En la Escuela María Auxiliadora de Las Vueltas de Tucurrique, en Cartago, no cabían de la felicidad cuando, en 2015, el MEP compró el terreno para levantar el nuevo centro educativo que esperan desde el 2008.
Con él terminarían los riesgos que viven los 145 estudiantes cada vez que el río Las Vueltas crece porque socava las paredes de la escuela, razón por la cual desde hace 11 años la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ordenó reubicar la escuela.
Sin embargo, el plan ya no será posible. Cuatro años después de la compra, el personal de la escuela fue informado de que el terreno que costó ¢39 millones, no sirve para construir.
Tras haberlo pagado, la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE) del MEP se dio cuenta de que había una naciente en un terreno aledaño, cerca de la entrada de la finca comprada. Esta característica impide cualquier obra en los 19.363 m².
El hallazgo lo hizo un topógrafo de la misma DIEE, a quien le bastó con una sola visita para alertar de la presencia del cuerpo de agua.
Un criterio de mayo de este año de la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) confirmó la presencia de la naciente de tipo permanente que está durante todo el año, por lo cual no se puede realizar ninguna obra en un radio de 100 metros a la redonda. Ese espacio corresponde al llamado retiro de protección que establece la normativa ambiental.
Al director del centro educativo, Joni Gamboa, y a la Junta de Educación le dieron la noticia en setiembre anterior.
“En la reunión personal que tuvimos con el personal de la DIEE nos dijeron que ese lugar solo servía para sembrar arbolitos; resulta que ahora nosotros nos quedamos sin terreno y con una escuela muy viejita.
"Fue muy molesto. El dinero que se gastó en el terreno que no sirve, no califica, mejor hubiéramos hecho los gaviones de esta escuela y se remodela; estuviéramos mejor y no hubiéramos comprado un terreno que no tiene utilidad”, aseveró Gamboa.
¿Cómo se dio la situación? Una de las explicaciones es que la DIEE no realiza ningún estudio a profundidad a la hora de comprar un terreno, si no que decide con base valoraciones visuales “limitadas”. Así, emite criterios para que el Ministerio de Educación Pública (MEP) compre o no.
Rigoberto Villalobos, geógrafo de la Unidad de Terrenos de la DIEE, encargado de recomendar las fincas para la construcción de escuelas, explicó que cuando él llega a la propiedad para hacer la valoración, camina por todo el terreno de interés, observa que tenga una topografía viable, servicios adecuados, acceso, que los suelos “sean buenos”, etc.
Supuestamente, en esos recorridos, los responsables deben revisar las condiciones del lote de interés y las propiedades aledañas a 100 metros a la redonda, pues una naciente que esté en una propiedad vecina puede afectar la que se va a comprar. Sin embargo, Villalobos afirma que él se ve “limitado” para revisar los terrenos vecinos.
“En este momento, las recomendaciones que dé yo o cualquier otro compañero de otra disciplina, son recomendaciones que no dejan de tener un grado de incertidumbre, porque hay cosas que no se pueden manejar y le puedo decir que, hasta teniendo estudios, puede salir el conejo del sombrero. Tengo potestad de revisar la propiedad, yo no puedo, cuando valoro, pedirle a todos los vecinos que me permitan verificar sus propiedades”, manifestó Villalobos.
Con base en esa inspección, la DIEE compró el terreno para la escuela María Auxiliadora.
Dota: ‘Es decepcionante’
La Dirección de Infraestructura también compró en 2014 el terreno de 18.000 m² para construir el Liceo de Copey, en Dota, por ¢255 millones.
Igual que en el primer caso, luego de adquirido, la DIEE se dio cuenta de que el lote tenía en el centro una naciente intermitente (solo visible en invierno), cuyo radio de protección es de 50 metros a la redonda. También hay una naciente permanente en un terreno aledaño y una quebrada permanente que atraviesa la finca. Solo cerca de 20% de la propiedad es aprovechable.
“Por los retiros de ley, es muy poco lo que se puede aprovechar. La DIEE elaboró el anteproyecto basado en el poco espacio que queda disponible, incluso, el pabellón de aulas debió proyectarse en dos pisos. Para la administración actual es decepcionante saber cómo se adquirió una propiedad en esas condiciones, con todas las trabas y atrasos que ha ocasionado, pero sobre todo, por el desperdicio de recursos del Estado”, manifestó Erick Carvajal, director del Liceo de Copey.
Cuando un centro educativo requiere de un terreno para construir nuevas instalaciones, la Dirección de Infraestructura del MEP le dice a la Junta de Educación que busque opciones en la comunidad.
Luego, la información sobre esos terrenos se envía a la DIEE para que un funcionario de la Unidad de Terrenos (integrada por dos geógrafos, entre ellos Villalobos, y un ingeniero civil que hace avalúos) realicen el estudio de campo para determinar cuál es el mejor lote, según las necesidades.
