Durante décadas, y hasta ahora, la UCR ha calculado sobresueldos de su personal sobre el salario base más pluses, en lugar de hacerlo únicamente sobre el salario base, lo cual, se convierte en un disparador del gasto.
Algunos de los componentes salariales, como el pago por pasos académicos (sobresueldo que se otorga en forma escalonada por los méritos académicos que un profesor acumula), se incluyen en el cálculo de hasta tres incentivos diferentes.
Este modelo se mantuvo y se mantiene pese a que desde el 2015, la Comisión para el Análisis del Sistema de Administración de Salarios, advirtió que el sistema de remuneraciones puede provocar un desequilibrio en las finanzas.
“Esta forma de calcular los diferentes componentes del salario provoca un efecto amplificador que enciende señales de alerta”, dice el informe redactado hace siete años.
Este análisis hizo énfasis en que el disparador del gasto salarial en la UCR se dio con la decisión del Consejo Universitario (CU), en 2009, de subir de un 3% a un 5,5% el porcentaje del incentivo conocido como anualidad. Ese incremento lo votaron pese a las advertencias de la Contraloría interna sobre las graves consecuencias financieras que tendría y que hoy pesan en las finanzas universitarias.
Por años, la anualidad –que consiste en un pago extra por cada año laborado– fue, hasta el 2020, uno de los incentivos que se calculaba no solo sobre el salario base, sino sobre el salario base más otros pluses.
El cálculo de ese sobresueldo se hacía, el año pasado, con la siguiente fórmula: el porcentaje de anualidad se multiplicaba por la suma del salario base más los incentivos llamados escalafón, fondo consolidado, reconocimiento por elección y pasos académicos.
“Este mecanismo de cálculo de la anualidad hace que la institución pague por este concepto un costo aproximado a un 27% adicional a si la determinación se efectuara sobre el salario base”, advirtió, también desde el 2015, el informe de la comisión interna de la UCR.
El por qué los cálculos se hacen de plus sobre plus no está claro, pues ni la misma Convención Colectiva de la universidad lo ordena así. Su artículo 11 establece un porcentaje de pago de la anualidad, pero no indica sobre qué monto se debe calcular.
La misma comisión que emitió recomendaciones en el 2015 dijo cuál sería el camino correcto: “Sería razonable pensar que (el cálculo) se realice sobre el salario base; no obstante, al salario base se le agregan otros componentes, previo a multiplicar el porcentaje acumulado de anualidad correspondiente”.
“Como lo señaló la Contraloría Universitaria en el informe OCU-R-107-2013, dirigido al Consejo Universitario, lo anterior genera que, para el cálculo del salario bruto o total de un funcionario, un mismo plus salarial sea considerado varias veces -como, por ejemplo, el porcentaje de anualidad, para la determinación parcial o final de un segundo o tercer concepto de pago- provocando con ello una duplicidad de procesos dentro del sistema de salarios de la UCR “, indicó la Comisión hace siete años.
En el caso del sobresueldo de “reconocimiento por elección”, que se paga actualmente a un docente por desempeñar un puesto de dirección académica, la forma de cálculo consiste en multiplicar el porcentaje de reconocimiento por la suma del salario base más los incentivos de escalafón y pasos académicos.
Por ejemplo, si el puesto que va a desempeñar un docente es director de un departamento o posgrado, el porcentaje usado para calcular el reconocimiento por elección es 15%. Si se va a desempeñar como director de alguna escuela o de un centro o instituto de investigación, el porcentaje es 25%. Si es decano o director de sede, el porcentaje es 30%.
En el caso del “escalafón”, que se aplicó hasta el 2019, consistía en multiplicar el porcentaje de escalafón por la suma del salario base más pasos académicos.
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Este plus se otorga a los docentes al pasar de una a otra categoría con base en méritos académicos y experiencia. Un “escalafón” equivale a un 3% más del salario base que incrementa en número de escalafones de acuerdo a la categoría en que se ubique el docente.
Las categorías son interino, instructor, adjunto, asociado y catedrático.
¿Cómo repercutía eso en las finanzas de la UCR? La comisión que lo analizó hace siete años determinó que al momento de hacer un ajuste se consideraban varios conceptos de pago “hasta tres veces”. De esa forma, el salario más alto de la UCR lo devenga una profesora de Estadística, que recibe ¢9,9 millones por mes.
Tras la emisión del documento de la comisión, la UCR derogó, en 2017, el acuerdo que aumentó la anualidad en el 2009. Así, ese plus pasó a ser de 3%.
Pero, en febrero del 2019, la Administración de la UCR y el Sindicato de la UCR (Sindeu) acordaron aumentar la anualidad al 3,75% y, pese a ello, mantuvieron la fórmula de cálculo de plus sobre plus: se siguió calculando sobre la suma de salario base más escalafón, fondo consolidado, reconocimiento por elección y pasos académicos
El entonces rector, Henning Jensen, afirmó que pagar un 3,75% de la anualidad sobre el salario base más pluses era “insostenible”.
Otra decisión que pesó en las finanzas universitarias se dio también en 2009, durante la gestión de la entonces rectora Yamileth González García, cuando el CU decidió romper el tope de 30 anualidades que se pagaba a los funcionarios.
En el 2020, durante la gestión de Carlos Araya, se acordó reducir la anualidad al 1,94% sobre el salario base, como lo establece para todo el sector público la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (número 9635), aprobada en diciembre del 2018, mientras el Poder Judicial resuelve si las universidades públicas deben apegarse a la reforma fiscal.
En el 2020, la UCR gastó cerca de ¢65.600 millones para el pago anualidades, según información de la Contraloría General de la República (CGR). En 2008, antes de la decisión de otorgar un 5,5% por año laborado, el gasto fue de ₡19.210 millones.
Por su parte, el incentivo por escalafón fue eliminado en el 2019 para docentes luego de que la Sala IV declarara inconstitucional ese beneficio para los profesores. En el 2020 también se congeló para administrativos. Es decir, ya no se otorga cuando los funcionarios pasan de una categoría a otra.
Sin embargo, se siguen pagando los montos acumulados en el pasado. Por ejemplo, si un docente en el 2019 había logrado recibir ¢100.000 de incentivo por escalafón, ese es el monto que recibe por ese plus, a partir de ese año.
Las consecuencias de las decisiones del pasado todavía le pasan factura a la UCR en sus finanzas. El pasado de 21 de marzo, el rector de la institución, Gustavo Gutiérrez Espeleta, anunció la creación de otra comisión para analizar el régimen salarial.
Esta comisión se creó, según la institución, con el fin de reformar la estructura salarial de ese centro de estudios que recibe el 57% del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
Este 2020, a la UCR le correspondieron ¢260.285 millones del FEES, de los cuales ¢211.962 millones se destinaron al pago de salarios y pluses.
La creación de una nueva comisión fue parte de los compromisos que los rectores de todas las universidades públicas adquirieron en febrero para revisar las políticas salariales, con tal de ser excluidos del proyecto de Ley Marco de Empleo Público que crea el salario global y pondría fin al sistema de pluses e incentivos en el sector público. El plan se discute actualmente en la Asamblea Legislativa.
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En 2 de marzo, los diputados de la Comisión de Gobierno y Administración excluyeron a las universidades públicas del proyecto, gracias a una moción que les entregaron las mismas cúpulas universitarias. Otra moción intenta regresarlas al plan.
A enero del 2021, según información de la UCR, se mantienen vigentes 32 pluses salariales para los funcionarios de ese centro de estudios. Véalos en este link.
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