Giselle Cruz Maduro renunció, la noche de este domingo, al cargo de ministra de Educación, en medio de la polémica por la aplicación de un cuestionario en las pruebas FARO que solicitó información de índole personal a alumnos de quinto grado. También dimitió Melania Brenes, viceministra académica.
Cruz comunicó su decisión en una carta enviada al presidente de la República, Carlos Alvarado, con la indicación de que se hará efectiva a partir de este lunes 15 de noviembre. Presidencia informó de que el mandatario aceptó la dimisión y que designó como nuevo jerarca a Steven González Cortés, quien se ha desempeñado como viceministro administrativo.
Previo al anuncio, las bancadas de los partidos Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Nueva República (NR), Integración Nacional (PIN) y legisladores independientes habían solicitado la renuncia de la ministra, al tiempo que impulsaban una moción de censura. A la petición de renuncia se había sumado la bancada del Partido Restauración Nacional (PRN).
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Cruz estuvo 28 meses al frente de la cartera. Había asumido el 9 de julio del 2019 luego de la salida de su predecesor Edgar Mora, por presiones de grupos de manifestantes.
Luego de conocerse la salida de la jerarca, los diputados de varias agrupaciones de la oposición manifestaron la necesidad de buscar a los responsables de la decisión de aplicar el cuestionario a los escolares, al considerar que con ello se vulneró información sensible de los niños y sus familias.
Zapote indicó que oportunamente se comunicará quiénes sustituirán a Brenes y González en esos cargos. “El presidente Alvarado agradeció el trabajo en el MEP tanto a Giselle Cruz como a Melania Brenes, y deseó el mayor éxito al nuevo ministro al asumir el cargo”, señaló el Gobierno mediante un comunicado.
Últimas órdenes
Como parte de las pruebas FARO, el MEP pidió el pasado viernes a un total de 77.000 niños dar cerca de 600 respuestas que incluían temas sobre la condición socioeconómica de su familia y el estado del centro educativo, entre otros. A estas preguntas se les denomina “Factores Asociados”.
El requerimiento de información personales o familiar indignó a a los padres de los estudiante,s quienes expresaron su molestia en redes sociales.
Presidencia recordó que Cruz había ordenado este sábado, que el cuestionario de factores asociados no se aplique en la convocatoria de las pruebas FARO que se realizará en diciembre, en su gran mayoría de estudiantes de secundaria.
Además, subrayó que había girado este domingo instrucciones para que el material de las pruebas ya aplicadas se traslade, sin abrirlo, a las Direcciones Regionales.
“Estas deberán darles a los representantes legales de cada estudiante que llenó ese cuestionario la oportunidad de solicitar la devolución de éste. Si no solicitan esa devolución, los documentos serán destruidos”, informó Presidencia.
La devolución del material significa un giro en la decisión en el uso de los resultados. En principio el MEP se había comprometido en eliminarlas.
Polémica
El cuestionario de Factores Asociados, que se aplicó el viernes anterior, fue preparado por el MEP desde antes del 2019 y la institución hizo hasta un plan piloto ese año con un grupo de alumnos.
El test pretendía identificar variables que podrían incidir en el rendimiento de los estudiantes en las materias evaluadas en FARO (Español, Matemáticas y Ciencias). A los niños se les consultó sobre la estrategia metodológica usada por el docente para impartir sus lecciones, sobre la condición socioeconómica de su familia, el estado del centro educativo, entre otros.
Sin embargo, cuando los alumnos salieron de hacer el cuestionario y contaron a los padres de familia de qué se trató, estos inundaron las redes sociales del MEP expresando su molestia porque no se les había advertido de la cantidad y tipo de preguntas que iba a tener; les fue presentado a los alumnos en cuatro folletos.
Los padres expresaron que sus hijos estuvieron, desde las 9 a.m. hasta más de las 2 p.m., sentados, con mascarilla, contestando las preguntas, sin tener la oportunidad de comer nada durante ese tiempo. Manifestaron que terminaron agotados y algunos con ampollas en lo dedos.
Las críticas hicieron que la ahora exministra de Educación ordenara, el pasado sábado, desechar y destruir los cuestionarios, pues, alegó, se obvió que una prueba tan larga era inadecuada para ser aplicada a niños y niñas de 11 o 12 años y que algunas preguntas no se formularon adecuada ni oportunamente.
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Explicaron que las preguntas relacionadas con información socioeconómica del estudiante y su entorno, solo podían formularse con la autorización previa, expresa e informada de la familia, lo cual ellos omitieron. Esto deparó en la renuncia de Pablo Mena, director de Gestión y Evaluación de la Calidad quien, según el MEP, era la cabeza de este proyecto.