El Roble (Puntarenas). Una madre de dos hijos perdió la vida ayer a manos de su compañero sentimental, quien le cobró de esa forma la ruptura de la relación.
A diferencia de otros casos, entre Maricela Segura Segura (de 32 años) y el presunto homicida –un hombre de apellido Vílchez, de 21 años–, no existían antecedentes de violencia doméstica.
El homicidio, ocurrido en el residencial Palmas del Río, en El Roble de Puntarenas, fue silencioso.
De hecho, las autoridades se enteraron de lo ocurrido cuando el joven llamó a su madre, a eso de las 2:40 a. m., para informarle que se quitaría la vida.
La señora sostuvo la conversación hasta que la Policía se presentó en el sitio.
Segura yacía en su cama. Presentaba una herida de arma blanca en el cuello.
“No hay señas de forcejeo en la casa. Por eso creemos que la atacó mientras dormía”, dijo el comisionado Juan José Andrade, jefe de la Fuerza Pública de Puntarenas.
En la sala, las autoridades encontraron una cuerda con la que,
al parecer, el hombre atentaría contra su vida.
“Los vecinos los recuerdan como una pareja normal. Nosotros nunca recibimos denuncia alguna por violencia doméstica”, manifestó Andrade.
Ruptura
Maricela Segura era madre de dos niños de 13 y 9 años, producto de su relación anterior.
Hace dos años se unió a Vílchez. Empero, la relación se deterioró en los últimos cuatro meses.
“Mamá le pidió que se fuera de la casa, pero él le pidió tiempo para conseguir un lugar.
“Ellos nunca discutían delante de nosotros”, declaró Maricela Gamboa, la hija mayor.
Días antes, Segura contó a su hermana Jéssica detalles de una supuesta amenaza de muerte.
“Él (Vílchez) le dijo que era capaz de matarla si lo dejaba, pero ella no creyó que fuera capaz. La familia nunca se enteró que la agrediera.
“Él estaba tranquilo con eso de la separación; hasta le pidió permiso para irse de la casa este fin de semana”, puntualizó Jéssica.
La mujer trabajaba con ahínco en el restaurante El Pollazo, en El Roble, con la ilusión de pagar su casa. Soñaba con heredarla a sus hijos, a quienes quería mucho, según sus parientes.
Vecinos y parientes la recuerdan como una persona entregada a sus retoños.
En silencio
El domingo, Segura estuvo en casa de sus padres, en Esparza. Ahí visitó a sus dos hijos, quienes se quedaron a dormir con los abuelos.
“Estuvo aquí como media hora. Vino a dejarle al chiquito unas cartulinas para un trabajo de la escuela. Quedó en venir hoy (ayer) a peluquear al papá.
“Como a las 11 de la noche (del domingo) sentí muchas ganas de llamarla, pero pensé que estaría dormida. Me llamaron a las 6 de la mañana para decirme la terrible noticia”, contó Odily Segura, madre de la víctima.
El comisionado Andrade agregó que Vílchez no ofreció resistencia alguna a los policías.
Él abrió la puerta a las autoridades y las llevó hasta la habitación de su compañera.
El hombre fue trasladado a las celdas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas.
En horas de la tarde fue presentado ante el Ministerio Público, órgano acusador del Estado.