“Escueta” y “sin dirección”. Estos son algunos de los calificativos que dieron académicos de la Universidad Nacional (UNA) a la llamada Ruta de la Educación, durante un foro realizado este lunes para presentar un análisis de la propuesta del Gobierno.
La Ruta de la Educación fue presentada por la ministra de esa cartera, Anna Katharina Müller, el 2 de febrero pasado, sin que a la fecha se haya dado a conocer un documento con planteamiento, metodología, cronograma, financiamiento, entre otros aspectos. El Ministerio de Educación Pública (MEP) se limitó a publicar 56 diapositivas con información muy general.
Para Norman Solórzano, académico de la Facultad de Ciencias Sociales, lo que se desprende de esa información es un conjunto de buenas aspiraciones, pero que, a la hora de analizar el tema, no aborda las desigualdades en educación que hay en el país, y que ya empiezan a ser intolerables.
Solórzano también hizo referencia a una de las frases de las diapositivas y que la ministra Müller ha utilizado en varias ocasiones para dar a conocer sus objetivos.
“‘Pasar de lo negativo a lo positivo’, si no es una expresión del moralismo, resultaría una aspiración contradictoria pues esa tendencia a esa positividad, muy presente en los libros de autoayuda, tiende a anular el pensamiento crítico que supuestamente es una de las dimensiones que se quiere reforzar”, expresó.
Esa falta de claridad en torno a la Ruta de la Educación ha provocado múltiples cuestionamientos al plan, frente a los cuales, la jerarca responde que “la Ruta es un proceso vivo, no es ningún documento, no es un plan operativo, es un proceso vivo”.
La frase no convence a estudiosos en el tema.
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Es el caso de Pablo Chaverri, académico del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina), quien desde que se dio a conocer el proyecto del Gobierno ha planteado muchas dudas.
Durante el foro de este lunes, una vez más, Chaverri manifestó que las diapositivas constituyen un documento con “muchas limitaciones” .
“Cualquiera que haya gestionado un proyecto en su vida sabe que tiene que tener claridad de qué es lo que quiere, cómo se va a hacer, con qué recursos, en qué tiempo y, si todos estos factores no están alineados, entonces posiblemente no vamos para ningún lado. Es decir, es una ruta que carece de dirección”, expresó.
En el mismo sentido se pronunció Vivian Patiño, académica de la División de Educación Básica y docente del MEP. En su criterio, en la Ruta “todo suena muy lindo”, pero esta claro “que no es verdad”.
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Patiño también es maestra en una escuela de San Felipe de Alajuelita, San José, adonde la información del MEP no llega. Esa falta de comunicación, dijo, hace que las autoridades desconozcan la realidad de los centros educativos del país.
“Lo que plantea esta propuesta es muy escueto, un PowerPoint que simplemente llegó a los correos (...) Ellos dicen no a la corrupción y a veces hay mucha corrupción detrás de un escritorio de las personas que hacen estos programas, que no son los que están con nosotros compartiendo, lidiando con la realidad costarricense”, dijo la educadora.
Patiño fue la maestra que, hace una semana, dio a conocer el protocolo que implementa con sus alumnos de preescolar, para que puedan protegerse en caso de un balacera fuera de la escuela, como ocurrió el martes 11 de abril.
¿Política pública?
Al hacer un examen detenido de las diapositivas del plan presentadas por el MEP, la conclusión es que las líneas que existen ‘carecen de innovación’ y omiten la forma en la que pretenden ejecutarlas, manifestó Norman Solórzano.
“Aprovechemos las buenas aspiraciones pero empecemos a darles contenido, entremos en un proceso profundo de revisión crítica del sistema educativo, exijamos que este tema de la educación se ponga en la agenda política”, destacó.
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Chaverri, por su parte, advirtió que Costa Rica enfrenta un reto importante: tener un cuerpo docente a la altura de lo que establece el siglo XXl.
“La mayoría de nuestros docentes, por ejemplo, no se siente preparada para desarrollar el programa de Español y no tienen el hábito de la lectura; es decir que, la educación no es un tema solamente de habilidades y actitudes, sino también requiere conocimiento y estudio de la persona docente”, manifestó.
Los participantes en el foro criticaron con insistencia la ausencia del documento que exprese con claridad el plan. Ese vacío, dijo Ana María Hernández, académica y catedrática de la UNA, impide considerar la Ruta de la Educación como política pública, pues para que eso ocurra debe cumplir requisitos establecidos por Ministerio de Planificación, Uno de ellos, es la la transparencia y al no existir un documento, hay una deuda con los costarricenses.
En las diapositivas publicadas por el MEP se plantean gran cantidad de objetivos. Entre ellos, que “134.000 estudiantes de primer grado deberán aprender a leer y escribir en 2023 para aprobar el año”.
La forma en la que piensan concretar la meta es mediante “estrategias de apoyo didáctico para asistir a los estudiantes que necesiten refuerzo” y con “una campaña para promover la lectura con diversos actores, incluyendo la Cámara Nacional de Radio”.
También el MEP espera, en conjunto con la empresa Oracle, “certificar de manera gratuita a 1.200 docentes y 3.000 estudiantes de Educación Técnica en áreas como Inteligencia Artificial, Ciberseguridad, Programación Avanzada y otras”.
Los académicos de la UNA, sin embargo, quedan con el sinsabor de no tener explicaciones de fondo por parte de las autoridades sobre la forma en la que se ejecutarán y concretarán esas buenas intenciones.