El Ministerio de Educación Pública (MEP) sacó de su calendario de exámenes de este año las denominadas pruebas de dominio lingüístico que realizaban los estudiantes de último año de secundaria desde el 2019.
Estas evaluaciones clasificaban a los alumnos en escalas de desempeño, según las bandas establecidas por el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCERL), en los niveles de A1 (principiante) y A2 (dominio básico o elemental del idioma), de B1 (preintermedio), B2 (dominio intermedio) y C1 (avanzado).
Los jóvenes incluso obtenían un certificado de su nivel de dominio.
De acuerdo con el MEP, la decisión de cambiar el decreto ejecutivo emitido en el 2018 quedó en firme en el acuerdo CSE-SG-0057-2023 del Consejo Superior de Educación (CSE). Según este, en vez de la prueba de dominio lingüístico se aplicará la prueba nacional estandarizada, correspondiente a lengua extranjera.
Las pruebas nacionales estandarizadas en lengua y otras asignaturas fueron anunciadas por la ministra Anna Katharina Müller; serán aplicadas a los 160.000 estudiantes de 6° grado y 11° año (12° en caso de colegios técnicos) en dos rondas, una en abril y otra en octubre. La primera será diagnóstica y la última pesará un 40% en la nota final, es decir para ganar la escuela o colegio.
No obstante, esas evaluaciones fueron cuestionadas por los mismos asesores del MEP por considerar que no tienen sustento técnico para ser implementadas.
Así lo manifestaron en un documento emitido el 16 de febrero, en el cual plantean una serie de cuestionamientos. Además, señalan, específicamente, que la eliminación del examen de lengua extranjera “no es congruente con las metas del Plan Nacional de Desarrollo y la Ruta Educativa recientemente lanzada para el avance del bilingüismo”.
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El viceministro académico, Melvin Chaves, aseguró que para el 2024 entraría en ejecución lo que indica el artículo 106 del Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes.
Según este “la población estudiantil de 11° o 12° año de la educación diversificada, así como el estudiantado que cursa el IV período del III nivel del Plan de Estudio de la Educación de Adultos, debe realizar al menos una prueba de certificación en alguna de las asignaturas de lengua extranjera impartidas en el centro educativo. Dicha prueba debe certificar el nivel real de dominio lingüístico del estudiante, según los descriptores de niveles o bandas de referencia internacional”.
Chaves aseguró que el MEP trabaja de manera conjunta con la Universidad de Costa Rica (UCR) para elaborar una prueba de dominio lingüístico que incluya la producción oral y para ello se estarán realizando pilotajes en este 2023, “con el fin de evaluar las competencias lingüísticas de los estudiante”.
UCR dona exámenes
Para Allen Quesada, director de la Escuela de Lenguas Modernas de esa casa de enseñanza superior, la decisión del MEP de no aplicar las pruebas de dominio lingüístico “es un gran retroceso”, pues los resultados permitían monitorear el sistema educativo e incrementar a tiempo las medidas correctivas en el tema.
Con esa consideración, la Universidad resolvió donar 10.000 licencias (exámenes) para evaluar la oralidad en inglés en la educación diversificada y 10.000 pruebas para evaluar estudiantes de primaria. Adicionalmente, donaron la evaluación de 5000 estudiantes de francés y 60 de italiano en comprensión oral y escrita.
“Va a ser de gran importancia para no cortar ese monitoreo que se venía haciendo desde el 2019 y que pues tiene impacto importante en poder dar mejoras, poder diagnosticar en la fortalezas y debilidades del sistema en idiomas”, manifestó Quesada.
‘La Nación’ consultó al MEP la forma en la que se van a elegir los estudiantes que realizarán las pruebas donadas; pero, al cierre de esta nota no se obtuvo una respuesta.
Las pruebas de dominio lingüístico de la UCR también son aplicadas en escuelas, colegios y universidades de Panamá y Colombia.
“La Escuela de Lenguas Modernas, por más de 30 años, ha estado liderando la evaluación de lenguas extranjeras; por ejemplo, somos el ente certificador para el Ministerio de Relaciones Exteriores para certificar a los traductores oficiales, también certificamos el dominio lingüístico de la UTN (Universidad Técnica Nacional), UNA (Universidad Nacional), entre otras”, dijo Quesada a ‘La Nación’.
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Comparaciones
Allen Quesada fue enfático en que no se pueden realizar mejoras “a ciegas” y por esa razón ayudarán al MEP con la donación de pruebas y como ejemplo, destacó la poca diferencia que existe entre el nivel de inglés con el que sale un estudiante de un colegio público bilingüe y un alumno de un centro privado. La mayoría cuenta con un B2 (dominio intermedio) o un C1 (avanzado).
“Cuando comparamos o vemos el desempeño a través del tiempo de colegios experimentales y secciones bilingües con los privados no hay mucha diferencia y esto es algo importante de resaltar es algo que debe hacernos sentir contentos de la educación pública”, dijo Quesada.
Sin embargo, con los colegios académicos se espera que los estudiantes se gradúen con un B1 y los nocturnos con un A2 (porque solo reciben tres horas de inglés por semana).
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Las pruebas de 2021, cuyos resultados se dieron a conocer en enero de 2022, reflejaron una gran brecha, pues el 75% de los graduados en colegios públicos apenas tienen un dominio básico de inglés, entre los de colegios privados, solo el 10% quedó en el nivel básico.