Desde el 13 de marzo, la Universidad de Costa Rica (UCR) anunció a sus alumnos la suspensión de clases presenciales para evitar contagios de covid-19.
Para que no se atrasaran en sus carreras, les ofreció a sus estudiantes cursos mediante su plataforma de Mediación Virtual, habilitada desde el 2009.
Los pasos eran sencillos: el estudiante accedía a la plataforma con su cuenta institucional (la misma que usa para el proceso de matrícula) y en la página de inicio encontraría la lista de los cursos habilitados para cada estudiante, según su carrera.
La realidad, sin embargo, fue otra. No todos los cursos estaban o cargaban, el docente no sabía utilizar la plataforma o estaba saturaba.
Además, había alumnos que no tenían ni Internet ni computadora para usar la herramienta.
“A nosotros supuestamente nos están dando clases virtuales, pero no hemos hecho nada. Los profesores, obviamente, necesitan tiempo no solo para acomodar las clases al modo virtual, sino para asegurarse de que todos los estudiantes tengan acceso. Desde que se iniciaron las clases virtuales, a la fecha, solo hemos hecho pruebas en Zoom, Wechat, y otras aplicaciones”, contó una alumna de último año de Bachillerato en Inglés.
Los docentes, relató, lo que hacen es mandar a sus estudiantes correos o mensajes para decirles cómo avanzan con la plataforma y envían materiales que pueden adelantar.
La experiencia en la UCR no es única. La pandemia tomó por sorpresa a las universidades públicas, que no estaban preparadas para la enseñanza virtual.
La UCR, la Universidad Nacional (UNA), y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) trabajan para adaptar las clases y reanudar el servicio luego de Semana Santa debido la suspensión de clases presenciales de manera indefinida.
La UCR conoce sobre estas fallas en su sistema de mediación virtual.
Por ejemplo, el 17 de marzo la Facultad de Ciencias Sociales solicitó suspender las clases, incluidas las virtuales, ante la imposibilidad de garantizar las condiciones necesarias de acceso a Internet del estudiantado y debido a la necesidad de que el cuerpo docente contara con tiempo, espacio y otras condiciones para trasladar sus cursos de la modalidad presencial a la virtual.
También suspendió clases a distancia hasta que se "logre mayor sincronía”.
En el caso de la Facultad de Medicina, el Consejo de Directores acordó, el 17 de marzo, suspender toda actividad docente y administrativa virtual y presencial al considerar que las plataformas de la universidad eran inestables y “no estaban funcionando adecuadamente”, según criterios de los docentes.
Además, los estudiantes no estaban atendiendo los cursos virtuales. Reportaron dificultades con el acceso a Internet, insuficiencia de equipo tecnológico en su hogar y que los alumnos de primer ingreso no estaban familiarizados con la plataforma.
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Zoom... corren a comprar licencias
En atención a estas fallas, la UCR comenzó la capacitación de cerca de 2.000 docentes en el uso de la plataforma; tuvieron que correr a adquirir 1.500 licencias del sistema de videoconferencias Zoom.
Marlen León, vicerrectora de Docencia, dijo que tras adquirir las licencias de Zoom ahora trabajan en los ambientes de prueba y en incorporarlo a su plataforma Mediación Virtual.
Además, tuvieron que pedirle ayuda a la Universidad Estatal a Distancia (UNED), cuyo fuerte es la educación remota, para duplicar la capacidad de su sistema que solo permitía que estuvieran conectados 30.000 alumnos y funcionarios a la vez. La UCR tiene cerca de 40.000 alumnos.
“Esto va a continuar y deben continuar las lecciones, por eso, se han realizado capacitaciones masivas a los docentes en el uso de la plataforma y herramientas de la misma. Ninguna universidad en el mundo estaba preparada para una situación como esta. Sí nos tomó por sorpresa pero tenemos la ventaja de tener un respaldo de trabajo de los últimos 10 años”, explicó León.
A pesar de no estar totalmente preparada, la UCR imparte la modalidad virtual en 40% de los cursos y poco a poco otros se incorporan. Es decir, hay 3.805 cursos virtuales activos en Mediación Virtual de 9.492 que da la UCR en el primer semestre.
Además, 2.918 docentes están activos (45%) para este primer semestre.
La UCR informó el 30 de marzo de que todas las personas que tuvieran un servicio de telefonía móvil prepago o pospago de Kölbi, con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), podían ingresar al dominio ucr.ac.cr, sin tener que pagar por el consumo de los datos que realicen en ese dominio.
Esta estrategia también se implementa en el Tec, UNA y Universidad Técnica Nacional (UTN) con sus respectivos dominios.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares del 2019, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), un 79% de los hogares pertenecientes al quintil de mayores ingresos, tiene una computadora, mientras que en los hogares del quintil 1 de menores ingresos, el porcentaje cae al 25%.
Respecto a Internet, el 44,6% de los hogares tiene Internet por conexión de cable coaxial y un 40% Internet por celular; el resto tenían otro tipo de conexión.
