Luis Paulino Méndez, nuevo presidente del Consejo Nacional de Rectores (Conare), promoverá un minucioso examen sobre la eficiencia de las universidades públicas y su aporte a la sociedad.
El rector del Instituto Tecnológico (Tec) no solo aboga por la revisión del gasto salarial, sino que va más allá. Aspira a asegurarse de que la oferta académica se adapte a las necesidades económicas del país y, si es necesario, eliminar la duplicidad de carreras con pocas opciones laborales.
Asimismo, el académico plantea una redistribución, entre universidades, del dinero proveniente del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), del cual hoy la Universidad de Costa Rica (UCR) se deja el 57%.
–¿Cómo describiría usted el momento para las universidades en el cual le tocó presidir el Conare?
–El 2020 será un año con muchos desafíos para el país y para las universidades públicas. La reactivación de la economía es el objetivo común de todos los sectores de la sociedad y las universidades públicas deben asumir un rol preponderante en este proceso. Presidir el Conare en estas condiciones es un reto de gran magnitud y solo trabajando como sistema lograremos el objetivo. Desde mi perspectiva, las crisis son oportunidades de mejora y vamos a salir fortalecidos de esta.
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–¿Cuál es el principal reto que afrontan en este momento las universidades públicas?
–Seguir cumpliendo nuestra función social es el principal reto. Con las limitaciones presupuestarias actuales, debemos dar más y mejores soluciones a los problemas del país. Lograr el equilibrio entre los ingresos y los egresos, manteniendo la calidad y pertinencia de las actividades sustantivas de la universidad, será el objetivo principal en el 2020.
–¿Cuáles considera fueron los errores que se cometieron en el pasado para que, hoy, las universidades tengan problemas de sostenibilidad financiera a corto plazo?
–En primer lugar, es importante resaltar que las universidades tenemos a cargo el servicio de la educación superior, y no es de extrañar el porcentaje del presupuesto dedicado al pago del personal. El crecimiento del gasto en las universidades públicas obedece a varios factores, entre ellos los más importantes son el crecimiento en matrícula, aumento en la cobertura, aumento en servicios estudiantiles y becas, aumento de presencia en las regiones y el crecimiento de la masa salarial.
“Salvo en el último tema, se ha cumplido con la demanda creciente de acceso a la educación superior. En cuanto a la masa salarial, la estructura salarial debe ser revisada a fondo, en busca de un modelo sostenible. Ese trabajo ya se inició en el 2016 y se han identificado los componentes de más impacto. Se han aplicado medidas de contención, pero queda mucho por hacer”.
–El problema de la sostenibilidad financiera surge por los salarios cuyos pluses crecen como bola de nieve y es justo esto lo que producirá esos problemas de sostenibilidad. ¿Qué trabajo va a hacer usted a lo interno del Conare al respecto?
–El Conare es un espacio de coordinación de la educación superior pública. En ese espacio, los rectores tomamos decisiones que luego deben ser ratificadas en las diferentes universidades. Con la reducción de la tasa de crecimiento del FEES en los últimos cinco años, se ha hecho notorio que la masa salarial en las universidades crece más que la inflación reconocida en la negociación.
“Sobre el tema de la estructura salarial, ya las cinco universidades públicas estamos trabajando en acciones de mejora y, como sistema, se ha reconocido la urgencia de disponer de modelos matemáticos, que permitan ver a futuro el impacto de las diferentes variables que afectan la masa salarial.
"Mi propuesta es que todas las universidades activemos las medidas de contención del crecimiento de la masa salarial que corresponda en el corto plazo. En ese sentido, impulsaré junto con los compañeros rectores, las acciones necesarias, siempre en el marco de respeto de la autonomía de las universidades”.
–¿En qué áreas se va a centrar su gestión como presidente del Conare?
–Además del tema de la sostenibilidad financiera en el componente masa salarial, centraré mi gestión principalmente en el alineamiento del quehacer universitario con las demandas de la sociedad, principalmente apoyando la reactivación económica. Como sistema, potenciaremos las fortalezas de cada universidad, en beneficio de la sociedad. La movilidad estudiantil y académica mejorarán los resultados logrados como universidades independientes.
"También, en el aumento en la cobertura regional de la educación superior pública y la capacidad de respuesta a los cambios en el entorno global y nacional. La globalización del conocimiento y su impacto en la sociedad obliga a las universidades a reaccionar muy rápido. Para ello, debemos recurrir a diseños curriculares flexibles, que permitan cambios en la formación de profesionales de manera dinámica.
“Vamos a impulsar la internacionalización de las carreras, el aumento en los mecanismos de equidad en el acceso a la educación superior y convertir las universidades uúblicas en espacios libres de todo tipo de discriminación”.
