La viceministra de Seguridad y próxima ministra de Gobernación, Carmen Muñoz, dijo a un periódico de Nicaragua que es “urgente” restablecer el diálogo entre Costa Rica y esa nación, a pesar de la posición oficial costarricense de mantenerse distante, mientras continúe el diferendo político y jurídico vigente entre ambos países.
“El diálogo es urgente y si hay voluntad política solo puede traer beneficio a nuestras comunidades y dinamizar la economía y el comercio entre ambos países”, declaró la exdiputada Muñoz al periódico El Nuevo Diario , como se ve en la publicación de este lunes .
Ella corroboró a La Nación que estas fueron las palabras que dio al corresponsal en San José, pese a que la Cancillería mantiene una postura de diálogo restringido con el gobierno de Daniel Ortega, solo para lo estrictamente necesario, como dijo el canciller Manuel González desde que asumió el puesto .
González confirmó ayer que la posición ante Nicaragua sigue siendo la misma, no obstante las “buenas intenciones” que se reflejan en las declaraciones de Muñoz, hechas públicas en Nicaragua.
“Que no se interprete que Costa Rica esté pidiendo ese diálogo. La señora viceministra (Muñoz) no tiene por qué conocer los detalles legales de los juicios”, comentó González en referencia a los procesos legales vigentes en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Añadió que las rencillas bilaterales continúan, porque aún no hay una resolución sobre la denuncia tica planteada desde octubre del 2010, sobre invasión y daños al territorio nacional en la zona fronteriza, en la costa caribeña.
Después, Nicaragua demandó a Costa Rica por supuestos perjuicios causados por la construcción de la trocha fronteriza.
Además, se abrió un tercer expediente en la Corte en La Haya, pues Costa Rica reclama una delimitación de fronteras en el mar.
Estos procesos jurídicos avanzan, mientras la relación entre ambos Gobiernos ha sido lejana. “Una relación fría, pero respetuosa”, como dijo el presidente Luis Guillermo Solís al semanario nicaragüense Confidencial .
Esta es su propuesta después de la relación conflictiva que llevaron Ortega y Laura Chinchilla, quien llegó incluso a calificar como “enemigo” al Gobierno de Managua.
Ahora el tono no lleva esa hostilidad, pero tampoco el entusiasmo que mostró Carmen Muñoz. “Es urgente tener un diálogo franco y abierto, que supere el tema de (isla) Calero, porque este es nuestro vecindario y no vamos a poder separarnos de él”, añadió Carmen Muñoz a La Nación cuando se le pidió corroborar lo publicado por El Nuevo Diario .
Migración y frontera. Muñoz, como encargada de la cartera de Gobernación, es responsable de los asuntos migratorios, por lo cual ha tenido contactos con autoridades nicaragüenses, contó ella. También tiene la tarea de avanzar con la instalación del puesto fronterizo en Tablillas de Los Chiles.
“Tenemos una agenda binacional que va más allá de la frontera”, añadió Muñoz, quien dijo ha viajado dos veces a Nicaragua desde que es parte del gabinete de Luis Guillermo Solís, para participar en actividades de organismos relacionados con la migración.
Ella tiene una añeja relación con Nicaragua, pues viaja desde joven. Ahí participó en el marco de los enfrentamientos en los años ochenta en el bando del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que luego como partido político llevó al poder a Daniel Ortega.
El presidente de Nicaragua no es ahora, precisamente, un amigo del Gobierno tico, subrayó Manuel González. “Ese país nos invadió. Esas son manifestaciones bienintencionadas (de Muñoz), pero está en juego la integridad territorial del país y no existen las condiciones para ese diálogo abierto”, recalcó el canciller.
El jefe de la diplomacia costarricense anunció que pretende “empapar más” al resto del gabinete sobre la posición oficial de Costa Rica ante Nicaragua, igual que lo hará con los diputados, a quienes pretende explicar el avance de los procesos en La Haya.
En este momento, tanto Nicaragua como Costa Rica, tienen embajadores en plenas funciones y se mantiene activo el comercio bilateral, además de un fuerte movimiento migratorio tanto legal como informal. La frialdad se centra en el ámbito de los Gobiernos.