Los estudiantes que tomaron el nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR) dejaron su marca en las paredes, en las cuales pintaron mensajes de protesta con spray de colores negro, azul y blanco.
“Rayamos lo nuestro”, dice una de las pintas en este complejo inaugurado en 2014 y en el cual el Estado invirtió $33 millones financiados por un fideicomiso con el Banco de Costa Rica (BCR). El crédito es largo plazo.
Los jóvenes, algunos con el rostro cubierto por un pañuelo, también dañaron con pintura la pared del elevador, donde dejaron el mensaje “Rebeldía por la libre”. En otro sitio pusieron el símbolo de “Anarquía” y en otro demandaron que “aborto legal”.
Un video que circula en redes sociales deja ver a una muchacha que oculta su rostro con un pañuelo verde (aunque es fácilmente identificable), quien pinta con blanco las palabras “Abajo FMI” en una puerta de color azul.
Sin embargo, ni el Fondo Monetario Internacional (FMI), ni el Banco Mundial (otro de los aludidos con insultos en las paredes) tienen relación con la disposición que provoca la protesta de estos estudiantes.
La toma del edificio, donde laboran 200 funcionarios y estudian 9.000 personas, se dio en medio de una asamblea para decidir acciones, según narra un joven en el video donde la muchacha hace la pinta. En el sitio, los lentes de las cámaras de seguridad fueron tapados con paños para evitar que captaran las acciones.
La protesta estudiantil se generó luego de que las mismas autoridades universitarias llamaran a “defender el presupuesto” que da el Estado a las universidades públicas a través del llamado Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
De los ¢512.000 millones asignados para el 2020, Hacienda ordenó a las universidades destinar ¢70.000 millones para infraestructura, es decir, para construir o remodelar edificios y mejorar instalaciones.
Ante la protesta de los rectores, los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios decidieron el miércoles reducir el monto a la mitad: ¢35.000 millones. No satisfechas, las autoridades universitarias llamaron a sus alumnos a protestar el martes 22, para lo cual se suspenderán clases.
La tarde de este jueves, otro grupo de encapuchados también tomó la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA), en Heredia, y encaró al rector Alberto Salom, al cual le lanzaron insultos.
Según los rectores, destinar ¢70.000 millones, o ¢35.000 millones, afectará la concesión de becas a los estudiantes, lo cual causó las protestas.
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