Carlos Isidro Moya Segura ha logrado superar su discapacidad con el mismo arte con el que moldea el ambiente campesino de San Jerónimo de Naranjo, en bambú y madera de café .
Él es un artesano total, no solo por las figuras de campesinos y de aves que salen de sus manos, sino también porque logró la hazaña de aprender a caminar y a hablar de nuevo tras estar completamente inmovilizado por un problema en la médula espinal , aparecido hace 22 años.
La paraplejia parcial (dificultad para mover las extremidades, especialmente las piernas) solo se le nota porque usa un bastón. En los momentos más difíciles, lleva muletas pues aún le cuesta mucho caminar solo.
“Lo que me pasó yo no lo veo como una desgracia. Es una situación natural que le puede pasar a cualquier persona”, dice Carlos, a quien llaman Quiro de cariño.
Tampoco cree que su enfermedad lo obligará a dedicarse a la artesanía. “La habilidad es natural”, aclara.
Los turistas le han comprado muchas de sus obras, que hoy están en países tan lejanos como Hungría.
Con su bachillerato en la mano, Carlos tiene estudios en ebanistería. Hoy se prepara para ser asistente en administración.
Quiro también trabaja en la procesadora de chile de San Jerónimo, algunos días de la semana, porque la situación económica es difícil.
“Uno tiene muy poco apoyo de las instituciones públicas y privadas. Yo me pregunto qué es mejor para un gobierno: ¿mantenerlo a uno o ayudarlo a ser independiente?”, pregunta.
Por eso, Quiro trata de asentar su propio negocio, Arte Bambú (teléfono 451-2918), donde lo espera a usted si desea comprarle un hermoso recuerdo de San Jerónimo de Naranjo.