El rector de la Universidad de Costa Rica, Henning Jensen, respondió mediante correo electrónico consultas de La Nación sobre la construcción de la plaza de la Autonomía que costó ¢5.470 millones, en la cual se incluyeron tres auditorios, butacas que costaron ¢363.000 cada una y un piano de cola de ¢112 millones.
Jensen justificó la obra y alegó que se realizó con la “racionalización de las inversiones en infraestructura”. También destacó que será de uso para toda la sociedad costarricense.
A continuación un resumen.
–Si la UCR está en proceso de ahorro desde hace tiempo ¿Cómo entender que se hayan gastado $9 millones (construcción sumado con lo que costó el equipamiento) en una plaza que consiste en tres auditorios que cumplen la misma función?
–Efectivamente en los últimos años, la Universidad de Costa Rica (UCR) ha implementado una serie de medidas de contención del gasto (...)Lo anterior no significa que la institución no deba invertir en obras de infraestructura, equipo, mobiliario, recurso humano, sistema de becas, entre otros, que redunden en mejoras en su calidad académica (...) El conjunto denominado plaza de la Autonomía, se crea precisamente para racionalizar la inversión en infraestructura (...)
"Las Facultades de Ingeniería y Ciencias Sociales, desarrollados en finca 2, inicialmente requerían de auditorios de gran capacidad. Por ello, se tomó la decisión de eliminar los auditorios contemplados para Ciencias Sociales, reduciendo significativamente el costo de esa infraestructura, y se procedió a negociar con las otras unidades para sacar de sus respectivos programas de inversión los espacios destinados para este fin. (...) Anteriormente, para ciertos eventos como graduaciones, presentación de la orquesta sinfónica y otros, la Universidad se vio obligada a alquilar espacios externos que le permitieran realizar las actividades de carácter masivo, con pagos por día que fluctuaban entre 800.000 y 2.200.000 colones.
"En resumen, el conjunto de instalaciones de la Plaza de la Autonomía, no es un proyecto nacido fuera de los requerimientos de las unidades académicas, sino la racionalización de las necesidades de las mismas y la potencialización de uso. El proyecto del Fideicomiso posibilitó la ejecución de infraestructuras que dieron solución al rezago y carencia de espacios de la institución.
“Sobre los costos, debemos hacer mención que la opción financiera por la que se optó permitió obtener valores promedio de construcción de entre $1000 y $1200 por metro cuadrado, lo que es un rango muy ventajoso si comparan con las estimaciones de la Cámara Costarricense de la Construcción y el Ministerio de Hacienda, en su documento de estimación de Valores Unitarios por metro de construcción”.
–Usted se ha pronunciado contra la reforma fiscal porque tendría implicaciones negativas en las finanzas de la UCR, pero, a, la vez, ¿no le parece que la UCR hace despliegue de tener mucho dinero con la construcción de esta plaza?
–En reiteradas ocasiones la Universidad de Costa Rica ha señalado la urgencia de aprobar una reforma tributaria de carácter progresivo que, por un lado, impacte de manera positiva en la disminución de déficit de las finanzas públicas y, del otro lado, coadyuve a reducir los niveles de desigualdad que ha presentado el país en los últimos años.
"Ahora bien, al igual que lo hizo el país, producto de la reformas estructurales del Estado impulsados en la década de los años noventa, la Universidad de Costa Rica tenía ya varios años de no realizar inversiones relevantes en infraestructura, lo cual limitaba seriamente el desarrollo de su actividad sustantiva. Tómese en cuenta que la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio fue concebida para más o menos 15.000, cifra que al día de hoy supera los 41 mil estudiantes. Evidentemente los recursos asignados por el Estado mediante el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), no eran suficientes para realizar la inversión en infraestructura necesaria en la institución; de ahí que, en el 2010, se iniciaron gestiones para el financiamiento de infraestructura vía un Fideicomiso, el cual fue aprobado por la Contraloría General de la República en 2011.
"Con la firma la Fideicomiso UCR-BCR 2011 la Universidad de Costa Rica inicia un modelo de construcción de obra pública la Plaza de la Autonomía, que es un complejo de infraestructura universitaria que incluye un auditorio con capacidad para 198 personas, un salón multiuso para 300-350 personas, el Aula Magna con capacidad para 700 personas, una sala de reuniones /sala de prensa para aprox. 60 personas y una cafetería.
“La elaboración de planos y las obras iniciaron en el 2015, momento en el que el expresidente Solís Rivera manifestaba en medios de comunicación su intención de lograr el mandato constitucional de invertir el 8% del PIB en educación a más tardar al finalizar su gobierno”.
–¿Era necesario construir esta plaza?
–Definitivamente, como lo cité antes, el conjunto de instalaciones de la Plaza de la Autonomía, no es un proyecto que nació fuera de las necesidades de las unidades académicas, sino de la racionalización de las necesidades de las mismas y la potenciación de uso del espacio. Se quitó de los planes de infraestructura la construcción de auditorios que requerían las Facultades de Ciencias Sociales y de Ingeniería, para concentrarlas en los espacios que hoy componen la Plaza de la Autonomía. Ello se logró a través de un fideicomiso que pagaremos en los próximos 30 años, pero que nos permite salir del rezago y carencia de espacios de la institución.
