Desde el punto de vista del comportamiento de la población, un sistema de pensiones depende del equilibrio entre jóvenes y viejos.
Por eso es que el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) está en un punto crítico hoy pues ya no nacen suficientes personas que trabajen para financiar las pensiones de los adultos mayores, sector de la población que elevará su número de manera importante en los próximos años.
Esto hará que en un futuro cercano la relación de dependencia (número de cotizantes por pensionado) se estreche hasta llegar al peligroso margen de 3 por uno en el 2040.
Aunque ese año le suene lejano, en materia actuarial el vencimiento de esos plazos está a la vuelta de la esquina.
Este componente demográfico es uno de los que más presión ejerce sobre el sistema, además del desempleo (6,8, tasa para el 2002) y la lenta incorporación del sector informal y de los profesionales liberales al sistema de cotización.
Para el especialista en demografía del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (UCR), Luis Rosero Bixby, el primer gran impacto lo sentirá el IVM dentro de diez años.
ìLos que nacieron entre 1948 y 1950, como parte del primer baby-boom, se pensionarán. Luego vendrá la segunda oleada: quienes nacieron entre 1975 y 1985. Por eso la reforma hay que hacerla ahora. Si se deja para después, va a haber problemasî, dijo el experto de la UCR.
Para el futuro, según el demógrafo, no se esperan cambios bruscos: ìLa fecundidad (tasa globlal: 2,7 hijos por mujer) va a bajar un poco más, pero ya está llegando a un suelo del que no pasará. Lo mismo la esperanza de vida (76,7 años), que toca techoî.