Según Villalobos, luego de la inspección, revisa en la plataforma de la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) en dónde se tienen registradas las nacientes, pozos y quebradas para ver si hay alguno de esos cuerpos de agua en la propiedad de interés; también revisan los mapas de riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias para ver si es una zona propensa a deslizamientos, fallas geológicas, entre otros.
Villalobos elige la que considera mejor opción, de acuerdo a esa visita de campo y a los datos registrados en estas plataformas. Luego, se inicia el proceso de compra del bien el cual se envía a refrendo a la Contraloría General de la República.
¿Por qué la DIEE no hace estudios antes de comprar?
Los 130 alumnos del Liceo de Copey, inaugurado en 2013, actualmente estudian en unos galerones que fueron habilitados provisionalmente para ser utilizados como aulas y oficinas, los cuales son prestados por la diócesis de San Isidro de El General.
Fue el estudio hidrogeológico que pide la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) para dar la viabilidad ambiental, el que alertó al MEP de la naciente permanente en el terreno aledaño.
En el caso de la Escuela María Auxiliadora, fue la visita de un topógrafo de la DIEE, quien al inspeccionar el terreno comprado se dio cuenta, de inmediato, de la existencia de una naciente en la entrada de la propiedad.
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Según Villalobos, ese tipo de gestiones como la visita del topógrafo o el estudio hidrogeológico, no se pueden hacer antes de comprar la propiedad, porque no pueden invertir recursos públicos en terrenos de terceros.
“En su momento se ha hablado de que es necesario hacer estudios (previo a la compra del terreno), pero volvemos a lo mismo. ¿Cómo hacemos nosotros para hacer estudios cuando no tenemos el recurso? En su momento hicimos consulta al Mideplán (Ministerio de Planificación), pero si no son fondos del Estado no podemos, no vas a gastar recursos en terrenos que no sabe si se van a comprar o no”, dijo el funcionario.
Villalobos afirmó que, desde que se creó la DIEE, en 2007, se han comprado 194 terrenos y que solo han tenido problemas en el caso de estos dos.
Para 2019, existe un presupuesto de ¢3.570 millones para la compra de terrenos en esa dirección, de ese monto se han ejecutado ¢788 millones.
Esteban Acón , presidente de la Cámara de la Construcción, dijo que a la hora de comprar un terreno siempre se recomiendan hacer los estudios previos para que no ocurra lo que pasa en el MEP.
Malas decisiones
Dos ejemplos de adquisiciones de lotes para contruir centros educativos en sitios no aptos debido a la existencia de nacientes.
FUENTE: MEP || C.F. / LA NACIÓN.
¿Qué ocurrió en los terrenos de Las Vueltas y Copey?
Según Villalobos, cuando él hizo la inspección de los terrenos, en ninguno de los casos, vio las nacientes. Afirmó que en la Dirección de Aguas no estaban reportados esos nacientes en los terrenos aledaños a la propiedad a comprar.
José Miguel Zeledón, encargado de la Dirección de Aguas, explicó que es responsabilidad del profesional revisar la propiedad de interés y las áreas circunvecinas. Eso es fundamental, dijo, pues una naciente en un terreno aledaño puede afectar la obra que se pretende levantar.
No todas las nacientes del país aparecen en esa plataforma, pues se incluyen conforme se reporta de su existencia, y, tras una serie de estudios.
"En el terreno del Liceo de Copey, la quebrada estaba en el puro centro de la propiedad ¿cómo no la vieron?, eso cualquiera lo puede ver, se ve clarito. Lo normal es que cuando vaya a comprar una propiedad se vea si tiene gravámenes, paso de quebradas, de ríos, de arroyos o nacientes y en áreas circunvecinas, la gente del lugar conoce si hay o no una naciente.
“Se debe ingresar al sistema nuestro para ver si el brote es naciente o no. Nosotros dictaminamos lo que existe, no lo que potencialmente puede existir. Se debe hacer un recorrido en la propiedad y en las vecinas, si el profesional encuentra algún cuerpo de agua que podría ser una naciente y no está registrada, corresponde pedir el criterio a la Dirección de Aguas”, explicó Zeledón.
En estos dos casos (Liceo de Copey y la Escuela María Auxiliadora) el criterio solicitado a la Dirección de Aguas, luego de comprar el terreno, confirmó que en los dos casos había nacientes.
Según Villalobos, él rebatirá ese criterio en el caso de la naciente que afecta la construcción de la Escuela María Auxiliadora a pesar de que, además, tres profesionales de la DIEE también indican que es naciente.
En el caso del Liceo de Copey, van a construir en el pequeño espacio que les queda (cerca del 20% del terreno). Ese proyecto está en etapa de diseño.