño del Estado, la privatización de empresas públicas y la desregulación de servicios esenciales.
En realidad, el tamaño del Estado más bien se ha expandido en los últimos años al grado de que la actual ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, ha hablado de la necesidad de reducirlo por la gran carga financiera que implica para los contribuyentes.
En el 2011, siendo contralora general de la República, Aguilar afirmó en el Congreso que el sector público seguía creciendo y que había superado las 300 instituciones. Hoy, existen 330 entidades, 305.000 funcionarios y pensiones de lujo costeadas por el Estado.
Además, el presupuesto del Gobierno Central aumentó un 90% en los últimos 12 años, al pasar de ¢4,9 billones a ¢9,3 billones anuales.
Este medio hizo una revisión de las pruebas nacionales aplicadas a los alumnos entre el 2006 y el 2017, en el apartado de “desarrollo humano sostenible”, en el cual se hacen preguntas sobre la globalización y el ambiente.
Entre las preguntas con una concepción obsoleta de la tecnología detectadas por este medio, destacan algunas que sugieren que los avances tecnológicos son los causantes de la destrucción ambiental. Otras, por su parte, afirman que los aparatos electrónicos son los responsables del sedentarismo.
Asimismo, los ejercicios satanizan invenciones como la genética y la biotecnología, al afirmar que estas disciplinas benefician a las grandes potencias y afectan a las economías en desarrollo.
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