El desperdicio de órganos de donantes cadavéricos, la muerte de pacientes en espera de trasplantes y las largas filas para estas operaciones continúan.
Eso ocurre, pese a que han pasado tres meses desde que estalló la crisis en el programa de trasplantes de la CCSS y la entidad propuso enmendar la situación.
La Fundación Vida Nueva Donación y Trasplante, que reúne a enfermos en espera de hígado, reclamó a diferentes autoridades institucionales lentitud en el manejo de la situación. Según ellos, debería ser resuelta en dos escenarios.
El primero, de emergencia, con medidas urgentes para resolver la situación inmediata que aún enfrentan enfermos y sus familiares. El segundo escenario, afirman, debería configurarse en un tiempo mayor para planear las acciones a corto, mediano y largo plazo para terminar con esta crisis.
En un oficio del 30 de enero dirigido a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud, entre otras entidades, los pacientes exigen cambiar el Plan de Fortalecimiento del Programa Institucional de Donación y Trasplante de Tejidos, Órganos y Células, aprobado por la Junta Directiva el 7 de noviembre.
"Aún hay órganos desperdiciados para trasplantes, muertes en lista de espera, escasez de órganos y en lo que respecta a hígado, en todos los hospitales de la CCSS, el 50% o más de los pacientes trasplantados no vive más de un año.
“(...) A pesar de que nosotros advertimos del peligro de lo decidido (la política de donación y trasplante, según ellos, se hizo sin criterio técnico), el tiempo demostró que siempre tuvimos la razón y los pacientes han pagado el precio con sus muertes”, mencionó Rosibel Arrieta Alvarado, presidenta de la Fundación.
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En una lista de ocho peticiones, la Fundación demanda que no se repita el error inicial de permitir que personas sin preparación técnica en trasplantes tomen decisiones en este tema, y demandan que cualquier acuerdo que tome la Caja en este campo reciba antes el aval del Ministerio de Salud.
También solicitan la conformación de un comité de expertos en donación y trasplantes que trabaje junto a la Gerencia Médica, y que quienes lo integren cumplan con los atestados.
En un boletín de prensa en el cual la Caja informó de la rendición de cuentas que hizo ante la Defensoría de los Habitantes en esta materia, aseguró que avanza en todo lo posible.
“Las cosas no son mágicas, tenemos que cumplir normativa, leyes, procedimientos”, afirmó en el documento José Pablo Garbanzo, quien asumió la coordinación de trasplantes desde noviembre,
“Todos queremos resultados rápidos y eso no es real. (...) se pueden hacer las cosas más urgentes pero que es un riesgo querer correr ya que puede que no se hagan bien las cosas”, añadió el cirujano especialista en trasplantes de hígado.
Por su parte, el gerente médico, Mario Ruiz Cubillo, informó de que la CCSS “no ha bajado el acelerador en ningún momento; la muestra es que aumentó la donación y los trasplantes renales”, aseguró el funcionario sin dar datos.
La crisis
Hace un año, este diario comenzó una serie de revelaciones sobre el desperdicio de riñones de donantes cadavéricos por un diferendo en el pago de los equipos de trasplante.
La Nación también publicó la muerte de pacientes en espera de trasplantes y los hallazgos de un informe de la Auditoría Interna de la Caja sobre la elevada mortalidad de los pacientes trasplantados de hígado en varios hospitales públicos.
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La situación ameritó que el Ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, emitiera de su puño y letra una orden sanitaria contra las altas autoridades de la institución, llamándoles la atención para que pusieran orden en su programa, y colocaran al paciente en el centro de este servicio.
Como resultado del proceso, la Gerencia Médica aceptó la renuncia de quien hasta ese entonces había sido el coordinador institucional de trasplantes, Marvin Agüero, y nombró a Garbanzo.