Chiquitos de escasos recursos podrán estrenar zapatos para ir al kínder, gracias a la iniciativa de su maestra, María José López, quien a través de una petición en la red social Twitter recolectó más de 160 pares.
La idea inicial era ayudar a los casos más urgentes, niños que llegaban con zapatos muy gastados o rotos al centro educativo, en Desamparados, San José. Sin embargo, la respuesta fue mucho más generosa de lo imaginado, como reconoció la educadora a La Nación.
En cuestión de dos días, la publicación de la maestra fue compartida más de 500 veces y se inundó de comentarios de decenas de usuarios interesados en cooperar. También muchos la contactaron por mensaje directo y WhatsApp, e incluso le ofrecieron ropa y útiles escolares.
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“Yo regularmente trato de ayudar dentro de lo que puedo. A mí no me gusta ser la maestra que llega a dar clases y calabaza para su casa, sino que son seres humanos y a veces nos toca a nosotros como maestras de preescolar prestar más atención a los pequeños detalles. De hecho, hace dos años en Twitter también habíamos conseguido alimentos para ellos cuando empezó la pandemia y unos papás estaban sin trabajo.
“Esta vez, yo empecé a ver los zapatos de los chicos y dije ‘esto no puede ser’, o sea no puedo ser indiferente ante esta situación. Y primero dije ‘vamos a ver si en Twitter alguien tiene zapatos que sean tal vez de los hijos’, esa fue mi idea. Dentro de la gente, yo pensaba, alguien me va a regalar unos zapatos. Yo puse el tuit y me desconecté del celular, pero cuando lo volví a agarrar tenía el inbox saturado y muchísimos retuits”, relató.
Si tienen zapatitos escolares q ya sus hijos no usen me avisan. Tengo varios alumn@s q andan así 😫 pic.twitter.com/l205XU2zzb
— Maria la del Barrio (@MaJoLN) August 23, 2022
La docente mencionó que prácticamente la mitad de su grupo de kínder tenía sus zapatos en mal estado y que cuando revisó qué tallas ocupaban, varios tenían la suela rota. Por eso, ella primero se encargó de asignar algunos pares para quienes más los necesitaban, pero luego le empezaron a escribir tantas personas por Twitter que logró cubrir a todos sus grupos de preescolar.
Según López, muchos usuarios también ofrecieron hacerle transferencias por Sinpe Móvil para comprar más calzado, pero ella tuvo que responderles que la normativa del Ministerio de Educación Pública (MEP) no le permite recibir dinero. “Muchísima gente me ofrecía plata, pero yo no puedo recibirla jamás de la vida, ni un cinco, porque ahí ya me podría ver hasta en una situación complicada”, detalló la profesora.
Sin embargo, al final tampoco hizo falta dinero, porque una tienda contactó a la maestra para hacer una donación de 160 pares de zapatos escolares, con los cuales ahora se podrá ayudar a todos los alumnos que lo requieran en el centro educativo localizado en San Juan de Dios de Desamparados. Para López este patrocinio fue algo muy satisfactorio, porque existe mucha necesidad.
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“El hecho de tener unos zapatitos para ir al kínder es una ilusión, es poder correr bien y disfrutar, está enlazado con todo el proceso de aprendizaje. Cuando llegó la donación yo me ataqué a llorar y le conté a la directora para que procediéramos a elaborar todas las cartas que se tienen que hacer, porque no podemos recibir una donación sin hacer el debido proceso, al ser una institución pública, todo tiene que ser así”, explicó.
La docente desamparadeña destacó que ninguno de los pares que le regalaron los usuarios de redes sociales estaba usado, por lo que para ella es una gran ilusión darle la oportunidad a muchos niños de estrenar unos zapatos, algo que tal vez nunca han hecho. Además, rescató que su intención nunca fue “dar lástima” con la situación, porque es una realidad que viven miles de menores del país y se debe atender.
Para ella, la docencia no se limita a transmitir aprendizajes a los alumnos, sino también ayudarlos a ser mejores personas y que comprendan el valor de las cosas en todo sentido.
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“Más allá de enseñarles, es darles a ellos un desarrollo integral, ser buenas personas, buenos seres humanos, que todo lo que ellos aprendan dentro del aula sea lleno de amor y felicidad. Son chicos de preescolar donde yo trabajo, entonces no es solamente que aprendan conceptos todos los días, sino es a vivir en una sociedad, a valorar lo que tenemos, a realmente conocer nuestros sentimientos y necesidades, porque tal vez para ellos los zapatos no son una necesidad, la necesidad es tener arroz y frijoles todos los días, sin embargo hay que enseñarles que siempre va a haber gente que nos puede tender una mano, que la maestra va más allá de darnos clases y que siempre pueden acudir a nosotros”, manifestó la profesora.
López, finalmente, hizo un llamado a las y los demás docentes del país a nunca ignorar cuando un estudiante no tenga zapatos, comida o presente cualquier otra necesidad, porque muchas veces por cosas así terminan saliéndose de la escuela o colegio y de esta manera crecen los porcentajes de deserción. Dijo que ella lleva cuatro años siendo maestra interina y que ha visto que estos apoyos son vitales para la educación.
“Yo dije: ‘ok, si el hecho de que yo hiciera algo va a motivar a otros docentes a poder realizar cosas así, pues bueno enhorabuena. No fue la intención, pero si puede funcionar para que otros maestros y centros educativos tengan la iniciativa de poder hacerlo y replicar este tipo de cosas, pues yo feliz”, concluyó.