El 4 de julio, Stephanie Cortés Saborío recibió una dolorosa noticia en el Hospital Nacional de Niños: la pedrada que recibió su hijo de 8 años en el ojo derecho durante un recreo escolar le dañó los fotorreceptores de la retina. Los médicos de ese hospital le dijeron que la lesión es inoperable y la consecuencia será la pérdida de la visión central de forma irreversible.
Los fotorreceptores son células especializadas en convertir la luz en señales que luego son enviadas al cerebro. Según explica la Sociedad Americana de Oftalmología, estas células permiten ver el color y tener visión nocturna.
Los hechos que originan la situación que viven Stephanie y su pequeño sucedieron el 26 de abril, durante un recreo en la Escuela Lagos de Lindora, en Santa Ana, San José. Según relata la madre del menor, su hijo estaba jugando junto a sus compañeros de tercer grado cuando, de repente, otro estudiante comenzó a tirar piedras.
Cuenta Cortés que su hijo decidió dejar de jugar apenas su otro compañero empezó a lanzar piedras. Sin embargo, otros alumnos lo agarraron de la camisa para que no se fuera, momento que aprovechó el otro estudiante para tirarle una pedrada a corta distancia, que impactó en su ojo derecho.
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Tres meses después, y luego de esperar que la escuela y el Instituto Nacional de Seguros (INS) respondieran a sus reclamos, Stephanie Cortés decidió hacer el caso público. Entre otras cosas, asegura que la escuela no dio la atención debida a su hijo, y el INS hasta ahora no ha procedido a cancelar lo que corresponde por la póliza de responsabilidad civil.
La madre interpuso una denuncia en la Fiscalía de Pavas, el 21 de mayo, por negligencia, daños y perjuicios e incumplimiento de deberes. La Nación consultó a la oficina de prensa de la Fiscalía sobre la gestión de esta denuncia, pero no fue posible una respuesta al cierre de esta nota.
Cortés Saborío asegura que, pese a que el centro educativo tiene un rol para que los docentes se turnen la vigilancia de los estudiantes en los recreos, ese 26 de abril ninguno estaba presente para evitar lo que le sucedió al menor de sus tres hijos.
“Busco hacer conciencia con esta situación que vive mi hijo, por lo que puede llegar a hacer un daño como este que le ocasionaron, y uno irreversible. Mi hijo está muy deprimido, y yo esperando que Dios haga un milagro en él”, comentó Cortés, quien tuvo que cambiar a su pequeño de centro educativo por las secuelas emocionales que está viviendo.
El ojo del menor tuvo que esperar alrededor de un mes para desinflamarse debido al impacto que recibió. Solo así le pudieron realizar exámenes, incluido un Tac, que fueron los que determinaron la magnitud del daño.
“Él me cuenta que tiene un poco de visión a los lados pero solo si hace ciertos movimientos de cabeza. No distingue los colores. La visión es oscura y se le traza una línea. Mi fe es que haya alguna manera de corregirle el daño”, comentó la angustiada madre en entrevista telefónica con La Nación.
Cortés es emprendedora y ha tenido que dejar su negocio a un lado para asumir las citas frecuentes en el hospital. Sus clientes le han facilitado el trabajo permitiéndole que lo haga de manera remota, desde su casa.
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Es la primera vez que a su hijo le sucede algo así en la escuela. Actualmente, el chiquito prefiere dormir junto a ella, pues pasa con miedo y está muy triste. “Uno entiende lo que está pasando pues para mí también ha sido difícil. Muchas veces voy manejando y me da la llorona”, comentó.
MEP: hecho ocurrió después de recreo
La Nación envió una consulta al INS por correo electrónico sobre el reclamo que hace Cortés Saborío. Sin embargo, al cierre de esta nota no se había recibido respuesta.
Por su parte, Geovanny Soto, director regional de Educación de San José Oeste, del Ministerio de Educación Pública (MEP), manifestó que la situación ocurrida en la Escuela de Lindora fue atendida “de manera inmediata” por el centro educativo llamando al 9-1-1 y a la familia.
“Se activa también el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes para determinar la responsabilidad del menor que aparentemente lo lastimó y se aplican las acciones correctivas correspondientes”, aseguró Soto.
El director regional informó de que se activó la póliza del MEP ante el INS, institución que ha estado solicitando información al centro educativo.
“En cuanto al tema de la vigilancia en el centro educativo, ya este tenía un rol de cuido en los recreos. Vale aclarar que la situación entre estos dos menores ocurre unos minutos después del ingreso del receso”, agregó el funcionario del MEP.