Líderes civiles de Guanacaste vigilarán que se cumplan acuerdos negociados esta semana con el Gobierno, que promete obras de infraestructura pendientes por años para llevar agua a zonas secas de la región.
Dichas obras ayudarían a paliar los efectos de sequías en la provincia, producto del fenómeno climático El Niño.
Costa Rica posee un sistema de canales de riego que atraviesa 27.000 hectáreas dedicadas a producción agropecuaria en los cantones de Bagaces y Cañas, con agua proveniente del embalse de Arenal.
Esa zona se libra del peligro ante una sequía, pero quien esté fuera de allí se expone a los embates del fenómeno climático.
Hace más de 25 años se diseñó la construcción del embalse Piedras, a cinco kilómetros de la ciudad de Bagaces.
La obra pretende inundar 900 hectáreas con unos 500 millones de metros cúbicos de agua al año, provenientes del sistema de riego Arenal-Tempisque, que terminan desaprovechados en el mar.
El embalse, y una planta de tratamiento de agua potable prevista, llevarían suministro a más de 350.000 habitantes y permitirían tejer una nueva red de 40 kilómetros de canales de riego para 24.600 hectáreas de cultivos.
Dicho embalse tendría capacidad para 80 millones de metros cúbicos (m³), obra a mediano plazo que más interesa en esa zona, donde autoridades del Gobierno han estado de gira esta semana.
Compromisos. Édgar Gutiérrez, ministro de Ambiente y Energía, confirmó que ya han girado $452.000 al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para estudios preliminares, diseño y ejecución de las obras del embalse.
El jerarca agregó que esta semana firmaron compromisos que incluyen crear una comisión de alto nivel para Guanacaste, a la que se integrarán líderes de la provincia, en el Programa Integral de Abastecimiento de Agua para Guanacaste (PIAAG).
“Ahorita estamos identificando proyectos con representantes de Guanacaste y definiendo prioridades”, expresó Gutiérrez.
Una de ella es una “hoja de ruta”, con plazos, responsables y un cronograma de actividades que sirva para dar seguimiento a los compromisos, afirmó Juan Marín, diputado del Partido Liberación Nacional por Guanacaste.
“Queremos vigilar lo que se hace, que no se quede en un papel llamado PIAGG. Queremos garantías por escrito del presidente Solís, darle control técnico y ciudadano a lo que se haga, y ver si podemos acortar plazos para iniciar las obras”, afirmó Marín.
Priscilla Mora, presidenta de la Cámara de Turismo Guanacasteca, reiteró que la comunidad desea participar en estas mesas de alto nivel para dar seguimiento constante y cercano a los compromisos adquiridos.
Mencionó que incluso el Gobierno tiene dispuestos fondos para el acueducto Playas del Coco-Ocotal, suspendido hace cinco años y que tiene 80% de avance. Este podría estar operativo con $1,5 millones más.
Además, el Ejecutivo habría ofrecido otros $3,5 millones para el acueducto de Nimboyores.
Sin embargo, la comunidad quiere apurar plazos para construir el embalse, refirió José Luis Angulo, presidente de la Cámara de Productores de Guanacaste y parte de los negociadores que esta semana conversaron con delegados del Ejecutivo.
“Estamos cansados de patear la bola. Queremos aprovechar que este Gobierno creó una comisión, con plazo para iniciar obras en el 2018. Preferiríamos que sea en el 2017”, puntualizó Angulo.
A partir de la otra semana, espera que lo pactado en esta empiece a cumplirse en los tiempos acordados. Para eso, la comunidad tendrá una actitud vigilante desde la mesa de alto nivel.