“El Programa de Abastecimiento Institucional (PAI) del Consejo Nacional de Producción está centralizando las compras en muy pocas asociaciones que importan frijol barato y lo venden caro al Estado costarricense”.
Estas palabras son de Leiner Vargas, catedrático del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), de la Universidad Nacional (UNA), quien realizó una investigación sobre los efectos del PAI en la cadena del valor de frijol en Costa Rica.
Uno de los hallazgos de la investigación, dada a conocer la semana anterior, es que las asociaciones importan frijol, principalmente de Nicaragua y Estados Unidos, y lo hacen pasar por producto nacional.
El estudio añade el caso de una asociación que es proveedora del CNP que importa un 18,1% de frijol rojo y negro, es decir, alrededor de 12.929 quintales (un quintal equivale a 46 kilos).
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“Lo que cabe resaltar es que, a pesar de que esta organización importa una cantidad considerable, en el paquete que se comercializa señalan que es producto 100% nacional.
“Esto genera indicios de que se puede estar presentando un fenómeno en el que algunas asociaciones importan frijoles y se lo venden al PAI como si fuese producido en el país, lo cual hace que estas organizaciones obtengan un mayor beneficio y, por otra parte, se esté dejando a pequeños productores fuera del programa”, explica la investigación.
Se mencionan los casos de otras nueve asociaciones proveedoras del CNP con porcentajes de importación que llegan hasta el 31,5% (22.501 quintales).
Actualmente, los centros educativos, cárceles, hospitales y otras instituciones públicas pagan al CNP ¢1.300 por la bolsa de 800 gramos de frijol rojo o negro, independientemente de su procedencia.
Según el Consejo de Promoción de Competitividad (CNC), la empresa privada podría ofrecer el producto a las instituciones públicas en ₡834.
“Queda claro que se han venido filtrando importaciones ocultas de frijol dentro de las compras del PAI. Este tema es altamente sensible y refiere a dos o tres marcas muy concretas provenientes de asociaciones que se han dedicado a importar frijol desde Nicaragua y Estados Unidos”, explica la investigación.
Leiner Vargas agrega que, con la pandemia, las compras públicas de frijol se han incrementado fuertemente y el negocio de la intermediación se volvió una realidad. Así, se deja de lado la compra nacional y se favorece la importación directa de frijol. El productor nacional, añade, queda relegado a un segundo espacio.
En 2020, el PAI compró 112.000 quintales de frijol a 11 asociaciones de productores de la región Huetar Norte, Chorotega y Brunca por ser las de mayor cultivo en el país. La compra de frijol la hace el CNP, principalmente, a estas organizaciones.
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¿Cómo llegaron a la conclusión de que las asociaciones están vendiendo al CNP frijol importado?
Según explicó Vargas a La Nación, Costa Rica solo produce una quinta parte del frijol que se consume.
El investigador recabó datos del PAI, del CNP y los reportes de compra y venta de frijol al Consejo. Explicó que, para el 2020, las asociaciones no produjeron los volúmenes que le vendieron al PAI. El Programa reporta compras por 112.000 quintales.
“El propio CNP reporta que la cosecha nacional fue de 72.000 quintales y, según el propio reporte del Consejo, ellos compran aproximadamente el 50% de la cosecha nacional a las asociaciones, lo que equivale a 36.000 de la cosecha nacional. De tal forma que el CNP estaría comprando alrededor de 76.000 quintales adicionales (63%) a las asociaciones, que no son frijoles de origen nacional”, aclaró Vargas.
¿Cómo detectaron que las asociaciones están haciendo pasar el frijol importado de Nicaragua y Estados Unidos por nacional?
El investigador indica que son tres las asociaciones que más importan frijol y lo venden al CNP. Todas se encuentran en la región sur del país.
“Es evidente que, para suplir la demanda de frijol, las compras del CNP se han concentrado en pocos actores.
“Nosotros en la UNA solicitamos los criterios de compra y que nos justificaran las cuotas de compra a cada asociación, pero el CNP negó está información, aduciendo que simplemente siguen el reglamento y sus criterios.
“Sin embargo, varias de las asociaciones entrevistadas mencionaron que una de las agrupaciones del sur del país se ha convertido en una comercializadora de frijol, más que una compradora a sus agremiados”, añadió Vargas.
Además de la intervención de la Contraloría General de la República al PAI, la recomendación del investigador al CNP es que elabore un programa de trazabilidad del frijol y que compre exclusivamente frijoles de productores nacionales a través del PAI.
“La trazabilidad de la producción es la única forma de evitar las filtraciones existentes y el encarecimiento del frijol a través del papel de intermediarios e importadores dentro de las asociaciones frijoleras”, manifestó.