No será un proceso fácil, ni rápido.
El plan de atención y monitoreo de los estudiantes para atender el rezago educativo causado por la pandemia tomará años.
Así lo reconoció este martes la ministra de Educación, Guiselle Cruz, al tiempo que aseguró que trabajan diferentes estrategias en conjunto con las 27 direcciones regionales, para que ningún alumno “se quede atrás”.
“Sobre impacto y rezago es un tema que estamos trabajando, es un impacto importante”, advirtió la jerarca en la conferencia de prensa para informar de la atención de la emergencia sanitaria por la covid-19.
“Pero ese impacto tiene que atenderse con un plan de rezago, volcar todos los esfuerzos a poder atender a esta población muy monitoreada, articulada con otras instituciones; no es un tema menor”, añadió.
Según ella, hay un deber de acompañar a los estudiantes con un plan de recuperación que el Ministerio de Educación Pública (MEP) divulgará pronto, sin estimar fechas.
“Hemos volcado los recursos de recargo de docentes a ese proceso de acompañamiento para recuperar contenidos. Tiene que ser un plan de este año, el siguiente y algunos años más, que tiene que ser muy monitoreado y muy articulado”, reiteró.
Cruz hizo estas manifestaciones luego de ratificar que en 2021 no se realizarán pruebas FARO para los estudiantes de último año de primaria y secundaria, que estaban previstas para mayo y junio.
En lugar de los exámenes de Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO), los alumnos se someterán a un diagnóstico elaborado por sus docentes, en cada una de las materias.
Entretanto, se mantienen las pruebas nacionales para alumnos de quinto grado y décimo año de colegios académicos, y undécimo, de técnicos. Los de primaria harán FARO del 8 al 12 de noviembre, y los colegiales, del 8 al 13 de diciembre.
La decisión fue tomada por el Consejo Superior de Educación (CSE) y comunicada por el MEP avanzada la noche del lunes.
Debido a la pandemia, los 1,2 millones de estudiantes recibieron clases a distancia durante el 2020, con la dificultad de que al menos 425.000 no tenía acceso a Internet.
Este año se implementó una modalidad combinada de presencialidad y a distancia, que está muy lejos de asegurar que los niños y jóvenes reciban los aprendizajes.
Como consta en actas del Consejo Superior, estas circunstancias, más el efecto causado por las huelgas del 2018 y 2019 abrieron un hueco académico, cuya dimensión se intentaría conocer mediante las pruebas FARO.
A partir de este lunes, además, el curso lectivo fue interrumpido por cuatro semanas, y se reanudaría luego de las vacaciones de medio año, el 12 de julio.
La intención es reponer esas clases en diciembre y enero. Según la ministra, al sumar los días lectivos ya concretados con los previstos, sumarán 197.
“Es necesario que los estudiantes estén en el centro la mayor cantidad de días, atendiendo todos los protocolos. Con la virtualidad tenemos las brechas que ya hemos señalado, no todos los estudiantes tienen la posibilidad de conectarse”, admitió.
Vacunación de docentes
Este tiempo de suspensión del curso se pretende aprovechar también para la vacunación de docentes.
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Sobre el tema, Cruz dijo que trabajan con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud para definir la dinámica de la protección de los educadores frente a la covid-19.
Según el anuncio que hizo el Gobierno la semana pasada, se dedicará el 20% de las vacunas al grupo 4 en el que están incluidos los docentes.
No obstante, todo dependerá de la disponibilidad de dosis en las áreas de salud.
En este momento, solo estarían vacunados los educadores mayores de 58 años o aquellos que tienen factores de riesgo.