Liberia. Después de ver máquinas que funcionan con energía de hidrógeno y el motor ultraeficiente de plasma que se desarrolla en la empresa de Franklin Chang, el presidente Luis Guillermo Solís despejó una interrogante que lleva tres meses en la discusión sobre energía y petróleo: ¿pedirá Costa Rica unirse al Petrocaribe, manejado por el Gobierno de Venezuela?
La respuesta ya está clara: “Fundamentalmente está descartado”, contestó Luis Guillermo Solís en el cantón cabecera de la povincia de Guanacaste, acompañado de Sara Salazar, presidenta de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), cuyo informe descartaba un beneficio económico especial con la adhesión al grupo fundado por Hugo Chávez en el 2005.
La posibilidad de que el gobierno de Solís solicitara la adhesión a Petrocaribe nació por propuesta de diputados del Partido Frente Amplio en el mes de julio, como una opción de conseguir petróleo venezolano en condiciones preferenciales, susceptible de ser pagado con productos o servicios nacionales.
El informe P-AS-0013-2014 indica que los precios del petróleo dentro de Petrocaribe son “referenciales”; es decir, de mercado, no preferenciales, lo cual anula la idea del “petróleo barato”.
“Venezuela no ofrece precios más bajos que los precios internacionales de referencia”, señalaba el informe de Recope, que agregaba la necesidad de crear una nueva institución para administrar los fondos de la relación con Petrocaribe, en caso de una eventual adhesión.
“Por eso estamos explorando otras opciones. No se ve que con Petrocaribe mejore el precio de los combustibles”, respondió el mandatario, centrándose en razones económicas y no las políticas que implicarían unirse a ese grupo, aunque ya daba por sentado que no era obligatorio incorporarse también a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), también liderada por el Gobierno de Venezuela.
Así queda desechada de nuevo la posibilidad de Petrocaribe, pues ya en el gobierno de Óscar Arias (2006-2010) había quedado sin frutos su intención de pedir la adhesión, en momentos en que el precio internacional del barril del crudo alcanzaba valores históricos.
Además de motivos económicos y políticos, Recope mencionó la necesidad de considerar aspectos ambientales, pues seguir apostando por importar combustibles dificultaría cumplir la meta del país de ser carbono neutral en el 2021.
Energía futura. Este fue uno los aspectos que tocó ayer el presidente en su visita a la planta de la empresa Ad Astra Rocket, Liberia, donde el científico Franklin Chang explicó el desarrollo de sistemas para trabajar energía con hidrógeno.
El proyecto del exastronauta Chang es desarrollar la forma de almacenar la energía mediante hidrógeno y de ponerla a disposición de los carros del país como si fuera gasolina, pero con la ventaja de que no contamina y de que es producida aquí mismo a partir de fuentes como el sol, viento o agua.
Además, el costo por ahora sería equivalente al de los derivados del petróleo, pero si se masifica el uso, podría ser hasta tres veces más barato, según la explicación que dieron los científicos a Solís.
Esto no significaría abandonar el consumo de productos del petróleo en el futuro cercano, pero sí diversificar la matriz.
“Estamos dando todo el apoyo que podamos al Poder Ejecutivo, como ya se ha hecho mediante Recope y el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad). Pronto tendremos la puesta en marcha del plan piloto para utilizar combustible mediante hidrógeno”, dijo Chang sobre el sistema que permite almacenar la energía de esa forma y aprovechar al máximo la captación de la solar o la eólica.