Ayer fue un día ajetreado para el canciller nicaragüense, Eduardo Montealegre, en su visita al país.
Visitó un centro de migración donde se tramitan la visas para inmigrantes ilegales, se reunió con su similar costarricense, Roberto Rojas; con personal de la Embajada de su país en San José y almorzó con empresarios en el Club Unión.
En medio de una agenda llena, atendió a La Nación por 20 minutos para conversar de las relaciones entre su nación y Costa Rica. Este es un extracto de la entrevista que concedió a las 3 p. m. en la sede de la Embajada de Nicaragua en San José.
-¿Cuál es el objetivo fundamental de su visita al país?
-Quería ver, y personalmente constatar, cómo marcha el proceso de amnistía.
-¿Notó algún problema en el proceso?
-No, creo que es muy ordenado. Hay -de lo que pude hablar con mis compatriotas- lentitud en los trámites y largas filas, pero eso es normal, quizás no se esperaba tanta gente.
-El gobierno costarricense suspendió el otorgamiento de visas y salvoconductos la semana pasada, parecía que estaba ingresando más gente de lo normal.
-No hemos recibido ninguna denuncia de esta naturaleza
-¿Han descubierto alguna irregularidad?
-No, pero creo que debemos estar vigilantes de que se respete. Es un período de amnistía para quienes ingresaron a este país antes del 9 de noviembre del año pasado.
-¿Hay conversaciones para ver que pasará con aquellos inmigrantes que llegaron después de esta fecha?
-No hemos hablado del asunto, pero de todas formas será una decisión del gobierno costarricense que nosotros debemos respetar.
-Internamente, ¿qué está haciendo Nicaragua para evitar que las personas migren?
-En los ochentas la gente se iba del país por cuestiones políticas, luego fueron cuestiones económicas. Pero la situación está mejorando, el crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) el año pasado fue de un 4 por ciento, a pesar del huracán Mitch y para el este año proyectamos un 7 por ciento. Si usted compara la Nicaragua de hace 10 años con la de ahora se da cuenta de que hay una mejora considerable pero es cuestión de dar tiempo. Conforme tengamos éxito la gente no sólo no va a salir sino que va a regresar.
-¿Esa mejoría que usted señala, cree que la están proyectando a la comunidad internacional y al pueblo nicaragüense?
-Hay también un crecimiento per cápita (por habitante). Sí creo que estamos dando señales de confianza al mundo, hay más inversiones. Que le dijo, yo por ejemplo, dejé el país en 1978 regresé en 1991 y ahora fundé un banco, porque hay oportunidad.
-Esa oportunidad ¿la tendrán todos? Porque el 5 de junio del año pasado 14 comarcas de Cárdenas querían anexarse a Costa Rica.
-Qué dicha que me hace esa pregunta, porque hoy el presidente Arnoldo Alemán está visitando esas comunidades para ver la producción de frijol, una de las más grandes. A las comunidades fronterizas le estamos dando y merecen una mayor atención.
-Ese intento de anexión, se convirtió en el inicio de un período de roces entre Costa Rica y Nicaragua. ¿Se superaron esas diferencias?
-Somos pueblos hermanos con mucho en común
-Pero todavía está pendiente la navegación por el río San Juan
-Eso lo vamos a tratar en la binacional de abril, pero le repito, no tenemos diferencias si somos naciones con mucho en común.