Uno brilló por la cobertura cuidadosa y mesurada de una fuente particularmente compleja, y el otro, por la creatividad y la entrega en la búsqueda de imágenes novedosas. Mauricio Herrera fue declarado anoche Mejor Redactor del Año y Mario Rojas, Mejor Fotógrafo.
Difícil para los jefes escoger a los más destacados de 1995 porque la sala de redacción de un diario es un microcosmos donde cada ser trabaja denodadamente y sin pausa para cumplir su labor.
La elección estuvo a cargo del director, subdirectora, jefe de la sección editorial, jefe de redacción y jefes de información.
Siempre hay los que se destacan por varias razones. Fue el caso del periodista Mauricio Herrera, de 25 años y con tres años y medio de laborar en La Nación. Cubrió este año la fuente del Gobierno, integrado al núcleo de cobertura política. Graduado del Conservatorio Castella, intérprete de flauta traversa y a punto de obtener su licenciatura en periodismo, anteriormente trabajó en el mismo periódico como editor de suplementos y luego en el núcleo de investigación.
El director del periódico, Eduardo Ulibarri, justificó así el escogimiento:
"Un redactor en particular se ha destacado por combinar la fuerza de la investigación con el ímpetu de la explicación. Ha indagado, mediante trabajos especiales, en los pliegues recónditos de decisiones y personajes; ha auscultado, mediante las encuestas, en tendencias de población; ha mantenido una cobertura certera, equilibrada e inteligente de una de las fuentes más delicadas en esa entidad amorfa que se llama Gobierno, y ha entregado a nuestros lectores agudas perspectivas sobre lo que implican los hechos y las conexiones que existen entre ellos. Esto lo ha hecho con claridad en la exposición y propiedad en el estilo."
Herrera manifestó que el galardón lo asume con alegría, pero sin caer en el espejismo de sentirse en la cúspide. Considera que todavía le falta mucho por recorrer y crecer en la profesión.
Este año fue para él particularmente intenso. Está recién casado con Laura González, administradora de empresas y traductora, y esperan un bebé dentro de algunos meses.
"Las fuentes políticas son muy complejas pues hay que apegarse al hecho, al dato, no se puede jugar mucho con el estilo; es un trabajo muy intenso y a presión y yo he tratado de ser lo más veraz y preciso posible, aplicando rigurosamente los principios más sagrados del periodismo."
A pesar de su juventud, Mauricio ha recibido otros estímulos: a mediados de este año ganó el premio internacional de la SIP Bartolomé Mitre, por una serie de trabajos sobre consumo de drogas en Costa Rica.
Por su parte, el fotógrafo Mario Rojas, de 34 años y tres años de laborar en este diario, fue galardonado por su acuciosa y creativa forma de entregarse al trabajo y de generar imágenes innovadoras.
Para Rojas, su designación como fotógrafo del año es "la realización de una meta que, desde que entró al diario, se propuso. "No es fácil lograrlo pues la calidad de los compañeros es buena y prueba de eso es que nuestro periódico es el mejor presentado gráficamente, lo cual no deja de ser un orgullo para uno y a la vez un reto para seguir dando igual o mejor rendimiento."
Mario Rojas cambió sus estudios avanzados en derecho por las cámaras, sin embargo, no descarta que algún día regrese y continúe con su carrera.