A lo largo de 15 años, el monto asignado al Fondo Especial para la Educación Superio r (FEES) se multiplicó por nueve, sin embargo, ese incremento contrasta con matrícula y los diplomas otorgados por la UCR, la UNA, el ITCR y la UNED.
Este fue uno de los hallazgos del estudio presentado este miércoles por la Academia de Centroamérica, llamado ¿Qué produce y cuánto cuesta la educación universitaria estatal en Costa Rica?.
Según el análisis, el presupuesto del FEES pasó de ¢46.426 millones, en 2001, a ¢440.773 millones, en 2016.
En el caso de los diplomas otorgados por las universidades, en el 2000 se entregaron un total de 9.590 títulos, en el 2015, fueron 15.471. Crecieron un 61.3% a lo largo de los 15 años.
La matrícula tuvo un repunte de 18% en seis años. En 2010, las universidades tenían una población de 92.127 alumnos, en 2016 fueron 108.888.
"Se observa claramente que tanto los diplomas otorgados como la matrícula anual crecen a un ritmo mucho menor que los recursos financieros girados a las universidades a través del FEES. Pareciera entonces que el crecimiento en el costo de la educación superior, medido por el FEES, no guarda relación con el crecimiento de productos como la matrícula y los diplomas otorgados.
"Cabría esperar que hubiese una relación entre esas variables fuera más cercana, de manera que el incremento en recursos tuviera como contrapartida un comportamiento más dinámico en los productos", señala el estudio.
Luis Guillermo Carpio, rector de la UNED y actual presidente del Consejo Nacional de Rectores (Conare), dijo que no conocía los detalles del estudio, sin embargo, manifestó que la inversión de las universidades no solo se puede medir en matrícula, la cual, reconoció, poco a poco se ha ido aumentando.
"Se debe valorar la inversión en infraestructura, el crecimiento en investigación, la acción social. Se necesita hacer una relación completa. Estos aumentos del FEES han servido para aumentar el rezago en infraestructura. Además, las universidades han tomado medidas para evitar el crecimiento vegetativo (pluses)", dijo el rector de la UNED.
Para el rector de la UCR, Henning Jensen, no aplica una comparación simple de número de estudiantes y números de graduados "debido a que el modelo educativo por carrera entre las universidades no es comparable".
"Aún así, para el 2015 de la cantidad total de estudiantes matriculados, el 39% pertenecen a la UCR y en términos de graduados corresponden a 37%. La UCR posee el sistema de becas más robusto de Latinoamérica representando aproximadamente $40 millones anuales; destinamos el 4 % del presupuesto a la inversión en equipo de alta tecnología y una inversión en infraestructura que nos convierte en la institución pública con mayor inversión en obra pública", manifestó Jensen.
Otros hallazgos
La investigación de la Academia de Centroamérica concluye, además, que la distribución del FEES entre las universidades no responde a ningún criterio técnico, sino, básicamente, a patrones "históricos" de asignación.
"Se ha basado más en acuerdos y negociaciones entre las partes involucradas que en criterios técnicos objetivos", afirma.
Para el 2016, la Universidad de Costa Rica (UCR) recibió el 53,9% del Fondo, la Universidad Nacional el 21,8% y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) el 10,5%.
La institución que menos recursos recibe del FEES es la Universidad Estatal a Distancia (UNED), a la cual le correspondió el año pasado el 7% aunque es la segunda universidad por matrícula. En 2016 registraron 33.182 estudiantes; la UCR tuvo en ese año 44.342.
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"La UNED, a diferencia de las otras universidades, basa su modelo educativo a distancia utilizando plataformas tecnológicas más que instalaciones físicas de alto costo", apunta la investigación.
Para el 2017, el Fondo total creció en un 8,6%. Sin embargo, estos datos no están incluidos en el estudio.
Con respecto a la inversión de su presupuesto por parte de los centros de educación superior, en 2016 la carga laboral absorbió el 79,4% de este dinero, principalmente, en el pago de incentivos salariales y retribución por años servidos.
A los bienes, materiales y suministros se les destinó un 13,2% de la partida y a las becas estudiantiles un 7,4%.
Para Otto Guevara, diputado del Movimiento Libertario, el estudio demuestra que "hay cosas que no se están haciendo bien en las universidades del Estado.
"Claramente vemos como las universidades públicas están privilegiando el gasto administrativo, en lugar de utilizar los recursos para abrir nuevos cupos en carreras de alta demanda en mercado laboral y admitir más alumnos. Las universidades están desvinculadas de la demandas laboral y en lugar de emplear el FEES en cupos en carreras de alta demanda, lo utilizan para recetárselo al personal", dijo Guevara.
Por su parte, el diputado del Partido Acción Ciudadana, Ottón Solís, reconoció el esfuerzo que ha hecho el rector de la UCR para reducir los abusos en la convención colectiva, la cual, actualmente, se está negociando.
En abril, el Consejo Universitario de la UCR derogó el acuerdo del 2009 que subió el pago de anualidad de 3%, como está estipulado en la convención colectiva, a 5,5%. Con esta medida, la anualidad en la convención se está negociando partiendo del 3% y no del 5,5% como se estaba haciendo.
Para el 2018 lo que se pagará por anualidad en la UCR será el porcentaje que señale la convención colectiva que tenga vigencia para ese momento.
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El estudio también apuntó a que el sistema universitario estatal tiene una elevada concentración de estudiantes que proceden de los estratos de ingreso más altos.
"De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares de 2016, el 30,6% de los estudiantes en las universidades estatales pertenecen a hogares del quintil de mayores ingresos (quintil 5). En contraste, los estudiantes que pertenecen a los hogares del quintil más pobre (quintil 1) representan apenas 7,2% del total que asisten a las universidades estatales", evidenció la investigación.
Sobre este particular, el rector del UCR explicó que la creciente desigualdad es producida por la sociedad y no por las universidades públicas.
"Sin embargo, se toman medidas y desarrollan programas para contrarrestar esa desigualdad y así contribuir a la democratización del acceso, como, por ejemplo, la admisión diferida de la UCR", apuntó Jensen.