Frente a esa disminución, que responde a la dinámica demográfica del país, Sánchez aseguró que no existe intención del Ministerio de Educación Pública (MEP) de reducir el presupuesto, sino de aprovecharlo mejor.

“Estamos con tasas de natalidad bajísimas y en más del 75% de distritos del país disminuye la población en edad escolar; obviamente no es que la matrícula cae de golpe, pero es una realidad que tenemos que aprovechar”, declaró el funcionario en una entrevista con La Nación.

La tendencia podría continuar de mantenerse la tasa de fecundidad nacional, que actualmente está en 1,29 hijos por mujer, una de las más bajas de América.

En el 2021, en Costa Rica se registraron 54.288 nacimientos. En el 2022 (año más reciente para el cual hay datos), nacieron 53.435, pero esas cifras no se mantendrían en los próximos años y décadas.

El viceministro aseguró que la oportunidad que da la baja en la matrícula debe reflejarse en la mejora de los procesos pedagógicos, ya que cada vez más los docentes tendrán menos estudiantes que atender.

“Hay que recordar que lo ideal, de acuerdo con lo que dice la literatura de países desarrollados, es que se atienda de 15 a 20 estudiantes por aula. Nosotros, por norma, estamos atendiendo 29, 30 estudiantes por aula, pero hay centros educativos que tienen hacinamiento y ven de 35 a 40 estudiantes. La disminución en la matrícula es una oportunidad para mejorar la calidad educativa”, dijo Sánchez.

¿Hay planificación o no?

En esa oportunidad han insistido los investigadores del Estado de la Educación, del Programa Estado de la Nación (PEN), como el demógrafo Luis Rosero Bixby, quien ha advertido de los efectos de la baja en la fecundidad.

“Quizás algunos vean esto como algo catastrófico, pero también es una oportunidad de oro para mejorar la educación. El problema es que no parece haber planificación, hasta el momento hemos perdido la oportunidad. Algunos dirán que podría también verse como un motivo para recortar el presupuesto al haber menos estudiantes, pero sería un error muy grave”, manifestó

Polémica por presupuesto

A pesar de las manifestaciones de Sánchez en cuanto a que no existe la intención de rebajar el presupuesto del MEP, el plan de gastos del 2024 fue el más bajo de la última década en relación con el producto interno bruto (PIB), según reveló un informe de la Contraloría General de la República (CGR).

Según ese análisis, la institución tiene asignados ¢2,6 billones para atender la educación de un millón de niños y adolescentes este año y ese monto representa un 5,2% del PIB, lo cual contrasta con el 7,3% del 2015, el 7,5% del 2017 o el 7,3% del 2020.

Sánchez está en desacuerdo con esa visión, desde su punto de vista el presupuesto no debería verse con respecto al PIB, sino centrarse en la inversión por estudiante.

“Los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) tienen una inversión con respecto al PIB menor que Costa Rica, pero tienen un PIB más grande, entonces el indicador con respecto al PIB pierde relevancia en comparación con el indicador per cápita, que ahí si estamos largo de los países top y ahí es donde debemos apostar”, expresó a inicios de marzo.

LEA MÁS: Presidenta del IMAS admite recorte de 110.000 becas ‘Avancemos’

De acuerdo con el informe “Educación en una mirada” [Education at a Glance] del 2023, que la OCDE publicó a mediados de setiembre, el MEP invierte un promedio de $6.624 por alumno al año.

Costa Rica aparece como uno de los países con menor inversión pública por estudiante de tiempo completo en instituciones públicas. El país invierte $4.000 menos anuales frente al promedio de la OCDE, que es de $10.678.

Para Leonardo Sánchez, en paralelo con la disminución de estudiantes debe existir un aumento en la inversión per cápita.

LEA MÁS: 150 escuelas del MEP cerraron en últimos 12 años

Asegura que el Ministerio trabaja en esa línea con respecto al presupuesto del 2025, pues esperan una mejora en las finanzas del país.

Según Sánchez, este año hicieron un equilibrio y dejaron de pagar partidas en alquiler y viáticos, por ejemplo, para invertir en transporte estudiantil e infraestructura.