San Carlos. “Un militar, hablando en voz alta, me hizo todo tipo de preguntas. Me hizo saber que los costarricenses no teníamos derecho a andar en el San Juan y que hasta podían dejarnos detenidos.
”Lo peor sucedió después, cuando el mismo soldado me exigió que me bajara los pantalones, y, que si no obedecía, me detenía. Entonces, no me quedó más que quedarme casi que desnudo de la cintura para abajo”.
De esta forma, el agricultor Rubén Valerio Arroyo, vecino de Chorreras de Cutris de San Carlos, afirma que fue tratado por un efectivo del Ejército de Nicaragua destacado en el puesto de control frente a Boca San Carlos.
Valerio, quien tiene 19 años, narró que los hechos se dieron el sábado 2 de febrero del año anterior, cuando él y dos ticos más pasaron al puesto de control a reportarse, para luego cruzar hacia el caserío fronterizo costarricense de Boca San Carlos.
Luego de tres horas de tenerlo retenido junto con sus compatriotas, el mismo militar le condicionó dejarlo en libertad, a cambio de que fuera al lado costarricense a traerle comida y gaseosas para cuatro personas.
El joven dijo que se sintió humillado por la forma cómo lo trató el soldado: “Yo tengo varios años de navegar por el San Juan y nunca antes me habían atendido tan mal. No había motivo para que me obligaran a bajarme el pantalón, con el cuento de que era para requisarme”, manifestó.
Las tensiones por el comportamiento de las autoridades nicaragüenses van en aumento. Los lugareños dicen que eso ocurre más seguido, desde que se dan los problemas por la trocha fronteriza.