Dos meses después de iniciado el curso lectivo, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ignora información básica sobre el desarrollo de la educación combinada de clases presenciales y virtuales para 1.173.000 de alumnos matriculados.
A estas alturas, la institución desconoce cuántos alumnos asisten en cada modalidad, cuántas horas de lecciones presenciales reciben a la semana, cuántos docentes se negaron a retornar a las aulas por tener factores de riesgo frente a la covid-19, o cuántos padres se negaron a enviar a sus hijos a las aulas por miedo al contagio.
El curso lectivo 2021 comenzó el 8 de febrero, pero fue hasta el lunes 5 de abril cuando se habilitó un formulario para que los centros educativos entregaran parte de esa información, admitió Reynaldo Ruiz, director de Planificación Institucional del Ministerio.
Ahora, dijo, será analizada en lo que resta del mes.
En ese formulario, sin embargo, se omitió consultar cuántos docentes no se presentaron a las clases presenciales por factores de riesgo ante la covid-19. Ese es un dato que nadie conoce en las oficinas centrales del MEP.
“Con esa especificidad y detalle, algunos datos están en la administración de cada uno de los centros educativos. Ahorita es el tiempo donde finaliza la encuesta de la Estrategia Regresar, en la plataforma Saber, en donde se preguntan algunos datos relevantes y generales a los 5.000 centros educativos”, explicó Ruiz.
El MEP tampoco sabe qué cantidad de horas de clases presenciales por semana reciben los estudiantes, pues también esa información se queda en cada centro educativo.
“Por así decirlo, cada centro educativo tutelado por la dirección regional correspondiente es el dueño de esos datos”, manifestó.
La falta de información ocurre a pesar de la existencia de la Dirección de Informática de Gestión, que tiene 138 funcionarios y maneja un presupuesto anual cercano a ¢3.300 millones. En total, el MEP tiene un presupuesto de ¢2,5 billones.
En el formulario enviado el 5 de abril, dos meses después de iniciado el curso, se consultó sobre condiciones fundamentales para implementar la educación presencial en pandemia, como por ejemplo, la disponibilidad de agua y de piletas para lavarse las manos a la entrada del centro, así como suministro de electricidad e Internet.
Igualmente, hasta ese momento se preguntó si la institución cuenta con un plan de regreso a las aulas en medio de la pandemia, así como el presupuesto de cada escuela o colegio y si ese plan de gasto alcanza para comprar jabón antibacterial, dispensadores y alcohol en gel, toallas desechables, papel higiénico e insumos básico de limpieza.
¿Por qué hasta ahora se preguntó y no antes?
De acuerdo con Reynaldo Ruiz, esperaban a que se estabilizara la logística de la entrada a clases en cada centro educativo.
“No quisimos abordar en el inicio, a unas semanas de entrar a clases, hasta tener estabilizada información de que los centros educativos no tuvieron problemas o se acomodaron a la nueva cultura de la presencialidad. Por eso, estamos tomando en este momento la fotografía de la realidad porque ya los centros educativos están más acomodados y más ordenados en este tema de la apertura de la modalidad combinada”, justificó el funcionario.
Contraloría preocupada
La falta de información del MEP sobre el desarrollo de la educación combinada preocupa a la Contraloría General de la República (CGR), como lo evidenció un informe de la División de Fiscalización dado a conocer este jueves.
El documento DFOE-IF-00002-2021 evaluó el diseño e implementación de la Estrategia Regresar.
Según esa auditoría, la ausencia de datos en el MEP “limita posteriores valoraciones sobre la eficiencia, eficacia y economía de la Estrategia que se implementa, por cuanto no se asocian a objetivos claros sobre la prestación del servicio educativo, afectando, además, la mejora continua, la transparencia y la rendición de cuentas respectivas”.
La Contraloría confirmó la ausencia de información para la toma de decisiones, como por ejemplo, datos de los centros educativos que cuentan con su plan de apertura o se encuentran en proceso de formulación, estadísticas sobre los estudiantes matriculados y de aquellos que regresan a la presencialidad.
“Las debilidades obedecen a que el Ministerio no ha definido el proceso de recopilación, procesamiento y análisis de datos que permita integrar, dar seguimiento, evaluar y evidenciar el avance en el logro de objetivos de la Estrategia”, indicó la CGR en el documento, remitido al MEP el 12 de abril.
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Hasta este momento, del curso lectivo, el MEP solo tiene claro es la matrícula de 1.173.000 estudiantes, único dato que permite registrar la plataforma Saber (Sistema de Administración Básica de la Educación y sus Recursos), la cual prometía tener información en tiempo real de todo lo relacionado con el sistema educativo.
Esa plataforma, que consta de ocho etapas, comenzó por la automatización de la matrícula para el registro de alumnos. La intención es que en el futuro, registre evaluación, asistencia a clase, planeamiento docente, recursos humanos y de infraestructura, entre otros.
Las ocho etapas de esta plataforma finalizarían en seis años, si encuentran los recursos para financiarla. Mientras tanto, el MEP continuará teniendo atrasos para obtener la información básica digital y centralizada.
Estado de situación
Aunque carecen de información, la viceministra académica, Melania Brenes, aseguró que prácticamente todos los centros educativos del país atienden el proceso educativo con la modalidad de educación combinada (virtual y presencial) “según lo esperado”.
Informó que realizaron un sondeo en marzo, el cual reveló limitaciones en una minoría de centros educativos debido a órdenes sanitarias y nombramientos pendientes, por ejemplo. Brenes, no precisó el número de escuelas y colegios consultados, ni tampoco la cantidad que presentaban esas limitaciones.
“Las oportunidades de mejora que se han detectado se ubican en temas como la planificación de horarios en presencial y a distancia y la atención de dudas y la comunicación con las familias. Pero todo se ha enfrentado a través de la intervención de las personas supervisoras”, expresó.
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Se le consultó, con qué insumos evalúan el proceso actual de educación combinada, para hacer cambios en la marcha o conocer cómo se está desarrollando.
Según ella, cuentan con una red de apoyo conformada por las 27 direcciones regionales y los 207 circuitos.
Aseguró que directores regionales y supervisores visitan los centros educativos y conversan con directores para conocer inquietudes, quejas, dudas y así tener una percepción cercana a la realidad.
“El tener los resultados del censo en camino, no significa que las oficinas centrales han estado totalmente ajenas o desarticuladas con los centros educativos, porque se está en continuo contacto y coordinación con las regiones”, declaró Brenes.