La propuesta de la ministra de Educación Pública (MEP), Anna Katharina Müller, de fusionar escuelas pequeñas con otras más grandes, para crear megacentros educativos, generó “una profunda preocupación y oposición contundente” de la Universidad Nacional (UNA).
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Tanto es así que el Consejo Académico del Centro de Investigación y Docencia en Educación de esa casa de enseñanza (CIDE-UNA), acordó, el 7 de setiembre, enviar un extenso pronunciamiento a Müller para rechazar su propuesta de crear los megacentros a partir de la fusión de cerca de 800 centros educativos unidocentes.
El CIDE-UNA atiende desde hace más de tres décadas la formación de docentes rurales, por medio de la División de Educación Rural.
“Devendría en mayor deterioro del medio rural y de la propia democracia costarricense, condenando a distintos sectores a una precarización mayor. Debe entenderse que las distancias y el acceso no se resuelven con un bus; el mapa no solo se mide en línea recta, hay que leer también las curvas de nivel. Un kilómetro puede implicar cruzar ríos, terrenos con ganado, sembradíos, pendientes pronunciadas”, subrayó el CIDE en el documento que le remitieron a la jerarca.
Fue el 23 de agosto anterior que la jerarca Müller externó ante la Comisión Especial de Educación de la Asamblea Legislativa, su plan de fusionar cerca de 800 centros educativos unidocentes -que atienden de uno a 30 niños de primaria- en “megacentros” escolares. No profundizó en cómo planean hacerlo ni el tiempo que se tomará.
Esa propuesta está ligada a una sugerencia que el Estado de la Educación dio en su VI informe, en torno a agrupar escuelas unidocentes que estén a menos de cinco kilómetros entre sí, de modo tal que se pudiera contar con un centro bien equipado en vez de varios con muchas carencias.
De acuerdo con el Estado de la Educación, en lugares donde no se pueden consolidar las escuelas, pueden formarse redes locales de varios centros unidocentes cercanos, mediante los cuales se busque optimizar el servicio educativo y el uso de los recursos disponibles.
Alegatos
Según el CIDE, Costa Rica ha sido reconocida en todo el mundo como nación garante de uno de los derechos fundamentales del ser humano: la educación.
Afirmaron que esto ocurre gracias al alcance y cobertura de su sistema escolar, que se extiende a lo largo y ancho del país, llevando la educación primaria a las zonas rurales más remotas y con los menores índices de desarrollo social.
Sin este tipo de escuelas, indica el CIDE, los niños no podrían asistir a un centro educativo, por las distancias que deben recorrer; además de atravesar ríos, laderas, crecidas, pendientes pronunciadas, terrenos con ganado.
Entre los 4.585 centros educativos del país, 1.467 escuelas son unidocentes y 1.223 multigrado (ambas con un máximo de 30 alumnos), según el CIDE. Atienden a 79.330 niños y niñas residentes en territorios rurales, indígenas, costeros, fronterizos y agrícolas, entre otros.
“Dicha atención, además, es sostenida por un modelo educativo que responde a los compromisos que en materia educativa Costa Rica ha adquirido como firmante de múltiples convenios y acuerdos internacionales donde el país se compromete a resguardar y proteger la calidad de la educación para todas y todos los niños y niñas que se encuentren dentro de sus fronteras”, dijo la UNA.
Por este y otros motivos, para la Universidad Nacional, las escuelas unidocentes son necesarias para la atención de las comunidades rurales dispersas, porque su existencia promueve el acceso, la equidad y el cumplimiento del derecho a la educación, por lo que, lejos de cuestionarse sobre su existencia, el Estado debe fortalecer el modelo y los recursos de los que dispone, en procura de incentivar el desarrollo humano y social del país.
“Quienes hemos trabajado en la educación de los pobladores de las zonas rurales entendemos la dificultad y la desventaja a la que se enfrentan los habitantes de tales contextos para acceder a un derecho básico fundamental como la educación”, se añadió en el pronunciamiento.
Ponen el ejemplo de la Guayaba Yakä en Chirripó, que quedaría a minutos de su escuela vecina, pero, para trasladarse, no hay posibilidad de transporte dado lo quebrado del camino.
Afirman que desligar a un niño de su comunidad para ir a otra no solo genera desconfianza, temores, y pérdida de identidad local, sino que provoca que haya exclusión escolar.
Para los especialistas, deben enfocarse los esfuerzos estatales en mejorar la educación del país, así como al fortalecimiento de infraestructura, equipamiento tecnológico y el desarrollo oportuno de otros contenidos que sean pertinentes a las zonas y a la realidad nacional.
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Solicitaron a la ministra, entre otras cosas, explicar los estudios que se han desarrollado en Costa Rica para sustentar la creación de megacentros educativos.
Además, aportar las evidencias que corroboran el mejoramiento de la calidad y la equidad educativa para todos los sectores a partir de esta propuesta y cómo se va a incrementar la calidad educativa pasando de centros donde niñas y niños son atendidos de forma individual a conglomerados donde la instrucción será masiva.