–¿Va a insistir ahora como presidente del Conare en una redistribución del FEES?
–La participación de las universidades en la distribución del FEES es un tema histórico y no responde a un sistema de indicadores, que evidencie los aportes de la universidad pública a la sociedad. La distribución actual fue el resultado de sumar los presupuestos de las cuatro universidades públicas en ese momento y de ahí se deriva el porcentaje correspondiente utilizado hoy para distribuir el FEES.
“El modelo de desarrollo actual del país es muy diferente al de hace 40 años, y las responsabilidades de las universidades para aportar a ese modelo son diferentes. Impulsaré, dentro del Conare, los mecanismos necesarios para lograr una distribución del FEES que responda más a las demandas de la sociedad de hoy”.
–¿Cómo se sería una distribución ideal del FEES, según usted?
–La distribución ideal del FEES es aquella que permita a las universidades públicas aportar más en la solución de los problemas de la sociedad. Por eso, es urgente establecer los indicadores del desempeño de cada una de las universidades y su alineamiento con los proyectos país, tendientes a mejorar la calidad de vida. Una distribución del FEES, en función del aporte cada universidad al modelo de desarrollo del país, es la mejor opción.
–Nunca antes el FEES había sido objeto de revisión, inclusive por un poder del Estado, sobre su uso y distribución ¿Que mejoras impulsará usted, justamente, en su uso y distribución?
–En la situación presupuestaria actual, debemos optimizar el uso de los recursos para poder dar mejores aportes a la sociedad. Cada universidad debe revisar su estructura de gastos y aplicar mejoras en la eficiencia de sus procesos. Solo así seguiremos creciendo.
"Como sistema, debemos revisar nuestro quehacer y reducir la duplicidad de oferta académica, tomando en cuenta por ejemplo la situación de empleo de los profesionales; esto liberará recursos para reforzar aquella oferta que aún no satisface la demanda de los sectores socio productivos.
Los recursos dedicados a la inversión deben ser priorizados y se debe potenciar el uso compartido de la infraestructura y equipo. Una parte importante de los recursos para investigación debe orientarse a la solución de problemas del sector productivo, principalmente llevando innovación a las empresas, sean estas grandes o pequeñas”.
–¿Cuáles son los límites de la autonomía universitaria?
–La autonomía universitaria, consagrada en la Constitución Política, asegura a la universidad su independencia en la toma de decisiones de orden académico y nos permite definir nuestro modelo de gobierno, pero no nos exime de la aplicación del ordenamiento jurídico del país y la rendición de cuentas.
–¿Debe discutirse la creación de un régimen especial de salario de los profesores universitarios como lo sugiere la reforma al empleo público?
–En las universidades públicas ya inició la discusión sobre este proyecto de ley. Cabe resaltar que las universidades requieren del mejor talento humano posible, y es usual definir criterios para reconocer los méritos del académico, lo que a su vez se convierte en una motivación. Eliminar estas opciones podrían desmotivar el trabajo en la universidad.
–Sobre las carreras STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas) y mercado laboral, ¿qué papel juegan las universidades públicas en formar a personas en carreras más demandadas? ¿Cree usted que deberían repensarse las carreras que se enseñan para destinar más recursos en las que se necesitan y en las que generan más empleo?
–Analizar la oferta como sistema y su alineamiento, con el modelo de desarrollo del país, debe darse en el corto plazo. Es posible que podamos reducir la duplicidad de la oferta de carreas, en aquellas donde la empleabilidad es baja y reforzar la oferta de carreras donde la demanda de profesionales aún está insatisfecha.
– Como autoridad educativa, ¿qué opina de que los estudiantes costarricenses sigan saliendo mal en las pruebas PISA pese a la alta inversión en educación?
–Diferentes estudios muestran que no se han alcanzado los resultados esperados en congruencia con la inversión en la educación pública. Las pruebas PISA son solo un ejemplo. Desde el Conare, se han venido implementado agendas de cooperación con el MEP, abordando temas como la enseñanza de la matemática y las ciencias; sin embargo, los resultados no se verán en el corto plazo.
–Los presupuestos universitarios se han duplicado en poco más de una década, pero no así la matrícula (excepto el ITCR), como presidente del Conare, ¿cómo va a trabajar eso?
–Siempre hay opciones de mejora y, a pesar de que cada universidad es autónoma en sus decisiones, la optimización del uso de los recursos del FEES permitirá no solo la sostenibilidad, sino también ampliar las actividades que realiza en docencia, investigación, extensión y acción social. Es un tema de mucha relevancia para el Conare.