–¿De dónde provienen los recursos con los que paga la UCR el préstamo?
–La construcción de obra pública en el país no puede ni debe satanizarse ni catalogarse como “despliegue por tener mucho dinero”; en este caso particular el dinero es producto de la firma de un fideicomiso que es autorizado, entre otros, por la Contraloría General de la República y que representó en su momento una verdadera innovación, mediante la cual la Universidad de Costa Rica le demostró al país que sí es posible desarrollar obra pública de calidad, con eficiencia y transparencia. Como toda deuda, la Universidad de Costa Rica asumió la obligación de hacer frente a los pagos que implica el arrendamiento financiero durante 30 años, con fondos que serán tomados de la mismas transferencias que el Estado realiza mediante el FEES o por medio de recursos de la vinculación remunerada externa que desarrolla la institución como parte de su actividad sustantiva.
“De manera paralela el desarrollo de infraestructura en Sedes y Recintos en los últimos años se han invertido alrededor de ¢12.000 millones del presupuesto ordinario. Los destinos específicos, por ejemplo para la operación del Recinto de Paraíso son totalmente insuficientes y por ello se ha recurrido al presupuesto ordinario y al empréstito del Banco Mundial”.
–¿Era necesario comprar un piano de 112 millones y butacas de 363.000 c/u?
–Una Aula Magna alberga a la Orquesta Sinfónica Universitaria, es el espacio académico de los profesores de Artes Musicales, es utilizada para conciertos, ya sea de cámara o con orquesta, por lo que requiere tener un piano de cola para poder efectuarlos. No puede ser un piano vertical. Los pianos de cola son instrumentos costosos. Pero la Universidad de Costa Rica y otras instituciones del país forman pianistas de alto nivel que requieren tener instrumentos de este tipo para sus presentaciones.
"No haber comprado un piano de cola implicaría cerrar la posibilidad para que en el Aula Magna se hagan conciertos de cámara o conciertos de orquesta con pianistas solistas. Es importante tomar en consideración que los pianos de cola son efectivamente instrumentos muy caros pero que duran por muchos años. Los pianos de buena calidad y bien cuidados pueden tener una vigencia de 40 a 50 años en buen estado.
–¿Por qué construir una sala de prensa?
–Todo conjunto que requiera representación de la institución incluye componentes para actividades específicas, dentro de ellas la responsabilidad de la Institución de estar presente en la comunidad nacional e internacional, la Sala de Prensa, no solo cumple esa función, como lo citamos anteriormente sino que es un espacio flexible donde se desarrollan semanalmente, consejos académicos, el Consejo de Rectoría, el Consejo de Rectoría Ampliado y otras actividades académicas y tiene capacidad para 60 personas.
–¿No ve usted un mensaje contradictorio sobre cuáles son las prioridades de la Universidad con la construcción de esta plaza?
–Definitivamente NO, como expliqué anteriormente, el origen de la decisión tomada se basa en las necesidades de la institución, ya que permite mejorar las actividades académicas, abre espacios para la cultura y el arte y nos permite salir del rezago institucional y carencia de espacios de la institución. Invertir en infraestructura no es desperdiciar los recursos, son espacios que utilizará toda nuestra comunidad universitaria y la sociedad costarricense (...).
“Los avances históricos de la UCR son reflejo de grandes inversiones realizadas para mejorar la infraestructura y equipamiento para la docencia, la investigación y la acción social y que se manifiestan también en excelencia en los servicios que se brindan a la comunidad. Por ello, La Universidad de Costa Rica ascendió en la clasificación mundial de universidades Times Higher Education World University Rankings 2019, pasando de estar en el rango de 801-1000 mejores universidades en el 2018, a estar entre las 601-800 mejores universidades del mundo para el 2019”.
–¿Por qué la diferencia de precio entre las butacas de la sala magna (363.000 cada una) y las del auditorio (205.000 c/u)?
–El Aula Magna fue diseñada con características acústicas para permitir la ejecución de obras artísticas que requieren de un control de aspectos del sonido como la reverberación y el control de ecos, el Auditorio no requiere estas condiciones, por tanto las características técnico-acústicas de este mobiliario son diferentes. Las butacas del Aula Magna, poseen características técnico – acústicas que mejoran la acústica del espacio.
“Es necesario tomar en cuenta en la ejecución de fondos públicos no solo el precio sino la relación costo/beneficio, es decir el beneficio a mediano y largo plazo, puesto que por abaratar podría caerse en el error de adquirir equipo y mobiliario inadecuado que debería ser restituido en poco tiempo, a un alto costo. Las decisiones tomadas han sido en función a proteger y vigilar las inversiones proyectadas a un tiempo de uso y beneficio muy ventajosas para la comunidad y la institución”.