Este 5 de diciembre, Fiorella Gutiérrez Rojas fue reconocida por un logro del que tenía certeza desde su infancia: alcanzar la nota máxima en el examen de admisión del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
La joven, vecina de Palmares y egresada del Colegio Científico Costarricense de San Ramón, soñaba con sacar esa calificación, aunque cuando este año empezó a realizar las prácticas para las pruebas de aptitud académica, el sueño parecía alejarse. Al inicio todas las respuestas le salían mal, sin embargo, y como ha sido constante en su vida, Fiorella perseveró y practicó una y otra vez hasta conseguir buenos resultados.
“Cuando las respuestas me salían mal al practicar, empecé a ver mi sueño largo, pero cuando tuve un 100 en la nota de presentación del colegio pensé que tal vez tenía posibilidades. Salí del examen, me fue bien, pero no pensé que iba a ganar la nota perfecta”, contó la muchacha quien este 4 de diciembre celebró sus 18 años.
Fiorella se preparó para los exámenes de admisión entre marzo y abril, así como tres semanas antes de realizarlos. Ella también aplicó la prueba de aptitud en la Universidad de Costa Rica (UCR) y allí obtuvo 759,56. La amante de la lectura en inglés aún no decide si estudiará en el Tec o en la UCR, de inclinarse por la primera opción, elegiría Biotecnología.
“Todavía no me lo creo. Es tanto el orgullo, es algo que quería desde chiquitita. Recuerdo a la gente que ganaba 800 y yo decía que qué chiva y me preguntaba cómo lograban eso”, comentó.
Esfuerzo y corazón
Fiorella siempre ha sido una alumna destacada y buscó ingresar en un colegio científico porque siempre le han interesado la ciencia y los laboratorios. Lo consiguió, aunque admite que el cambio “fue rudo”, pues debió dedicarle mucho tiempo a los estudios. Sin embargo, expresó, la experiencia ha sido increíble y le ha permitido madurar.
“Uno crece tanto como persona, conoce gente increíble. De quinto lugar con mejor nota en el examen de admisión del Tec está mi compañera Abigail Monge. Me llena de demasiado orgullo que juntas representemos al cole”, declaró.
Para ella, el 800 que ganó no solo representa la preparación de unos meses, sino también todo el esfuerzo, crecimiento personal y dedicación que hay detrás.
“Hay que meterle corazón a las cosas: cuando uno quiere algo, hay que hacerlo de corazón y tener esa confianza”, agregó.
Cuando conversa, Fiorella es extrovertida, segura y elocuente, se declara fanática de la gente y por ello tiene claro que sin importar la carrera que elija, su deseo es ponerla al servicio de los demás. Considera que de nada sirve “tener cosas increíbles si no las comparte”.
Su logro en el examen del Tec se lo dedica, sobre todo, a su abuelo paterno, Jose Rafael Gutiérrez Garita, de quien es la nieta mayor.
“Él siempre me ha dicho que está orgulloso de mí y toda la vida me ha resaltado que yo puedo lograr lo que quiera. Siempre me enseña el periódico y cuando otros jóvenes alcanzan sus sueños me dice que yo también puedo”, compartió Fiorella.
Tras cumplir uno de sus grandes anhelos, esta joven le recomienda a las personas de su edad perseguir lo que quieren, pero no conformarse solo con eso, sino buscar otras opciones para “no quedarse estancado”. Entre risas la muchacha se describió como “la típica nerd que no es tan nerd”.
Fiorella asistió al reconocimiento en el Tec junto a sus padres Fabián Gutiérrez y Adriana Rojas. Cuando la joven dio un discurso en nombre de los 30 jóvenes con mejores notas de admisión, su padre, un ingeniero electromecánico egresado de este centro de estudios, no pudo contener las lágrimas.
“No hay palabras. Fio siempre nos sorprende, un día hace algo sorprendente y cuando uno piensa que ya eso fue suficiente, nos sorprende más: no sabemos hasta dónde va a llegar”, comentó la mamá, una ingeniera industrial.