Alajuelenses y visitantes de otras provincias conmemoraron este viernes 11 de abril, la gesta heroica de Juan Santamaría en la Batalla de Rivas, entre desfiles, presentaciones artísticas y actividades cívicas.
En total, más de 3.900 niños y jóvenes engalanaron las calles de la provincia que vio nacer al héroe nacional, con los tradicionales desfiles.
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Previo al recorrido de las bandas, se realizó la colocación de la ofrenda floral en el Monumento a Juan Santamaría y el acto cívico que en esta ocasión estuvo presidido por el vicepresidente Stephan Brunner y el ministro de Educación Pública, Leonardo Sánchez. También participó el alcalde de Alajuela, Roberto Thompson.
Por segundo año consecutivo, el mandatario, Rodrigo Chaves Robles, no acudió a las celebraciones matutinas en la provincia eriza.
En declaraciones a Columbia, Brunner explicó que el mandatario se ausentó porque tomó vacaciones.
“Él tiene múltiples obligaciones y nosotros nos las tenemos que dividir. Él no puede estar en todo porque es humanamente imposible y en algún momento él tiene que descansar también. Este feriado pues se acumuló con la Semana Santa, entonces hoy descansa”, argumentó.
El recorrido de bandas inició pasadas las 7:30 a. m. en la plaza Juan Santamaría y terminó en la Fuente de la Libertad.
Camila Chevez Vargas, estudiante de octavo año del Liceo de Turrúcares, aprovechó el fervor de esta fecha para hacer un llamado a la no violencia.
“Nuestras luchas actuales no se pelean con armas de guerra, hoy nuestras armas son las habilidades que desarrollamos para enfrentar un siglo XXI globalizado.
“Habilidades que nos permitan reconocer nuestro valor, priorizar la igualdad y la justicia y fomentar la calidad de vida de los costarricenses”, dijo la joven en su discurso.
El jerarca del MEP instó a librar las batallas con libros, arte, ciencia e inclusión y a llevar con responsabilidad el legado de la paz.
El alcalde alajuelense también enfocó su discurso en un llamado a mantener el compromiso con “la paz, la democracia y los derechos humanos” y a luchar contra los “filibusteros modernos que con mentiras impiden avanzar”.
“Ese es el legado que debemos reforzar hoy. Un legado donde el valor no solo se mide en el campo de batalla, sino en los pequeños actos de la vida cotidiana. Donde ser valiente es atreverse a escuchar al que piensa distinto. Donde ser patriota es cuidar lo público, respetar las leyes y, sobre todo, tender la mano al que más lo necesita”, manifestó Thompson.
Una fiesta por el héroe
Como consta en su fe de bautismo, Juan Santamaría nació el 29 de agosto de 1831, en Alajuela.
Fue hijo natural (como se denominaba a quienes no tenían padre) de Manuela Carvajal. Él y su mamá figuraban con los apellidos Santamaría, Carvajal y Gallegos.
De acuerdo con una investigación de los genealogistas German Bolaños y Mauricio Meléndez, de la que La Nación publicó un artículo en el 2017, esto se debe a que el abuelo materno del soldado alajuelense utilizó dos apellidos, Santamaría y Carvajal, mientras que su abuela materna se apellidaba Rodríguez, pero también fue conocida como Gallegos.
Fue declarado héroe nacional por su hazaña al incendiar el Mesón de Guerra en 1856, durante la batalla de Rivas (Nicaragua).
No obstante, ese episodio en tierras pinoleras dio paso a una serie de luchas que concluyeron el 1.° de mayo de 1857, cuando los invasores filibusteros, liderados por William Walker, capitularon.
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