Antes de la huelga de educadores en 2018 y la pandemia, los estudiantes ya reportaban bajos conocimientos en Matemáticas, pero con la crisis educativa los alumnos llevan cuatro años arrastrando carencias en el aprendizaje.
Esta condición podría retroceder hasta 30 puntos su desempeño en dicha materia en los resultados del diagnóstico del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) que se realizarán el próximo año.
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Así lo dio a conocer el VIII Informe del Estado de la Educación que elaboró tres escenarios con el objetivo de cuantificar el efecto de la pérdida de lecciones producidas por ambas coyunturas sobre los puntajes en PISA en Matemáticas.
PISA se enfoca en evaluar competencias y considera el conocimiento en diferentes contextos de información, es decir, evalúa el nivel alcanzado por los estudiantes en cuanto a conocimientos y capacidades esenciales para participar en la sociedad al momento de cumplir 15 años de edad.
La última medición que realizó el Programa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a la cual Costa Rica acaba de ingresar; fue en el 2018. En esa medición, en Matemáticas, los estudiantes ticos obtuvieron una calificación de 402; el promedio de la OCDE fue de 494.
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El primero de los tres escenarios que desarrolló el Estado de la Educación para conocer la afectación en PISA por las crisis educativa, contempla la estimación acerca de cuánto variaría el puntaje en la evaluación de la competencia de Matemática considerando, solamente, la afectación de la huelga de cuatro meses del 2018, que implicó una pérdida, en promedio, del 30% de las lecciones de un año lectivo regular.
El segundo toma en cuenta el efecto del primer año de la pandemia, que implicó una pérdida en promedio del 50% de las lecciones en un año lectivo regular. Finalmente, un último escenario considera los efectos acumulados de ambos eventos, es decir, la pérdida de cerca de un 80% de un año lectivo regular.
Los resultados obtenidos evidencian una pérdida significativa en la evaluación de Matemática.
En el primer escenario, el país descendería cerca de 12 puntos (llegaría a 390) con respecto al puntaje obtenido en la última evaluación del 2018; en el segundo escenario, bajaría hasta 20 puntos (382), mientras que, en el último escenario, descendería hasta 32 puntos (370).
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“Lo anterior refleja la necesidad impostergable de atender los rezagos de aprendizaje ocasionadas por ambas coyunturas en esta generación de estudiantes. Por lo tanto, se requiere, con urgencia, que el Ministerio de Educación Pública (MEP) elabore estrategias de nivelación y atención diferenciada en el corto plazo para reponer los conocimientos que los estudiantes dejaron de aprender en este período”, explicó el Informe.
Las limitaciones para llevar una educación de calidad en pandemia afectaron el desarrollo de los aprendizajes en los estudiantes que se debían impartir en 2020. Solo se cubrió en promedio cerca del 50% de los contenidos propuestos en los programas de Matemáticas y Español en escuela y colegio.
Los resultados de PISA del 2018 en Matemáticas ya reflejaban una desmejora con respecto a años anteriores. En 2015, fue de 400, mientras que en 2012 se obtuvo 407 puntos.
Según el Estado de la Educación, desde hace cuatro años los alumnos son víctimas de un “apagón educativo” por la perdida de lecciones debido a la pandemia y las huelgas de educadores. Esto podría también reflejarse negativamente en los resultados que se obtengan en las otras materias que evalúa PISA, como Lectura y Ciencias.
En Lectura, la “asignatura principal de PISA”, la calificación obtenida por Costa Rica en 2018 fue de 426, un punto menos que en 2015 (427) y 10 menos que en 2012 (436). El promedio de la OCDE, para 2018, en esta asignatura fue 487.
En Ciencias, Costa Rica obtuvo 416 puntos, cuatro menos que hace tres años (420) y once menos que en 2012 (427). El promedio de la OCDE fue de 489.
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Causas
“Dentro de los factores que mostraron un efecto negativo en el rendimiento para las tres competencias, se encuentran: cursar un grado menor al correspondiente de acuerdo con su edad (repitencia), una menor percepción sobre la autoeficacia hacia la lectura, menor percepción sobre la eficacia de las estrategias para resumir, comprender y memorizar textos y detectar información falsa”, explicaron los investigadores.
Además, según la investigación, asistir a un colegio público se vincula a aquellos estudiantes que presentaron bajo rendimiento.
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Otro de los principales vacíos identificados en el país es que la información sobre las habilidades que no alcanzan los estudiantes, las causas y factores asociados que generan estas pruebas no se traslada a los docentes en forma de materiales de capacitación y recursos educativos de apoyo para mejorar sus prácticas en las aulas, como ocurre en los países que obtienen los mejores resultados en estas pruebas.
“Esto explica, en parte, por qué no hay mejoras sustantivas en los resultados en PISA”, añadió el análisis.