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Los extranjeros que llegan a Migración a renovar sus permisos de residencia y refugio están en riesgo de quedar ilegales por el desorden y la lentitud con que se realizan sus trámites.
Las citas para revalidar su estatus en el país tardan hasta ocho meses, sin contar los meses adicionales que demora la Dirección General de Migración y Extranjería para resolver cada solicitud.
Este atraso se debe a que los 600.0000 expedientes de refugiados, residentes permanentes y temporales están revueltos en cajas, anaqueles y en el piso de varias bodegas.
Tal desorden provoca que, en algunas ocasiones, los legajos se pierdan y no haya seguridad de que los documentos estén completos o hayan sido adulterados.
Además, los ciudadanos extranjeros no pueden renovar su cédula de residencia o refugio antes de que expire su permiso de permanencia en el país.
Mario Zamora, director de Migración, reconoció que mientras la persona realiza los trámites en esa dependencia tendrá que vivir en el país en calidad de ilegal.
Alegó que el sistema es “perverso”, porque “te obliga a gestionar (la residencia) desde la ilegalidad y pasás un año y medio en espera del trámite”.
Riesgo. El funcionario teme que la ausencia de expedientes digitales favorezca los fraudes, pues no se lleva un registro de los funcionarios que revisan, adjuntan o extraen documentos que son indispensables para autorizar una cédula de residencia.
A modo de ejemplo, relató que hasta hace unos meses Migración no comprobaba con el Registro Civil si las certificaciones de matrimonio que recibía eran verdaderas.
Así, el Director dijo que no le extrañaría encontrarse extranjeros casados ficticiamente con nacionales que ni siquiera conocen, o que aprovecharon el número de cédula de un costarricense fallecido para simular un matrimonio.
Cambio en la cedulación. El otro problema radica en el cambio de los documentos de residencia y refugio. Desde julio del 2005 Migración sustituyó las viejas libretas hechas a mano por cédulas plásticas similares a las que usan los ciudadanos costarricenses.
Sin embargo, en el paso, también se cambiaron los números de identificación de los extranjeros, que ahora tienen dificultades para cumplir con sus trámites bancarios o de seguros.
Ese es el caso de la residente cubana Laida Morales Pérez, quien tuvo un accidente de tránsito en mayo de este año. Tres meses después, ella alega que el Instituto Nacional de Seguros no ha pagado el seguro del vehículo porque no reconocen la numeración de su nueva cédula.
Morales también se manifestó molesta porque su permiso se vence a finales de enero del próximo año y no podrá pedir cita para renovación hasta entonces.
“Voy a pedir la cita, pero después de enero voy a estar ilegal y mi cédula vencida no me la reciben en ningún lado, imagínese en los bancos”, agregó.
Mario Zamora aceptó que la nueva numeración provoca temores entre los funcionarios bancarios o de otras dependencias, preocupados de que le aparezcan documentos falsos.
Aseguró que este asunto lo obligará a girar una circular pública advirtiendo que el cambio de numeración es legal.
