Ciudad Cortés (Osa). Por gracia de Dios, en los últimos años el hospital Tomás Casas, de esta ciudad, no ha vuelto a sufrir inundaciones, por el desbordamiento del río Balzar.
Sin embargo, la amenaza aún sigue latente durante la temporada de invierno o cuando un temporal azota el sur.
Los equipos más valiosos han tenido que ser trasladados al segundo piso del centro médico, cuya estructura nadie asegura que soporte el peso de las máquinas.
Las maderas están en estado de avanzado deterioro, tanto en la planta baja como en la alta.
“Cuando esto se inunda es cosa seria. Las aguas no suben unos centímetros, suben hasta metro y medio o más. Es urgente que se inicie la construcción del hospital; tenemos años que no hay inundaciones, por suerte, pero si se da otra, sería muy peligroso”, comentó –preocupado– Carlos Quirós Jiménez, subdirector del hospital.
El terreno para el nuevo edificio lo adquirió la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y aunque se anunció el inicio de la construcción del nuevo centro médico para abril pasado, todavía en Cortés esperan que arranque la obra, valorada en ¢3.000 millones.
“Después dijeron que empezarían en agosto, ya estamos en setiembre... y nada”, manifestó Quirós.
Añadió: “Nos hemos convertido en ‘inundólogos’ profesionales... no es broma, cuando esto se inunda hay que evacuar en botes”.
Advirtió que la capacidad del hospital está al 100 por ciento y como tienen especialidades que otros hospitales cercanos no poseen, el número de pacientes ha aumentado mucho.