UNA: ‘Metiendo el acelerador’
El 19 de marzo, la UNA, en Heredia, informó a sus 19.000 alumnos que se iban a dar clases virtuales ante la suspensión de lecciones presenciales.
Días después, el Consejo Académico suspendió las clases virtuales al percatarse de que ni docentes ni alumnos estaban preparados. Se solicitó hacer una revisión del sistema y se está “metiendo el acelerador” para que el 13 de abril se ofrezcan los cursos virtuales.
Se creó incluso una comisión para definir el sistema o sistemas que se pueden usar.
“Los alumnos estaban teniendo problemas para conectarse, algunos docentes no reaccionaron bien. Hay que capacitar alumnos y funcionarios; las unidades académicas deben definir las herramientas a usar, muchos se están decantando por Zoom (sistema mundial de videoconferencias)”, expresó Alberto Salom, rector de esa casa de enseñanza.
Según dijo, él no estuvo de acuerdo con que se suspendiera la educación virtual, sino que se continuara dando en los cursos en los que era posible. En su criterio, la pandemia obligó a que la virtualización llegara a las universidades públicas para quedarse.
“En el caso de la UNA prevalecía la clase presencial, esto nos ha abierto un margen de oportunidad. La virtualidad llegó para quedarse, estoy seguro que la UNA va a ser una universidad antes del coronavirus y una después”, expresó el rector.
Tec: Faltaban recursos
El Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) anunció la suspensión de clases presenciales debido a la pandemia del covid-19.
Durante una semana se puso a prueba el método virtual, pero a partir del 16 de marzo las autoridades ordenaron suspenderlo, principalmente porque los estudiantes no tienen los recursos necesarios para recibir clases en línea, explicó el rector, Luis Paulino Méndez.
Tampoco la institución, con cerca de 12.000 alumnos, contaba con las condiciones necesarias para migrar de las clases presenciales a clases en línea en tan corto plazo.
La misma guía de horarios no facilitaba la migración, debido que un estudiante podría participar en línea en un curso teórico en una determinada hora y en la siguiente tener que asistir a un curso de laboratorio.
“Los cursos en línea son la solución ideal en este momento, pero tanto estudiantes como profesores no están preparados para hacer el cambio", admitió Méndez a La Nación.
El objetivo de suspender el ciclo lectivo en su totalidad fue hacer mejoras en las plataformas de comunicación para que el profesor pueda impartir su lección en línea. Quieren tener opciones para retomar el curso lectivo virtual después de Semana Santa.
“Esto incluye aumentar el ancho de banda de Internet y el número de equipos requeridos. Los profesores se están preparando en el manejo de diferentes herramientas para apoyar las lecciones y se está haciendo un mapeo de las condiciones de los estudiantes en cuanto al acceso a Internet desde sus hogares”, explicó el rector.
También preparan planes de contingencia para los cursos prácticos.
UTN: con experiencia en virtualización
Marcelo Prieto, rector de la Universidad Técnica Nacional (UTN), explicó que esta universidad, de cerca de 15.000 alumnos, ha tenido una política de virtualización parcial desde su fundación en el 2008 y desde entonces han tenido programas intensos de capacitación docente.
En este momento, se imparten clases virtuales “en todos los cursos que sea posible”, sin que se haya llegado a suspender clases.
La dificultad es con los alumnos que carecen de un dispositivo digital como una computadora, teléfono inteligente, o tabletas, o bien, los tienen pero sin Internet.
“Estamos haciendo esfuerzo para dotar a los alumnos de computadora o Internet. Estamos facilitando computadoras de la Universidad a los alumnos y hemos convenido con el ICE que los datos móviles desde el dominio de la UTN sean gratuitos para los alumnos”, dijo el rector.
Prieto afirmó que están convencidos de que van a tener que impartir virtualmente una parte del próximo cuatrimestre por el comportamiento de la pandemia.
“Estamos revisando y evaluando los resultados de esta primera etapa para aumentar en la medida de lo posible la oferta virtual. En los cursos que no se den habrá que repetir en su momento o ajustar la programación académica”, explicó
¿Y las universidades privadas?
La Unidad de Rectores de las Universidades Privadas de Costa Rica (Unire) afirma que todas las universidades privadas afiliadas tenían plataformas dispuestas para la virtualización, por lo que ninguna ha suspendido lecciones en su totalidad.
“La mayoría de las universidades privadas afiliadas a Unire vienen trabajando con las plataformas virtuales, como herramientas didácticas complementarias, para las diferentes carreras, desde hace varios años. Esto permitió que no fueran tomadas tan desprevenidamente por la emergencia y pudieran pasar casi que en tiempo récord, a continuar con sus servicios educativos en forma virtual”, aseguró Albán Bonilla, director ejecutivo de la organización.
Bonilla añadió que se han hecho algunas mediciones previas sobre la educación virtual en universidades privadas y el resultado es muy “satisfactorio”.