Eliécer Feinzaig, jefe de la bancada de seis diputados del Partido Liberal Progresista (PLP), calificó como una “escalada brutal de impuestos y un afán confiscatorio” los proyectos fiscales presentados por el Gobierno este jueves en la Asamblea Legislativa.
Según el economista, las iniciativas aumentarían el impuesto de renta a los salarios. Además, subirían el tributo a las pequeñas y medianas empresas. A su vez, mencionó, se eliminarían exoneraciones fiscales que hoy tienen libres de impuestos a los implementos médicos.
“Estamos bastante preocupados. Definitivamente, lo que nos han presentado es un paquete de impuestos con todas las de ley. De los proyectos se desprende el deseo, simplemente, de llevarle nuevos recursos al Estado sin que se perfile una hoja de ruta para el crecimiento de la economía, para la generación de oportunidades, para fomentar la creación de riqueza.
“De simplificación tributaria, nada, a pesar de que se introduce la renta global que podría ser un mecanismo de simplificación. La realidad es que las reglas son tan complejas que esto será muy difícil de implementar y muy difícil de cumplir para las personas”, reaccionó el diputado del Liberal.
De acuerdo con sus conclusiones, la iniciativa de control tributario le da “poderes confiscatorios al Ministerio de Hacienda que no son propios del régimen democrático”.
Insistió en que el planteamiento implica “una escalada brutal de impuestos, con eliminación de exoneraciones a artículos como implementos médicos de primera necesidad para las personas”.
El plan eliminaría la exoneración fiscal que hoy tienen sillas de ruedas, camas de hospital, lentes de contacto y prótesis, entre otros implementos. En su lugar, se impondría un impuesto al valor agregado (IVA) del 2%. Además, el IVA sobre los boletos de avión subiría del 4% al 13%.
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Asimismo, se introduciría el principio de responsabilidad de terceros, el cual permitiría a Hacienda, por ejemplo, cobrar a socios de una empresa por los incumplimientos tributarios de la persona jurídica.
El plan fiscal también cobra el 100% de los impuestos a los vehículos importados para alquilar a turistas.
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Feinzaig cuestionó que también se eliminen algunas exoneraciones diseñadas para fomentar la adquisición de vehículos eléctricos.
“Realmente, por todas partes lo que se nota es el afán recaudatorio sin límites y sin control, y el afán confiscatorio de las autoridades”, fustigó.
El diputado criticó que el proyecto de renta global establece un impuesto plano del 30% para las empresas en vez de la gradualidad actual, sin discriminar si se trata de una empresa grande, pequeña o mediana.
“Eso se conoce como un impuesto plano: todo mundo pagaría el mismo tributo.
“Pasa que en Costa Rica hoy tenemos un sistema en el que las empresas pequeñas pagan un porcentaje menor dependiendo de sus utilidades. Las medianas un poco más y las empresas grandes pagan un 30%. Igualar en un impuesto plano a todas las empresas al nivel de las grandes revela la voracidad fiscal confiscatoria de quien redactó el proyecto”, criticó el diputado.
Feinzaig sí resaltó que el proyecto aliviaría el pago de renta a los trabajadores independientes, al otorgarles un mayor monto exento de sus ingresos, pero lamentó que a los asalariados se le baje la base exenta que hoy se ubica en ¢941.000 al mes.
“Bajaría en ¢100.000 y eso haría que muchos asalariados que hoy no tienen que pagar, tengan que empezar a pagar el impuesto, sobre todo porque el salario ya es parte de un impuesto de renta global y se le sumarían muchos ingresos, de manera que llegaría mucho más rápido a ese umbral”, dijo.
Mecanismos punitivos
El vocero del PLP criticó que el proyecto de ley de fortalecimiento del control tributario se enfoca más en mecanismos punitivos que en buscar la facilidad del pago de los tributos para fomentar el cumplimiento tributario.
“Si se llegara a aprobar, provocaría una inseguridad jurídica terrible. Son poderes confiscatorios porque establecería que la autoridad tributaria, sin la intervención judicial, intervenga empresa y confisque documentos y computadoras”, señaló.
Feinzaig también criticó que esa iniciativa proponga cobrar a sus socios las deudas tributarias de las empresas. Implicaría que un socio minoritario podría ser responsable por las faltas administrativas de la empresa, a pesar de que él no tenga influencia sobre la administración.
La responsabilidad también aplicaría a la inversa, según el legislador, porque la sociedad sería responsable de las deudas de sus socios.
“Para cualquier empresa que venda acciones en el mercado de valores, resultaría que cualquier socio de estas empresas que tenga deuda tributaria, las empresas se convierten en responsables por los incumplimientos de sus socios. Esto realmente es descabellado”, sentenció Feinzaig.
“Incluso va más allá. Al momento de definir conglomerados empresariales, resulta que las empresas son responsables por las demás empresas en las que sus socios puedan tener participaciones.
“Con esto se acabaría en Cosa Rica la posibilidad de que dos o más personas de buena fe, se asocien para crear una empresa que desarrolle un negocio, idea innovadora, crear empleos y crecimiento, porque nadie puede poner las manos al fuego por otra persona”, finalizó.
Feinzaig concluyó que, con este plan, se afectaría, además, la inversión nacional y extranjera, al tiempo que crearía inseguridad jurídica.