Un abrazo hizo la diferencia en el día de Hannya Pérez, una mujer que casualmente pasó este sábado por el Parque Central, en San José y recibió la calidez de unos brazos que le dijeron que no estaba sola. Este 23 de noviembre se realizó Abrazando la vida, una feria de conciencia y prevención del suicidio en la que, entre varias actividades, hubo una fiesta de abrazos.
Para Hannya, quien dice que no va mucho a San José, fue muy motivante recibir el abrazo y palabras reconfortantes que le hicieron ver que ella es importante y que “la vida es linda”, aunque a veces pasen cosas “malas”.
La enfermera Viriam Mejías, parte de la Fundación Miguel Marín Valenciano, organizadora de la actividad, comentó que el propósito principal del evento era decirles a las personas que a veces, sin ser expertas, pueden salvar vidas; con esto, recalcó que en muchas ocasiones con solo escuchar a alguien más y darle un abrazo, se le puede impactar positivamente.
“La respuesta de hoy ha sido increíble, he recibido tanta bendición, he recibido muchos abrazos. La gente se siente feliz al entregar o recibir un abrazo”, comentó entusiasmada.
León Víctor Vargas, un señor que topó con la sorpresa de la actividad, fue abrazado y coincidió con lo dicho por la enfermera. “Un abrazo puede salvar vidas”, comentó.
Para él, esta es una gran iniciativa, pues permite apoyar a personas que viven momentos difíciles. Guillermo Briceño respaldó las palabras de León Víctor, pues considera muy valioso apoyar a quienes están viviendo momentos de angustia.
“No sabía de esto, me parece bien, es importante valorar la vida, ellos están luchando por el ser humano”, comentó Briceño.
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Abrazos y más
La actividad, que empezó a las 9 a. m. y se extendió hasta las 2 p. m., contó con charlas, clase de zumba y hasta con chequeos de los niveles de estrés.
Freddy Segura, vecino de San Sebastián, en San José, se encontró con la actividad por casualidad y participó del evento. Comentó sentirse muy contento porque salió muy bien en el chequeo de estrés y contó que los anfitriones lo hicieron sentir muy bien.
“Me parece una actividad excelente, apenas para gente que lo necesita, gente que no sabe qué tiene y necesita ayuda adicional como esta. Hoy aprendí ejercicios de relajación”, dijo emocionado.
Carmen Quirós fue abrazada cuando se dirigía a su empleo y su día tomó un rumbo especial. Agradeció el abrazo que dice ha necesitado muchas veces.
“Un abrazo significa mucho, a veces andamos con estrés, con preocupaciones, con este abrazo sentí calidez y el abrazo de Dios”, contó.