
Las emisiones recientes del volcán Poás están generando una amplia dispersión de ceniza y gases hacia el suroeste, oeste y sur del macizo, debido a patrones cambiantes en la dirección del viento, según reportes del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Universidad Nacional (UNA).
José Pablo Sibaja Brenes, director general y científico del laboratorio, explicó que la variabilidad del viento, especialmente durante las noches, ha permitido que la ceniza llegue a zonas alejadas y la perspectiva apunta a que continuaría así durante este fin de semana.
“La mayoría de la provincia de Alajuela y lugares de Heredia ya están sintiendo los olores del volcán y la presencia de ceniza, con más afectación en comunidades como Grecia y Poás”, detalló.
Los análisis realizados entre miércoles y jueves indican que las emisiones de dióxido de azufre (SO₂) se han dirigido hacia el sur del volcán, afectando el Parque Nacional Volcán Poás, Sabana Redonda, Sarchí, Atenas, Naranjo, Palmares, San Ramón, Tacares, Alajuela y La Garita, entre otras localidades dentro de un radio de hasta 50 kilómetros.
La geoquímica y vulcanóloga María Martínez Cruz, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (UNA), señaló que la altura de la pluma volcánica y los vientos en cada momento eruptivo determinan la dirección de la dispersión.
En los últimos días, la pluma ha alcanzado hasta 3.000 metros sobre el nivel del mar, altura a la que los patrones de viento pueden invertirse, lo que explica la llegada de cenizas y gases hacia el sur.
Por su parte, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) advirtió que, debido a la combinación de lluvias y actividad volcánica, se prevé un aumento en la formación de lahares por los cauces de los ríos Desagüe y Agrio, en el distrito de Toro Amarillo de Sarchí.
Por ello, instó a la población a no tocar ni consumir el agua de estos ríos, ni darla a animales o plantas, ya que puede contener ácidos que causan lesiones.

Impacto en la salud humana y animal
La presencia de gases y cenizas ha provocado molestias como resequedad de garganta, tos seca, picor, conjuntivitis, irritación ocular y alergias, según reportes tanto de la UNA y la CNE, como del Ministerio de Salud. Ante esto, las autoridades han emitido una serie de recomendaciones:
- No frotarse los ojos para evitar lesiones por partículas abrasivas.
- Usar mascarillas quirúrgicas o cubrebocas de tela húmeda como filtro provisional.
- Mantener ventanas y puertas cerradas, y colocar paños húmedos en entradas de aire.
- No exponerse innecesariamente a corrientes de viento con olor a azufre.
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En cuanto al ganado, la renovada actividad volcánica del Poás representa un riesgo, con efectos que incluyen estrés, diarreas, problemas intestinales, fluorosis dental y esquelética, y disminución en la producción de leche.
El flúor presente en la ceniza y el agua contaminada daña dientes, huesos y el sistema digestivo de las vacas y otros animales en las fincas.
Las recomendaciones en este caso incluyen estabular los animales (mantenerlos en establos) o al menos tenerlos bajo techo cuando sea posible. Proveerles agua limpia y pasto libre de ceniza y, de ser necesario, lavarl los ojos y hocico a los animales afectados. A todos, se les debe garantizar una dieta rica en suplementos energéticos.
Respecto a animales domésticos, se deben de seguir recomendaciones similares de cuidar su dieta e ingesta de agua libre de cenizas, asear sus ojos y hocicos de ser necesarios y mantenerlos en lugares interiores para minimizar su exposición.
En el caso de cultivos, el café, una de las principales actividades agrícolas en Grecia y Naranjo, podría ver afectada la cosecha del 2025 debido a la acidificación del ambiente. También se reportan riesgos para hortalizas (como tomate, chile dulce y lechuga), fresas y cultivos orgánicos.
Para proteger los cultivos se recomienda fumigar con miel de purga y abono foliar y lavar hojas con irrigación aérea en caso de caída de ceniza.
