Cuatro costarricenses se encuentran atrapados en Guinea-Bisáu, África Occidental, país que enfrenta un conflicto político aparte del cierre de fronteras por la pandemia de covid-19.
Ellos viajaron a aquella nación en febrero, antes de que se tomaran medidas como cierre de fronteras para evitar la propagación de nuevo coronavirus.
Karina Martínez Ceballos, vecina de San Ramón, llegó a ese país el 18 febrero mientras que su esposo, John Useche Garzón, el 7 de marzo. Llegaron para realizar un trámite con una organización de aquella zona, ubicada en una aldea de Bisáu, capital del país.
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Su intención era quedarse un mes, nada más, por lo cual sacaron los permisos en sus respectivos trabajos.
Los planes cambiaron abruptamente cuando estalló un conflicto político para establecer un nuevo gobierno, luego de las elecciones de diciembre.
Como si aquel evento no trastornara su estadía, el 14 de marzo se decretó cuarentena total por el coronavirus; cerraron las fronteras y aeropuertos.
Fue así como el matrimonio y dos jóvenes más que llegaron a la fundación a realizar un voluntariado, no pudieron regresar a Costa Rica y ahora piden ayuda al Gobierno para retornar.
“Los vuelos se cancelaron totalmente, no hay manera de llegar a Europa, absolutamente nada. Nos quedamos aquí, ya llevamos como tres meses en Guinea, nos ha dado soporte el consulado de Costa Rica en Kenia, el único que hay en toda África. Ellos están haciendo todas las gestiones para ayudarnos a salir, ha habido varios intentos pero no se ha podido”, relató la tica de 35 años.
Según dijo, han habido vuelos de rescate para españoles y portugueses hacia Portugal, pero en su caso, la Unión Europea, especialmente en el espacio Schengen (área comprendida por 26 países), han impuesto restricciones, como la necesidad de tener visa para transitar en su espacio, llegar a Portugal y volar a América Latina.
No hay forma de volar directo a Latinoamérica porque tienen que encontrar una conexión de Guinea-Bisáu a Portugal y de Portugal a Brasil; y finalmente de Brasil a Costa Rica.
“Brasil está cerrado, no nos dejan ingresar y no hay vuelos, no hay forma de que podamos llegar de Brasil a Costa Rica, no tenemos esas conexiones”, manifestó la costarricense.
En el desvelo por la travesía, también deben protegerse del nuevo coronavirus.
La población de Guinea-Bisáu es de 1,5 millones y actualmente se reportan 1.000 personas con coronavirus mientras otras 3.000 están a la espera de que se les haga el test. Las autoridades informaron deque ya no van a hacer más pruebas, según relató.
La Nación consultó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica sobre este caso pero, al cierre de esta información, no se tenía respuesta.
En medio de la pandemia de la covid-19, las gestiones emprendidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores han permitido el retorno de 2.572 costarricenses provenientes de 89 distintos países y territorios.
Los permisos y recursos se acabaron
La tica reveló que su esposo solo tenía una semana de vacaciones y ella un mes. Ambas ya se agotaron por lo cual están con un permiso sin goce de salario. A pesar de la falta de ingresos, deben atender las obligaciones económicas en Costa Rica y pagar los gastos en Bisáu.
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Ella, su esposo, y las dos voluntarias se están hospedando en la fundación Casa Emmanuel.
“Gracias a Dios en el lugar donde estamos hay generadores de luz, agua potable, de pozo. En relación con lo que tenemos que comprar, nos han ayudado donaciones de personas que nos envían para que podamos cubrir esas cosas.
"En el Consulado están gestionando la manera de sacarnos, pero es bastante complicado por las restricciones. Con respecto a la situación política, la preocupación es que en estas zonas se pueden levantar guerras, y lucha por poderes, así que nos pone en una situación insegura”, manifestó.
El 28 de febrero, el diario El País publicó que el candidato ganador de las elecciones celebradas en diciembre en Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló, se había autoproclamado presidente de su país en un acto celebrado en un hotel de la capital con una fuerte presencia de militares armados en las calles aledañas.
Sin embargo, esta investidura no contaba con el beneplácito del Tribunal Supremo, que pidió un nuevo recuento de votos a la Comisión Electoral tras un recurso presentado por el candidato rival. El Gobierno asegura que se trata de un golpe de Estado.
“Estamos en una de las aldeas de la zona, que queda a unos cinco minutos del aeropuerto. En las aldeas aquí hay mucha pobreza, mucha carencia. Es un lugar bastante árido donde se ve la necesidad a cada vuelta de esquina, es bastante duro”, añadió la costarricense.